La trampa moral de la izquierda en la que la derecha cae: en Alemania la CDU tiene prohibido pactar con AfD, pero el SPD sí puede pactar con Die Linke

Tae-suk

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Elecciones en Alemania

Cinco claves de las elecciones en Alemania con las que Merkel dice adiós




1. Una campaña personalista para elegir al sucesor de Merkel

Angela Merkel no se presenta a estas elecciones alemanas. Esa es la principal clave de estos comicios, en los que se elige al sucesor de una canciller que ha marcado la política alemana y europea en los últimos 16 años. Convocatoria tras convocatoria, Merkel ha ganado las elecciones prácticamente sin un rival serio que pudiera hacerle sombra. Ahora eso ha cambiado, y los alemanes, que en estos años se han vuelto mayoritariamente "merkelianos", se preguntan cuál de los candidatos representa mejor el estilo sobrio y transmite la estabilidad de la canciller saliente.
Alemania se prepara para la era post-Merkel: ¿Quiénes son los candidatos?


La campaña se ha basado más en los candidatos que en los programas con tres protagonistas: Armin Laschet, candidato de la CDU-CSU (los conservadores, la formación de Merkel); Olaf Scholz (SPD, socialdemócrata) y Annalena Baerbrock (Los Verdes). Una carrera por ver quién se parecía más a la canciller, en la que Sholz, vicecanciller y ministro de Finanzas, se ha permitido incluso jugar a imitarla.

El socialdemócrata Scholz se consolida como favorito para suceder a Merkel
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El socialdemócrata Scholz se consolida como favorito para suceder a Merkel. En cambio, Laschet se ha visto perjudicado por la pelea con el socio bávaro de la coalición electoral, la CSU, y la mala imagen que transmitió durante las inundaciones de julio, que dejaron más de un centenar de muertos, cuando se le pudo ver riendo durante una comparecencia del presidente.


2. El SPD, favorito en las encuestas

La volatilidad en las encuestas ha sido otra de las características de esta campaña. Los conservadores fueron en cabeza durante meses, pero en abril y mayo Los Verdes, sorprendentemente, les tomaron la delantera, y se colocaron unas décimas por delante. De nuevo, los propios errores de Baerbrock (con acusaciones de plagio y de mentir en su curriculum) y el voto útil les despojaron del puesto.

Los Verdes, imprescindibles socios en las coaliciones de gobierno tras las elecciones alemanas
Los Verdes, imprescindibles socios en las coaliciones de gobierno tras las elecciones alemanas



Desde agosto, el favorito ha sido Sholz, que ha podido mantenerse en cabeza en los sondeos pese a las investigaciones sobre presunta corrupción en su ministerio. Sin embargo, la diferencia se ha reducido en los últimos días, y es solo de 3 puntos (25% para el SPD y 22% para la CDU-CSU). Algunos sondeos incluso lo reducen a 2 puntos. El alto número de indecisos (40%) añade incertidumbre al resultado.


3. La esa época en el 2020 de la que yo le hablo, la gran ausente de la campaña

En la recta final de la campaña, los tres favoritos han echado mano de sus propuestas programáticas. El SPD pone el énfasis en una mayor financiación y participación del estado en la economía para asegurar la recuperación post-esa época en el 2020 de la que yo le hablo, además de ser más flexible en cuanto a los fondos europeos y a las políticas de deuda. CDU-CSU, por su parte, se opone a más impuestos y tasas, y acusa a Sholz de querer crear una "Europa de la deuda".

El SPD adelanta a la CDU en una campaña electoral personalista a la sombra de Merkel
El SPD adelanta a la CDU en una campaña electoral personalista a la sombra de Merkel



Los Verdes, por su parte, proponen acelerar la transición hacia una economía verde para combatir el cambio climático. Las inundaciones de julio les han servido para subrayar sus argumentos. La gestión de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del cobi19 ha estado prácticamente ausente del debate, algo entendible porque todos los partidos, salvo los ultraderechistas de Alternativa por Alemania (AfD) tienen responsabilidades de gobierno a nivel federal o en alguno de los länder (estados federados). La responsabilidad en la lucha contra la el bichito-19 ha sido, por tanto, colectiva.

El Partido Liberal ha pedido medidas más creativas más allá del confinamiento, pero solo AfD ha llegado a cuestionar las medidas de prevención y la vacunación, hasta el punto de jugar con los argumentos de quienes cuestionan la gravedad del bichito y han protestado contra las medidas obligatorias. El asesinato de un joven a manos de un negacionista esta misma semana ha sacudido este debate a las puertas de la campaña.
Berlín admite radicalización negacionista tras la muerte a tiros de un hombre

4. Los verdes, posibles socios de gobierno a izquierda y derecha

Si los resultados electorales se parecen a las encuestas, SPD y CDU-CSU (que juntos han gobernado en una Gran Coalición) no tendrán escaños suficientes y será necesaria una coalición a tres para conformar gobierno. Los alemanes demuestran su humor bautizando a las posibles coaliciones con nombres los nombres curiosos según su color (Kenia, Jamaica, semáforo...). Las más probables incluyen a los Verdes y a los liberales, bien con el SPD o con la CDU. Laschet ha intentado movilizar el voto del miedo contra una posible coalición Rojo-Rojo-Verde (SPD con Los Verdes y La Izquierda, el partido que incluye a los excomunistas). La entrada de La Izquierda en el gobierno alemán sería una absoluta novedad en la política alemana.


5. AfD, fuera de todos los posibles pactos

El partido xenófobo, que entró en el Bundestag en 2017, puede consolidarse en estos comicios, pero se dará de frente con el llamado "cortafuegos" contra la AfD, similar al "cordón sanitario" contra el Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia. Ningún partido cuenta con ellos para coaligarse.

La ultraderecha de AfD aspira a consolidarse pero estará fuera de cualquier coalición de gobierno
La ultraderecha de AfD aspira a consolidarse pero estará fuera de cualquier coalición de gobierno


El intento de sumar sus votos para desalojar a la izquierda en el gobierno del estado de Turingia, a principios de 2020, provocó una grave crisis en liberales y conservadores, y costó el puesto a Annegret Kramp-Karrenbauer, heredera política de Merkel. El candidato más a la derecha, Laschet, ha reiterado durante la campaña que mantendrá el "cortafuegos", aunque ello le cueste el gobierno. Pero no está claro si el cordón sanitario sobrevivirá en la Alemania post-Merkel que se inaugurará cuando se forme el gobierno que salga de estas elecciones.
 

Tae-suk

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En este twit de Ana Pastor (quién me lo iba a decir), se explica bastante bien todas las posibilidades. Todas las posibilidades, sin contar con la "ultraderecha", que están excluidos, no ya de entrar en el gobierno, sino de cualquier tipo de acuerdo.

 

Pollepolle

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Intu yur faquin maind faquin bastard
Jajjajajjjajaja entre que los Muy de derechas en Alemania son unos apestados y cada vez queda mas claro que a la subida de peso Trumpetas le robaron las elecciones en su fruta subida de peso cara, es que llevo mesers sin comer.
 

Tae-suk

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El país de las coaliciones: ¿por qué Alemania es una referencia sobre pactos de Gobierno?

  • Desde 1953, con Adenauer, no gobierna en Alemania un partido en solitario a nivel federal.
  • Las elecciones de 2021 dibujarán un panorama que conducirá hacia un tripartito, dejando atrás la gran coalición.
  • Falta por saber si esa fórmula de Gobierno estará encabezada por la CDU o por el SPD.

El ministro de Economía Olaf Scholz (SPD), la canciller Angela Merkel (CDU) y el ministro de Interior Horst Seehofer (CSU)

Alemania es un ejemplo de país que vive, sobrevive o avanza en coalición. Desde 1953, cuando Konrad Adenauer ganó con mayoría absoluta, no gobierna allí un partido en solitario y ha repetido la llamada gran coalición (con las dos principales fuerzas políticas) en numerosas ocasiones. Son una de las cunas del consenso en Europa y tras el 26-S el escenario no solo se va a repetir, sino que se va a volver incluso más complejo: habrá un Ejecutivo a tres bandas casi con toda seguridad. La CDU y el SPD se disputan la victoria, pero entre ambos no alcanzar el 50%, por lo que la gran coalición parece irrepetible. Ahí entran en juego otros partidos como los Verdes o los liberales del FDP. ¿Cómo ha funcionado y funciona la cultura de la coalición en Alemania?


La respuesta es corta y concisa: bien. Funciona sin sobresaltos entre la ciudadanía, porque los alemanes lo ven como una cuestión de responsabilidad. También ayuda que los partidos, salvo Die Linke a la izquierda y AfD a la derecha, tienen posiciones bastante transversales. Son conscientes de que la verdadera disputa está en el voto "de centro". Ahí compiten desde el centro derecha de la CDU hasta el centro izquierda del SPD, pasando por los liberales de FDP o los Verdes. Estos últimos tendrán en 2021 la llave de la gobernabilidad.


De la gran coalición al tripartito

Parece que la era de la gran coalición terminará al mismo tiempo que se acaba la era Merkel. La eterna canciller ha gobernado en cuatro legislaturas, y en tres de ellas lo hizo con el SPD. Solo entre 2009 y 2013 eligió al FDP como socio de Ejecutivo. Ahora eso ha cambiado porque los dos grandes partidos van a menos en las encuestas y lo más probable es que no lleguen al 50% de los votos entre los dos (ya en 2017 se quedaron en el 53%). Eso sí, si las negociaciones se estancan después del 26-S, la GoKo, como se le conoce en alemán, podrá volver a ser una posibilidad.

Pero el escenario más probable es el del tripartito, gane quien gane. Aquí entran en juego ya calificaciones para las coaliciones a tres que van desde la que suena más probable, la coalición semáforo, formada por el SPD, los Verdes y los liberales, pasando por la coalición Jamaica, que estaría integrada por la CDU, los Verdes y el FDP. Otra posibilidad sería la llamada coalición Kenia que, en este caso, estaría formada por la CDU, el SPD (independientemente del orden) y los Verdes. Esta, de hecho, integraría a las tres fuerzas más votadas.


Lucha por el voto 'merkeliano'

El partido el 26 de septiembre se juega en el centro y aunque no se sabe todavía quién podría liderar el nuevo Gobierno, si el socialdemócrata Olaf Scholz, ahora con ventaja, o el democristiano Armin Laschet, que se ha desinflado en los sondeos pero sigue con opciones. Al fin y al cabo la clave estará en el voto merkeliano. Se votará en clave de un cambio de era ya sin Angela Merkel en el poder. Fue ella quien abarcó "la mayoría" durante estos años, pero ahora sus electores tradicionales tendrán que decidir entre dos.

Scholz juega con la baza de haber sido hasta ahora el número dos del Ejecutivo. Desde su posición de vicecanciller y de ministro de Finanzas, el candidato del SPD sabe que muchos 'merkelianos' le verán a él como la continuidad de la era Merkel. Con Laschet hay más dudas: es del ala moderada de la CDU y por lo tanto sería bastante continuista respecto al pasado más reciente, pero todavía no ha mostrado suficiente carisma como para igualarle con una canciller que ha tenido siempre niveles muy altos de aprobación.


Sin descartar una coalición de izquierdas

¿Y una coalición de izquierdas? La posibilidad de una suma entre SPD, Verdes y Die Linke está ahí, pero es menos probable que otras. Aún así, no se trata tanto de una cuestión numérica como de filias y fobias. Aunque Olaf Scholz no se ha cerrado del todo a esa suma son los Verdes los que tienen más reticencias para incorporar a la izquierda radical a una potencial coalición de Gobierno. Además, una parte de la sociedad alemana todavía mira con recelo a un partido poscomunista que es el heredero precisamente de la izquierda de la antigua RDA. Hay encaje, pero no será ni mucho menos sencillo.
 
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Elecciones en Alemania

La ultraderecha de AfD aspira a consolidarse pero estará fuera de cualquier coalición de gobierno

  • Las encuestas les dan entre 10 y 11% en las elecciones alemanas del 26 de septiembre
  • Su campaña ha recurrido a la anti-inmi gración y la eurofobia pero también al hartazgo por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo
  • La CDU se ha comprometido a mantener el "cortafuegos" y a no pactar con la AfD
23.09.2021 | 22:17 horas


reproducir videoAlternativa por Alemania: una amenaza hace 4 años y hoy, estancada.


Las elecciones en Alemania, marcadas por la despedida de Angela Merkel, serán previsiblemente las de la consolidación del partido de ultraderecha Alternativa por Alemania (AfD, en sus siglas en alemán). AfD entró por primera vez en el Bundestag (Parlamento) en 2017 como tercera fuerza con el 12,6% de los apoyos (94 escaños). Fue un impacto en la política alemana: era la primera vez que un partido a la derecha de los cristiano-demócratas accedía al legislativo.
La ultraderecha alemana entra por primera vez en el Parlamento desde la Segunda Guerra Mundial

Ahora las encuestas les otorgan al menos un 10-11%, con lo que caerían al cuarto lugar, por detrás de Los Verdes. La candidatura es bicéfala y está formada por Alice Widel y Tino Chruppalla. Sin embargo, el papel de AfD en la política alemana está limitado por el acuerdo tácito del resto de fuerzas políticas, y en especial en la CDU de Merkel, para dejarles fuera de todas las coaliciones post-electorales.


De la irrupción en el Bundestag a la consolidación

"Si hacemos media de las encuestas, está clara la tendencia a la consolidación", confirma a RTVE.es Franco Delle Donne, doctor en Comunicación por la Universidad Libre de Berlín (FUB) y coautor del podcast La canciller en crisis, además de varios libros sobre el surgimiento de AfD,
"Parecía que era un voto de protesta temporal, pero no ha sido así - abunda - El partido se va a quedar, perdiendo 2 o 3 puntos, lo cual no es tan grave para ellos porque el partido está sumamente dividido. Alexander Gauland [portavoz parlamentario y uno de los fundadores] se va a ir, y los actuales líderes son muy contestados internamente".

El doctor de la FUB se refiere a las diferencias entre los más moderados y el ala dura, encabezada en la sombra por Björn Hoecke. "Parecen bastante estables, desde su punto de vista, para un partido que cuatro años antes entraron por primera vez en el Bundestag", opina Thomas Kreutzmann, periodista y excorresponsal de política nacional de la ARD en Berlín.


De la derecha radical a la extrema derecha

Kretuzmann recuerda que la radicalización de dirigentes del ala más dura han puesto al partido en el punto de mira de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), el servicio de inteligencia interno, encargado de vigilar las posibles amenazas extremistas.

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Los servicios secretos ponen bajo vigilancia al partido ultraderechista "Alternativa para Alemania" "Hay sectores tan extremos en el partido que ya han llegado a ser extrema derecha. En Alemania hay una diferencia entre derecha radical y extrema derecha, y si se llega a este extremo te pueden vigilar", explica Delle Donne.

Eso les ha privado del apoyo explícito de funcionarios, policías y militares y les ha supuesto un coste en imagen pública. Además, han sido acusados de recibir financiación ilegal desde Suiza para las últimas campañas. "Y pese a todo eso, pierde solo 2 puntos - señala Delle Donne - Si se consideraran solo los territorios de la antigua Alemania del Este, el partido sería el segundo más votado, con alrededor del 20%, en especial en Sajonia y Turingia, donde llegan casi al 25%".


Xenofobia, antieuropeísmo y esa época en el 2020 de la que yo le hablo

AfD ha consolidado su representación en el Bundestag, con el importante acceso a financiación pública que eso conlleva, pero sus temas estrella no han calado en esta campaña, al contrario que en 2017. "Siguen estando, aunque no de forma tan relevante, todos los elementos propios de derecha radical populista europea - asegura Delle Donne - Antiinmigración; ley y orden; el discurso populista (el establishment malvado allá arriba son los malos, y el pueblo los buenos); los enemigos son los partidos de la UE... Algún cartel incluso aboga por salir de la UE, romperla y hacer una nueva y diferente, en lugar de lo que decían sus líderes, que hablaban de reformarla. Ahora son más duros en su euroescepticismo".
Además, han introducido un tema nuevo: la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del cobi19.

"Empezaron criticando que no se hubieran tomado medidas antes, o que no hubiera suficientes mascaras - recuerda Kreutzmann - Después ha habido una unión sorprendente entre gente tipo hippies y ultraderechistas y contrarios a la vacunación, y ahora AfD buscan el voto de esa gente". "Son como los trumpistas", añade, en referencia a los partidarios del expresidente de EE.UU., Donald Trump.

"Han intentado cooptar la idea de la libertad como propia en contraposición a las restricciones de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo - argumenta por su parte el doctor de la FUB - Cuando en Alemania empezó el hartazgo y la gente quería volver a la normalidad, tardaban las banderillas, etc., en especial en marzo de este año, AfD vio su oportunidad para marcar agenda tomando el tema de la visión antipandemia". "Algunos dicen que el bichito no es tan grave, o que no existe, o que el confinamiento no es adecuado. No tienen un concepto teórico que desarrollan, sino que van probando y agarrándose a percepciones en la opinión pública", añade.

Por ejemplo, AfD se ha posicionado en contra de la vacunación obligatoria y de que se exija el certificado de vacunación o el de haber pasado un test para acceder a lugares públicos, como ya ocurre en Francia y se discute en Alemania. El lema de campaña elegido ha ido también en la línea de cuestionar las medidas anti-el bichito: "Alemania, pero normal".


Fuera de todas las coaliciones

Sea cual sea el resultado el día 17, lo que parece claro es que AfD no va a formar parte de ninguna coalición de gobierno. El candidato de la CDU, Armin Laschet, ha prometido públicamente que su partido mantendrá el "cortafuegos" contra la ultraderecha.

Hasta ahora, los principales partidos alemanes se han tomado muy en serio este "cortafuegos", similar al "cordón sanitario" contra el Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia. En febrero de 2020, el apoyo indirecto de la AfD a un gobierno de los liberales en Turingia provocó un terremoto político, la dimisión del presidente del estado y la renuncia de quien estaba llamada a ser la heredera política de Merkel, Annegret Kramp-Karrenbauer.

Dimite el primer ministro del land alemán de Turingia tras las críticas por llegar al poder gracias a la ultraderecha

Dimite el primer ministro del land alemán de Turingia tras las críticas por llegar al poder gracias a la ultraderecha



Thomas Kreutzmann, que fue corresponsal en España, compara a AfD con Vox, aunque sitúa a los alemanes "un poco más a la derecha" en algunos asuntos, y cree que una colaboración como la que mantiene la formación española con el Partido Popular en Andalucía o Madrid nunca sería aceptada en Alemania. "AfD está todavía muy aislado políticamente. Pero nunca se sabe, las cosas pueden cambiar".

"Que la CDU no haya roto ese muro tiene mucho que ver con la impronta de la propia Merkel, como lo fue impedir por ejemplo que durante la crisis de los refugiados de 2015 se acercaran al discurso de AfD", considera Franco Delle Donne. No obstante, "el fin de la era Merkel deja también esa interrogante: ¿va a mantener la CDU el cortafuegos? ¿Durante cuánto tiempo y en qué condiciones?".
 

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Normalmente, el SPD (Partido Socialdemócrata) no pacta con Die Linke (La Izquierda), pero PUEDE hacerlo si lo desea. Tienen esa opción, y a veces la eligen. Si no lo hacen con más frecuencia, es porque antes que pactar con la extrema izquierda, prefieren buscar acuerdos con los liberales o los verdes. Normalmente, cuando pactan con Die Linke es para buscar su apoyo a un acuerdo previo con los verdes.

Como digo, el SPD no suele pactar con la izquierda radical porque antes prefiere hacerlo con los verdes o los liberales, pero saben que tienen esa posibilidad, es una opción a tener en cuenta. En cambio, el CDU de la CULOGORDO no "puede" pactar con AfD porque son "ultraderecha", xenófobos, fascistas, populistas, un "peligro para la democracia", etc, etc, etc. Pero lo más sorprendente es que son ellos mismos los que se autoimponen esa prohibición. Eso sí, cuando hay el mínimo intento de sortearla, es la izquierda en pleno la que pone el grito en el cielo y provoca la dimisión del interfecto, como sucedió con Annegret Kramp-Karrenbauer, que tuvo que dejar la presidencia de la CDU, no por pactar, sino simplemente por "aceptar" los votos de la AfD tras las elecciones de Turingia. Porque la CDU aceptó los votos de AfD en la investidura: ni siquiera había un acuerdo verbal con ellos.

Como digo, es una TRAMPA moral, que ha funcionado en Alemania y en Francia. En Alemania, porque todavía pesa en su memoria colectiva el recuerdo trágico del nazismo. Y en Francia, por el mismo motivo, aunque con matices: en Francia, los nazis no eran los gobernantes, sino los invasores, que además les ganaron la guerra. Pero lo que más avergüenza a los franceses, no es haber perdido la guerra contra los alemanes, sino comprobar cómo muchos compatriotas simpatizaban con ellos.

Por todo esto, en Francia y Alemania la posibilidad de pactar con la "ultraderecha" es anatema, tabú, sacrilegio. El mero hecho de proponerlo o plantearlo ya es motivo de excomunión de la "democracia". A pesar de que tanto el Rassemblement National de Le Pen como Alternative für Deutschland no tienen NADA que ver con la ultraderecha, el fascismo o el nazismo. Son, como VOX, partidos de derecha conservadora nacional. Negarse a pactar con ellos así como negarse a que la derecha "tradicional" o el centro derecha lo haga, además de ser una imposición moral inaceptable, está hecha desde la incoherencia y el sectarismo más absolutos, ya que la izquierda no tiene empacho alguno en pactar con cualquier partido de izquierda radical: comunistas, separatistas, anticapitalistas, antisistemas... Lo que es inexplicable, como digo, es que sea la propia derechita filtro la que lo acepte de tan buena gana, aunque sólo sea en Francia y Alemania. Y en España, veremos...
 
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ATARAXIO

Madmaxista
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los verdes están mal de la cabeza .

Nos dirigen fanáticos como los talibanes pero en otros aspectos igual de delirantes