La familia puede ser red de apoyo como puede ser la peor maldición en vida. Necesaria por motivos obvios, pero tampoco hay que romantizarla. Ni al estado, ni a la sociedad, para los que los hombres no hemos sido tradicionalmente más que fuerza de trabajo a la que explotar y carne de cañón para las guerras. De hecho tampoco pasaría nada si a thanos le da por chasquear los dedos y desapareciesemos en un parpadeo. Las gallinejas que entran por las que van saliendo. Los niveles de felicidad están prefijados de antemano, independientemente de las circunstancias. Cada cerebro busca sus caminos y estrategias. Nada existe. Bien podríamos no ser más que el producto de una simulación y cada pensamiento una pérdida de tiempo absoluta.