Buceé muchísimo de chaval. Era la época en la que estaba muy de moda la apnea y las competiciones. (Y murió bastante gente, ya que es un deporte muy exigente).
Aun así, estaba sobrado de aptitud física y conocimientos, además de ir siempre acompañado de gente capaz y equipo bueno.
Aquello se acabó al emigrar de la costa y hasta el año pasado, que sabiendo unos amigos que fui buceador, me invitaron a una piscina que hay en Madrid a ver si me picaba el gusanillo de nuevo.
¿Veis la foto y a sus protagonistas? Pues igual fue lo que vi. Un montón de puretas tremendamente pasados de peso, que no han hecho deporte desde el instituto, con un color rojo malsano en la piel que evidencia un corazón al límite, y poca o ninguna idea de nadar.
- Si no sabes nadar lo suficiente como para asustarte con olas de 3 metros, NO puedes bucear.
- Si tu tensión es 14-10 y tus pulsaciones en reposo no bajan de 80, NO puedes bucear.
- Si eres una mujer empoderada que se acaba de sacar el Open Water para VIAJaaAaR, NO puedes bucear.
- Y si no sabes subir a superficie con botella, NO puedes bucear. Y tampoco ECHARLE la culpa a que los demás no están preparados.
Ese día no entré con ellos dándoles una excusa en la cafetería. Y cuando me dijeron que estaban ya enganchados, que habían hecho pecios y estaban mirando grutas complicadas, colgué las gafas donde estaban para no volver a acompañarles más.
Espero que no les pase nada, desde luego. Pero fijaos en el artículo en la lista de víctimas. Todo puretones pasados. ¿No saben que de los 40 para arriba no debes mojarte la barriga?