La programación ANTIBLANCA del hombre occidental (vídeo).

Uritorco

The White Revolution is the only solution.
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Mientras nos hablan de libertad nos imponen la dictadura de los mercados y de la correccion politica.

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No hay que confundir "orgullo" con "arrogancia", aunque la palabra "orgullo" en el sentido de pecado capital, sí significa arrogancia. Pero no es malo sentirse orgulloso de ser blanco, del hijo que uno tiene, de haber logrado una licenciatura, de trabajar honradamente (pero no al estilo mecánicos, taxistas, políticos, que son ladrones aunque hay excepciones), etc. Pero sí está mal ser arrogante, como por ejemplo el típico compañero (?) de trabajo que da la lata con frases como "y yo soy mejor que tú", "y tú no sabes hacer nada", "y yo trabajo también con la mano izquerda y tú no"...
 

Uritorco

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La programacion y la propaganda antiblanca es fomentada desde las mas altas instancias del poder y los mass media capitalistas.

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¿Cómo es posible que predomine el racismo contra los blancos sobre otros racismos? Pues a causa tanto del acusado sentimiento racista contra los blancos entre determinados pagapensiones, como de la complicidad de la casta política gobernante, y de la pasividad general de los que sufrimos este racismo creciente y que está en todas partes, los blancos.

El racismo anti-blanco es institucional, pero también simbólico, discursivo, factual, directo, indirecto, cotidiano, macro y microsociológico. En unos estados que se dicen democráticos y que pretenden pasar por tales, este racismo no puede ser explícito cuando es institucional, llegando así la hora triunfal de la neolengua, que invade el discurso público y hasta privado. A este respecto, aún no ha sido suficientemente estudiado el concepto de “discriminación positiva”, que es aquí la forma general y discursiva de encubrir el racismo institucional (que toma la forma de racismo económico, laboral, educativo, social, mediático, judicial) contra la población europea o eurodescendiente. Antes que la discriminación positiva, el propio desorden inmigratorio propiciado por los políticos que gestionan el gobierno, en beneficio de la hiperclase (propietarios y gerentes de multinacionales, financieros internacionales, traficantes de la Bolsa), de las naciones de Europa, supone una forma de racismo, por cuanto la inmi gración masiva altera directamente la composición étnica de estas diferentes naciones europeas, es decir, su identidad, algo que no puede ni reivindicarse sin ser acusado de racista. Parece como si a los europeos, a diferencia del resto de grupos raciales, no nos fuera lícito poseer identidad étnica.

Los blancos, la población autóctona de Europa, aún no se ha organizado en masa, ni política ni social ni culturalmente, para su autodefensa. Sí se han organizado, en cambio, algunos pagapensiones, para seguir presionando a favor de más y más privilegios; muchos de estos cuentan con la complicidad de blancos traidores raciales (caso de los oenegetas inmigracionistas y los que les apoyan, los marxistas o los neoliberales). En muchas ocasiones determinados pagapensiones han logrado situarse por encima de la ley.

Encuentra a los blancos traidores

Cuando el racismo anti-blanco no es institucional y, en vez de por el estado, es ejercido por ciertos pagapensiones racistas, cuando escapa al control directo de las autoridades políticas, obligadas a mantener la ficción del respeto a todas las razas, este racismo antieuropeo muestra más claramente su auténtica cara, la de la crueldad y el desprecio, y se hace evidente incluso para algunos nativos sometidos a la propaganda inmigracionista permanente: agresiones gratuitas que algunos miembros de las poblaciones no europeas instaladas en los estados europeos cometen contra los europeos por el color de su piel (blanca), violaciones racistas contra nativas europeas por parte de determinados pagapensiones no europeos (que sistemática, y significativamente, son ignoradas por asociaciones feministas, las mismas que se autoproclaman, a bombo y platillo, defensoras de los “derechos de la mujer”), constantes insultos racistas (“blanquito”, “rubito”) en todo momento y lugar, abusos de todo tipo en la utilización de servicios públicos y privados (no respetar el turno por parte de ciertos pagapensiones que se cuelan en las filas formadas, zarandeos y empujones contra los blancos en el transporte público, control de institutos por parte de grupos de pagapensiones que imponen el terror sobre la mayoría, o minoría, de alumnos blancos, sobre el personal docente, y que revientan las clases, intimidación a funcionarios blancos para obtener trato preferente en distintas oficinas públicas, etc.), cobro, por parte de algunos pagapensiones, a niños españoles por utilizar canchas deportivas públicas. Sobra decir que en el discurso dominante, controlado por la élite, este racismo anti-blanco es, en primer lugar, ignorado; cuando esto es imposible es negado, relativizado, trivializado, ridiculizado e, incluso, en un acto de la más pura endofobia, a veces justificado (sobre todo si se utiliza, por parte de la élite, algún ideologema marxista).

¿Por ser blanca me insultas?
Es flagrantemente racista negar las formas de racismo en las que el agente racista no es blanco. En el discurso dominante (tanto político como mediático, académico, social, cultural, etc.) parece como si las creencias, actitudes y actos racistas fueran patrimonio exclusivo de los europeos, cuando sabemos que el racismo puede aparecer, y de hecho aparece, en cualquier pueblo, y que puede ser dirigido contra cualquier pueblo. El racismo no es monopolio europeo.

Si los hechos se desarrollaran al contrario, tendríamos a todos los grupos de presión (autodenominados ONGs) inmigracionistas denunciando el racismo y la xenofobia de los españoles, y a los medios de comunicación oficiales dándoles cancha y espacio propagandístico a mansalva. Por cierto, también es racismo institucional subvencionar, además generosamente, a grupos de presión inmigracionistas y endófobos que, bajo la argucia de presentarse como defensores de los derechos humanos, se dedican a insultar impunemente a los españoles y a calificarlos de racistas. En cambio, nadie habla del racismo más frecuente, del racismo anti-blanco. De hecho nadie, excepto algún medio de comunicación disidente, habla de nada de lo aquí descrito. Pero nosotros sí.

RESUMEN: En Europa predomina el racismo contra los blancos sobre otros racismos. Cuando el racismo antiblanco no es institucional y es ejercido directamente por ciertos pagapensiones racistas, muestra claramente su crueldad: agresiones a europeos por el color de su piel, violaciones racistas de nativas europeas, insultos racistas, abusos en servicios públicos (no respeto del turno por ciertos pagapensiones, zarandeos de blancos en el transporte, control de institutos por grupos de determinados pagapensiones que aterrorizan a alumnos y docentes blancos, intimidación a funcionarios blancos).

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El racismo contra los blancos en la propia Europa se esbozó esta distinción básica y fundamental para comprender este fenómeno tan grave como frecuente del racismo antiblanco y saber combatirlo como es debido. Es importante entender que, a diferencia de otros tipos de racismo en Europa, el racismo antiblanco es el único que es a la vez informal e institucional (o formal). El racismo antiblanco está presente en la calle, pero también en los despachos (por lo que no es de extrañar que sea la variedad predominante de racismo en Europa). Y así distinguimos estas dos formas de racismo antiblanco:

Informal, que es el ejercido por personas racialmente no europeas y a título puramente individual (lo cual no significa que estos individuos actúen individualmente) contra personas de raza europea. Su fenomenología es variadísima: insultos racistas (“blanquito”, “rubito”, “lechoso”), amenazas, abusos en los servicios públicos como zarandeos en el transporte o no respetar el turno, falsas acusaciones de racismo, agresiones, violaciones racistas contra nativas europeas, etc.

Esta forma de racismo es muy difícil de combatir. En principio debería de ser sencillo, pues todos estos casos entran en categorías tipificadas en el código penal. Pero la práctica es muy distinta, dada la tendencia de las élites a resistirse a reconocer la existencia de cualquier tipo de racismo antiblanco o, reconociéndolo, a trivializarlo, o a aceptarlo y justificarlo a causa de la endofobia. Es evidente que el hombre de raza blanca en Europa está en situación de absoluta indefensión jurídica, escenario que garantiza la impunidad para el racista antiblanco, y que esta forma de racismo sólo desaparece en el contexto político que permite la desaparición del racismo institucional, abajo expuesto.

Institucional o formal, ejecutado por individuos que actúan como agentes de alguna institución u organización, sea pública o privada. Adquiere distintas formas en función del ámbito de actuación preferente de la organización que practica el racismo antiblanco. Y así será racismo institucional político si el agente institucional es la administración del estado o los partidos políticos; económico si este racismo tiene como agente a la dirección empresarial; social si son los sindicatos, ONGs o instituciones religiosas; académico si es alguna organización encajada en el aparato educativo (como escuelas, universidades); mediático si son los medios de comunicación los responsables.

El racismo institucional se manifiesta preferentemente como discriminación positiva y parece responder a la consigna “los pagapensiones primero” o “los pagapensiones los únicos beneficiarios”. Constituye ésta la objetivación o materialización del racismo antiblanco institucional, el instrumento principal de esta forma de racismo antiblanco. Todavía hay quién niega que la discriminación positiva es una práctica racista, pero hay que ser muy menso, o estar muy dominado por la endofobia, para no comprender que, dado que mediante esta política lo que se reparten son recursos (bienes y servicios entendidos en sentido amplio), y que dado que los recursos son limitados, toda discriminación positiva a favor de un grupo racial o étnico concreto (por ejemplo, en España, ciertas personas de raza gitana, frecuentes beneficiarias del reparto de viviendas gratis por causa de su pertenencia racial) conlleva necesariamente una discriminación negativa contra otra (en este caso el grupo racial conformado por personas de raza blanca, que no recibe este beneficio). Es evidente que la discriminación positiva en función de la raza entra en contradicción con los fundamentos de sociedades dotadas de regímenes político-jurídicos que se dicen respetuosos del principio de igualdad y de no discriminación de las personas en función de la raza o la etnia a la que pertenezcan.

No todo es discriminación positiva en el racismo antiblanco institucional. A veces no son bienes o servicios lo que se reparte, sino trato de favor, por ejemplo en los medios, mediante censura de lo negativo o exaltación de lo positivo. O en la administración de justicia, que tiende a proporcionar impunidad a la población no blanca, y muy especialmente en los casos en que individuos de estos grupos incurren en racismo antiblanco. También es racismo institucional el propio hecho de introducir, o consentir, e incluso animar la introducción de masas de pagapensiones por parte de gobiernos y otros poderes fácticos; también lo es el regalarles la tarjeta de residencia, el derecho al voto e incluso la nacionalidad. Esto se ha hecho habitual en distintas naciones del oeste y centro europeo según han ido cayendo en manos de gobiernos de ocupación.

El racismo institucional se combate mediante la lucha política y metapolítica. Son necesarias fuerzas políticas de corte nacionalsocialista que aglutinen a las mayorías blancas de cada estado de Europa, que acaben con la discriminación positiva y otros instrumentos del racismo institucional contra las personas de raza blanca, que garanticen de esta forma la no discriminación negativa del blanco por ser blanco y que los blancos dejemos de ser ciudadanos de segunda categoría en nuestro propio país. Y son imprescindibles grupos de intelectuales y artistas que acometan la dura tarea de la kulturkampf y quiebren el dominio compartido del marxismo cultural y de lo demoliberal en el ámbito cultural y de las conciencias, de forma que se favorezca la recuperación por parte del individuo europeo de su propia identidad, reencontrándose así éste con la comunidad de la que forma parte, con su autoctonía.

Hablar sobre el origen y las causas de la discriminación positiva y, más ampliamente, del racismo antiblanco, sería tema de otro artículo u artículos mucho más largos. Valga como anticipo introducir en la genealogía del racismo antiblanco la antropología boasiana y la escuela de Frankfurt. Y en las causas, las necesidades de la globalización, etapa ulterior del capitalismo, que también es demográfica. La discriminación positiva es un mecanismo eficaz de desviar recursos valiosos a fin de promover en Europa el poblamiento de grupos no blancos en detrimento de los nativos blancos europeos, modo infalible de erosionar la identidad de las naciones de Europa y de constituir un mercado mundial.

RESUMEN: A diferencia de otros tipos de racismo en Europa, el racismo antiblanco es el único que es a la vez informal e institucional (formal). El racismo antiblanco está presente en la calle, pero también en los despachos, siendo la variedad predominante de racismo. El hombre de raza blanca, en cuanto tal, está en situación de absoluta indefensión legal en Europa, escenario que garantiza la impunidad para el racista antiblanco.

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Ejquelosfajsistassonellos

Resignado ante la victoria de los malvados en Esp.
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La dictadura del dinero, de los mercados, del capital. Es muy facil de entender.

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En muchos temas aciertas, pero en el de economia patinas completamente.

La Elite financiera no se preocupa de si tú te gastas el dinero en zapatos, en coches, en deporte o en libros (mercados) porque ya tiene quien te extrae los recursos y los gasta en lo que ellos quieren (Deuda publica, propaganda roja)
 

Uritorco

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Vivimos en una sociedad completamente mercantilizada, materialista, donde manda el dinero y la economia lo regula absolutamente todo. El ciudadano no es nada, solo un numero, una pieza de recambio. La explotacion laboral y empresarial es el peor problema de este pais, cuya economia para señas esta toda intervenida y colonizada. Leete los trabajo de Gottfried Feder sobre este problema, y saldras de dudas.