La legendaria batalla de Antonio Riquer, el corsario de Ibiza que derrotó al barco inglés más temido del Mediterráneo

david53

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Por su pericia al mando del jabeque y su victoria contra el bergantín inglés 'Felicity', Carlos IV le concedió una pensión mensual y el grado de alférez de fragata. La batalla se convirtió en leyenda por ser David contra Goliat.

El corsario Antonio Riquer

El corsario Antonio Riquer Wikimedia Commons
29 abril, 2023 02:52GUARDAR

Iván Fernández Amil
Puede parecer que apenas han existido corsarios españoles durante la larga lucha por los mares y océanos del mundo, pero esa percepción es completamente errónea. Por supuesto que existieron, y operaron en el Cantábrico, el Atlántico, el Caribe y el Mediterráneo contra ingleses, franceses, holandeses, berberiscos y turcos.

Pero entonces, ¿por qué su historia ha estado olvidada? Entre otros motivos, porque su función fue defensiva, a diferencia del resto de colegas europeos. El corsarismo español era un fenómeno de autodefensa que se daba donde las fuerzas regulares no eran suficientes o no existían, provocando que los más implicados por la amenaza enemiga tuviesen que tomar ellos mismo las armas bajo una patente de corso que concedía la Corona española.

Los corsarios españoles solían ser originarios de la costa, sobre todo de puertos vascos, gallegos y andaluces, y estaban implicados en la navegación comercial o en la pesca. Eran personas que veían su mundo desmoronarse debido a la guerra, provocando que tuviesen que cambiar de actividad o que la simultaneasen con el corso. Otros optaban por ello para obtener reconocimiento, el ascenso social o, simplemente, como un negocio, motivo por el que los grandes corsarios españoles eran respetables empresarios en busca de nuevas rentabilidades.
Entre todos aquellos solitarios lobos de mar que luchaban por su bolsillo, pero también por su país, hubo un ibicenco que, antes de Pachá o Amnesia y antes de David Guetta o Martin Garrix, ya sabía montar una buena fiesta: Antonio Riquer Arabí.

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El corsario de Ibiza
Antonio nacía en la ciudad de Ibiza el 18 de enero de 1773 en el número 40 de la calle Mar. Pertenecía a una familia con una larga tradición marinera, lo que provocó que, desde muy joven, se embarcase en barcos de transporte de mercancías entre las islas y la Península.

En octubre de 1799, tuvo su primer contacto con la violencia corsaria. A bordo de un navío que transportaba cebada entre Ibiza y Barcelona, fueron atacados por una fragata inglesa y hecho prisionero, aunque pocos días después todos los marineros fueron liberados.

La isla de Ibiza, como la mayor parte del litoral mediterráneo, estuvo asolada por ataques corsarios y piratas desde el siglo XIII y XIV hasta el XIX. Inicialmente los corsarios y piratas que atacaban las costas españolas solían ser norteafricanos en su mayoría y sus ataques eran tan temidos que Formentera y Cabrera llegaron a despoblarse, ya que sus habitantes, hartos de los continuos asaltos y secuestros, habían abandonado estas islas.

Corsarios franceses regresando a puerto.

Corsarios franceses regresando a puerto. Wikimedia Commons

Durante el siglo XVIII, los franceses e ingleses tomaron el relevo de los otomanos y comenzaron a asolar la costa mediterránea. Sin embargo, a finales de siglo XVIII y como resultado de la firma del tratado de San Ildefonso, el 18 de agosto de 1796, España y Francia habían formado una alianza militar con la cual creaban un frente común contra Reino Unido que, en aquella época, además del Mediterráneo, amenazaba a la flota española en sus viajes a América.

Con el fin de mitigar el efecto de los ataques a sus costas mediterráneas, la Corona española concedía patentes de corso, aunque no era fácil conseguirlas: era necesario un barco en propiedad, armamento, pertrechos y tripulación que tenían que pasar una inspección por parte de la Comandancia Marítima. Los buques que se apresaban tenían que ser llevados a puerto, donde los tribunales de presa sentenciaban si era legal y buena presa, teniendo que llegar a devolverlos al mar o indemnizarlos en caso contrario.
En 1806, Antonio Riquer empezó a tomar parte en la actividad corsaria como una manera de mejorar su posición y su economía.
Además, la patente de corso tenía un importante requisito que pocos podían cumplir: era necesaria la presentación de una fianza o aval como garantía frente a comportamientos fuera de la ley y de la Patente, ya que la tentación de actuar como un pirata, atacando a cualquiera, enemigo o no, siempre era fuerte.

Este papel defensivo promovido por la corona había fomentado en las islas una larga tradición corsaria, que había dado fama y fortuna a varios marinos baleares, lo que había impulsado a Antonio, a partir de 1806, a tomar parte en la actividad corsaria como una manera de mejorar su posición y su economía. Para ello sellaría un contrato con dos patrones de la isla, quienes eran los titulares de una patente de corso.

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El temido 'Felicity'
A Antonio Riquer se le asignó el jabeque San Antonio y Santa Isabel, un navío de tres palos con velas triangulares, con la que también se podía navegar a remo, y que se encontraba realizando reparaciones cuando, la tarde del 1 de junio de 1806, el temido bergantín inglés Felicity fue avistado rumbo al puerto de Ibiza.

En aquella época, la supremacía en el Mediterráneo la tenía aquel fabuloso bergantín, que desplazaba 250 toneladas, estaba dotado con una tripulación de 75 hombres, con al menos 14 cañones y cuyo capitán era un joven corsario italiano al servicio de Inglaterra que residía en Gibraltar: Michelle Novelli que, por su origen y prepotencia era más conocido como El Papa.

El Felicity se presentó en Ibiza dando lentas y amenazadoras pasadas delante de las murallas de la ciudad, pero lo suficientemente alejado como para no estar al alcance de sus cañones. Los ibicencos se temían lo peor y comenzaron a sonar las campanas de alarma.
Al conocer la noticia, Antonio decidió intentar una locura: atacar a los ingleses. Su padre, que formaba parte de su tripulación, intentó disuadirlo de la idea, pero no tuvo éxito. El capitán dio orden de finalizar las reparaciones y mandó a buscar a sus hombres para asistir a una misa antes de zarpar.
Pero Riquer no estaba loco, sino que se había percatado de que la ausencia de viento de aquel día le daba una gran ventaja frente a aquella mole, ya que su jabeque, podía ser movido a remo y podría maniobrar de maneras que los ingleses jamás habrían imaginado sin viento.
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David contra Goliat
El San Antonio y Santa Isabel se hizo a la mar con una tripulación de 30 personas y con una artillería de tan sólo ocho cañones. El pequeño navío desplazaba 72 toneladas, frente a las 250 de su rival. David contra Goliat.

Pero Antonio no sólo confiaba en su maniobrabilidad sin viento, también en sus “frascos de fuego”, envases de vidrio que se llenaban de pólvora y se arrojaban a la cubierta del barco enemigo. Cuando se habían lanzado suficientes, se arrojaban otros que llevaban una mecha encendida que, al impactar en la cubierta llena de pólvora, provocaba un incendio que obligaba a su tripulación a apagar el fuego y abandonar el combate.

Un bergantín.

Un bergantín. Wikimedia Commons

El ibicenco se dirigió remando hacia el Felicity que, sin suficiente viento para maniobrar, no consiguió ponerse en posición para cañonearles a distancia. El San Antonio y Santa Isabel maniobró acercándose con ventaja al bergantín inglés para lanzarle sus “frascos de fuego”, provocando un incendio que les permitió abordarlo y entablar la lucha cuerpo a cuerpo con los hombres que no se había tirado al mar huyendo de las llamas.

El combate duró tan sólo 20 minutos, ante la asombrada población local, que contemplaba entusiasmada desde las murallas de la ciudad como su pequeño David volvía a puerto remolcando a Goliat. Once ingleses fallecieron durante el enfrentamiento frente a las cinco bajas que sufrieron los ibicencos, entre ellos el padre de Antonio. Los supervivientes del Felicity fueron enviados a realizar trabajos forzados en Palma, aunque fueron liberados poco tiempo después.

El nacimiento de una leyenda
Esta extraordinaria victoria provocó que Carlos IV concediera a Antonio Riquer una pensión mensual de 10 escudos y el grado de alférez de fragata. Tras la batalla, su jabeque quedó irreparable, motivo por el que intentó comprar con su parte del botín el Felicity, pero a pesar de sus sucesivos escritos al primer ministro Manuel Godoy, no consiguió que le asignarán el barco inglés, aunque sí que le pusieran al frente de una flotilla de naves corsarias que protegían las costas baleares, dejando de ser corsario particular, para serlo al servicio de la Corona.

En 1840 se retiró de manera definitiva, tras haber comandado el guardacostas Fénix, sin apenas propiedades ni fortuna, a pesar de haber conseguido importantes botines a lo largo de toda su trayectoria profesional, tan sólo con el honor de haber sido, posiblemente, el corsario más valeroso y conocido de toda Ibiza.

Monumento a los corsarios de Ibiza.

Monumento a los corsarios de Ibiza. Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera

Fallecía el 3 de julio de 1846 en su casa en la calle de la Virgen, en Ibiza, pobre y olvidado, hasta que, el 2 de junio de 1905, 99 años después de su gesta, se propuso que se conmemorara el centenario de aquella legendaria hazaña. El ayuntamiento decidió organizar una serie de actividades para recordarla, además de autorizar la construcción de un obelisco en su honor.

El 1 de junio de 1906, justo el día en que se cumplían 100 años de la batalla, se colocaba la primera piedra del monumento que recordaba no sólo a Antonio Riquer, héroe de Ibiza, sino a todos los corsarios de la isla que durante siglos surcaron el Mediterráneo.
La legendaria batalla de Antonio Riquer, el corsario de Ibiza que derrotó al barco...
  1. https://12ft.io/proxy?ref=&q=https:...-corsario-ibiza-mediterraneo/759674147_0.html
 
Eso lo supones tú pueblerino y sé ve que no has leído ni siquiera el artículo y solo has retenido los titulares, imagino que por ser un lazi catalán de los que van inventandosé una historia de una nación catalana que nunca ha existido.


"Pero entonces, ¿por qué su historia ha estado olvidada? Entre otros motivos, porque su función fue defensiva, a diferencia del resto de colegas europeos. El corsarismo español era un fenómeno de autodefensa que se daba donde las fuerzas regulares no eran suficientes o no existían, provocando que los más implicados por la amenaza enemiga tuviesen que tomar ellos mismo las armas bajo una patente de corso que concedía la Corona española¨.
 
No digo que el combate no fuera meritorio, pero "la supremacía en el Mediterráneo" no la tenía un bergantín de 250 toneladas, 75 hombres y 14 cañones...


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De la organización de la Armada Española en esa época no he encontrado un cuadro tan esquemático, pero no andábamos a la zaga en navíos de línea de dos y tres puentes. En este artículo se puede profundizar en el tema:

A ver si los hezpanchistas cuidáis un poco el lenguaje, porque hablar de una escaramuza entre lo que hoy en día serían dos lanchas patrulleras, como una "batalla legendaria" y "extraordinaria victoria", da a entender que no tenemos ninguna victoria mejor de la que sacar pecho.

Convertís la historia en una pantomima ridícula que nos humilla.
 
Última edición:
Desconozco el término que empleas es de "hezpanchistas" ni de dónde lo has sacado pero lo que índica el artículo es que lo heroico y batalla legendaría viene por la diferencia entre un navío como:

Las diferencias entre ambas naves eran abismales: en el Felicity viajaban 75 hombres, cañones, obuses y tres cajas con todo tipo de armas, mientras que la embarcación ibicenca apenas reunía 58 hombres y un armamento mucho más modesto. Además, el primero estaba comandado por Miquel Novelli, un italiano de 27 años que tenía fama de ser un corsario valiente que atacaba siempre que podía sin medir las fuerzas del enemigo. Este currículum no amilanó a Antoni Riquer y los suyos, que comenzaron a perseguir a sus adversarios desde el puerto de Eivissa. El enfrentamiento se produjo a cinco leguas marinas de la isla de Formentera cuando el barco ibicenco consiguió acercarse al Felicity y fue recibido con descargas de artillería.


Sin embargo, los ibicencos empezaron a lanzar botellas de fuego que convirtieron la nave enemiga en un polvorín que acabó incendiándose y que obligó a rendirse a toda la tripulación enemiga. Una vez neutralizado el
peligro, Riquer y sus hombres asaltaron el Felicity y consiguieron que los ocupantes de la nave se rindieran aunque las bajas en ambos bandos fueron importantes: un total de 16 muertos, entre ellos el padre de Riquer.

Esta victoria le valió al corsario ibicenco el grado de alférez de fragata y una pensión mensual de diez escudos. A pesar de ello, Antoni Riquer nunca volvió a vivir una hazaña comparable a la que le hizo pasar a la historia.
La última información que se tiene de él data del año 1839 cuando comandaba el guardacostas Fénix, de 25 toneladas y 17 tripulantes, un barco con una categoría muy por debajo de los que había tenido a sus órdenes en el pasado. En 1840 se retiró definitivamente sin tener apenas propiedades ni fortuna, únicamente con el honor de ser el corsario más valeroso de la isla.

Pero claro, eso para tí no ha de ser una gran victoria, de eso no hay duda, para tí (por lo que parece ser) un reconocido "antihezpanchista" eso es muy poca cosa, al fin y al cabo por como te expresas ya estás a la vuelta de muchas cosas en esta vida y valoras la historía pasada en su justa medida, sin las exageraciones de otros que desconocen como tu la historia.

 
Última edición:
Esta victoria le valió al corsario ibicenco el grado de alférez de fragata

Que es el rango mas bajo de la oficialidad en la Armada, y el que recibe automáticamente cualquiera que se gradúe en la Academia Naval.

Las diferencias entre ambas naves eran abismales: en el Felicity viajaban 75 hombres, cañones, obuses y tres cajas con todo tipo de armas, mientras que la embarcación ibicenca apenas reunía 58 hombres y un armamento mucho más modesto.

Según el propio artículo, 14 cañones contra 8. Es decir, dos barcos de la categoría mas baja de la escala.

La última información que se tiene de él data del año 1839 cuando comandaba el guardacostas Fénix, de 25 toneladas y 17 tripulantes, un barco con una categoría muy por debajo de los que había tenido a sus órdenes en el pasado.

Muy por debajo no. Pertenece exactamente a la misma categoría que el barco que había comandado en esa escaramuza. Es decir, la mas baja.

Desconozco el término que empleas es de "hezpanchistas" ni de dónde lo has sacado pero lo que índica el artículo es que lo heroico y batalla legendaría viene por la diferencia entre...

La diferencia entre dos navíos de la categoría mas baja, en una acción en la que el español supo sacarle ventaja al hecho de que no había casi viento y su barco, al ser mas ligero, podía moverse mas rápido a fuerza de remos, evitando que el navío enemigo pudiera posicionarse para disparar (los cañones en esa época iban fijos en los costados), para acercarse lo suficiente como para lanzarle bombas de mano incendiarias.

Como ejemplo de maniobra táctica de la época, es una historia muy interesante. Aprovechar que no hay viento para negar las ventajas del adversario y aprovechar las propias para derrotarlo.

Pero de ahí a llamarlo "combate legendario", es una pomposidad exagerada.

Pero claro, eso para tí no ha de ser una gran victoria, de eso no hay duda, para tí (por lo que parece ser) un reconocido "antihezpanchista" eso es muy poca cosa, al fin y al cabo por como te expresas, estás a la vuelta de muchas cosas en esta vida y valoras la historía pasada en su justa medida, sin las exageraciones de otros.

Eh, si, exactamente, valoro la historia en su justa medida. Un buen ejemplo de maniobra táctica y una historia muy interesante que además pone la atención en un aspecto poco conocido de la época como es el corsarismo mediterráneo. Puntos extra porque se trata de una historia en la que un piratucho inglés va de guay y se come un owned. Da para escena de una peli de aventuras.

Pero de ahí a narrarlo como si el protagonista le hubiera dado caza al Bismark, y diciendo chorradas como que "en aquella época, la supremacía en el Mediterráneo la tenía aquel fabuloso bergantín que desplazaba 250 toneladas", pues como que le resta credibilidad al relato y logra el efecto contrario al que pretende. Porque por lo visto en 1806 los ingleses dominaban el Mediterráneo gracias a un bergantín de 250 toneladas, y no gracias a los 27 Navíos de Línea de dos y tres puentes que desplazaban cada uno entre 1.750 y 2.500 toneladas, y que habían machacado a la flota franco-española en Trafalgar un año antes.

No me gusta que me intenten vender películas, ni aunque sean de los míos.
 
Última edición:
Convertís la historia en una pantomima ridícula que nos humilla.

Hombre, yo no llegaría a tanto. Considera el ditirambo que se le ha dado a acciones aliadas muy menores de la 2GM, digamos lo de Telemark, el semificticio escuadrón 633 de Mosquitos (peliculón) o los (muy ficticios) cañones de Navarone (casi peliculón). Incluso la gesta inútil de los alemanes en Creta, que fue una acción muy mayor y que podría haber condicionado seriamente el curso de la guerra pero que a la larga no tuvo importancia estratégica.

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Comparada su importancia con algunas acciones del inicio de la campaña de Francia en 1940, la Batalla de Inglaterra o Kursk son nada, memeces. Pero pese a su escasa relevancia estratégica son acciones heroicas y de mérito y valen para una película. Lo del corsario ibicenco también y estaría bien que en España tuviéramos el espíritu de hacerlas.
 
¿Y que pasó con el tal Michelle Novelli?.Imagino que terminaría colgando de una cuerda en Ibiza.
 
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