En temas que incluyen la vida por medio (aborto, gestación subrogada), acepto que la gente piense distinto, puesto que ni yo mismo tengo una opinión clara y tajante. Son temas delicados, con muchos matices, que además se viven muy distinto desde la virtud de opinar si estar en medio.
Pero lo que no soporto es la hipocresía. Como se ha demostrado en otros casos, si en vez de ser Ana Obregón la que hace esto hubiera sido Julia Otero, no solo hubieran aplaudido con las orejas, sino que no habría pasado de la portada del Lecturas.
Eso es hipocresía, y de la muy mala. La que no juzga (y menos aún debate...) sobre un hecho en sí, sino sobre quién lo ha cometido. En el momento en el que el autor no es de los míos, pedrada a la cabeza.
Y con el tema de las mujeres ya es escandaloso. Las mujeres de izquierdas tienen una sobreprotección infantil, en el momento en el que alguien intenta dar una opinión en contra de una política de izquierdas eso ya es violencia. Sin embargo las mujeres que no son de izquierdas (véase Ayuso o Cayetana, al igual que la Obregón...) son perfectamente hostiables.
Aunque su comportamiento sea exactamente el mismo por el que hace nada se aplaudía a dos porque eran gays y de izquierdas.