La experiencia de emigrar a otro país europeo

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La experiencia de emigrar a otro país europeo tras una oferta de empleo espectacular: "En España no tenía calidad de vida"



La experiencia de emigrar a otro país europeo tras una oferta de empleo espectacular: "En España no tenía calidad de vida"
Jorge Martínez NOTICIA14.02.2024 - 12:47h


Rebeca (i), Inmaculada (c) y Cristóbal (d), españoles que han emigrado a otro país.Cedidas

"Noruega busca trabajadores españoles con salarios de 5.500 euros de media si cumples este requisito", "Luxemburgo ofrece 3.000 puestos de trabajo con sueldos de hasta 5.000 euros" o "Suiza busca trabajadores españoles por sueldos de hasta 8.000 euros al mes"... son solo algunas de las jugosas ofertas de trabajo que a diario se publican en numerosos periódicos digitales. En casi todas ellas las características son las mismas: puestos de empleo con sueldos altísimos en alguna parte de Europa y sin la necesidad de saber siquiera el idioma del país en cuestión.
Lejos de parecer mentira, lo cierto es que muchos se inscriben y acaban consiguiendo un oficio que, aunque a miles de kilómetros de España, ofrece unas condiciones mucho mejores que las que encuentran en nuestro país. La mayoría de todas las ofertas tienen además otro punto en común: las vacantes se publican a través de la red EURES, un portal de empleo dependiente del Ministerio de Trabajo y Economía Social destinado a conectar empresas con demandantes de empleo dentro del continente europeo.


Hasta 18.000 personas dejaron España para irse a trabajar fuera a través de este portal en 2022. Así lo revelan los datos remitidos por EURES a 20minutos, que aún se encuentra a la espera de revelar su informe sobre 2023. La mayoría de contrataciones fueron peones en el sector primario, auxiliares, educadores infantiles y conductores. En cuanto a los países, en ese mismo año Alemania, Irlanda y Bélgica se convirtieron en los que más ofertas publicaron para reclutar trabajadores españoles.


Se va a trabajar a Alemania porque su empresa le dobla el sueldo: "En España tienes que dar gracias y aquí puedes elegir"
Una de tantas que ha dejado todo para irse a vivir al extranjero es Inmaculada Lozano. De 45 años, esta catalana ha cambiado la precariedad con la que vivía en Rubí, en Barcelona, por un sueldo de 3100 euros netos en Stavanguer, una ciudad ubicada en la costa sur de Noruega, en la que trabaja como conductora de autobús desde marzo de 2023: "Me saqué el carnet en España y estuve incluso cuatro meses trabajando de ello en Barcelona, pero vi la situación muy precaria, el horario era de 8 a 9 horas seguidas y no teníamos ni descansos. Me decían 'aquí no hay pausas, eso es lo que te sobre cuando llegues a la cabecera'. Tampoco había baños y no todas las líneas pasaban por los servicios, así que te tenías que parar en mitad de la ruta con la gente en el bus para poder ir al baño".

Conducir autobuses, y sin saber el idioma
Decidida a cambiar su situación, Inmaculada, que reconoce que ya tenía Noruega en mente, vio una oferta en octubre de 2022 a la que aplicó sin pensárselo. Se buscaban conductores de autobús en el país de los fiordos, con sueldos de 3.300 euros y sin necesidad de tener conocimientos de noruego o de inglés. "Mandé mi currículum y al día siguiente me contestaron que estaba ya seleccionada para la entrevista y un examen de conducción", cuenta Inmaculada, que tuvo que viajar a Madrid para hacer ambas pruebas.
Inmaculada Lozano, en su trabajo como conductora de autobús en Noruega.Cedida
"Después me llamaron porque había sido seleccionada", explica. Tras ello, como ya se indicaba en la vacante, Inmaculada tuvo que trasladarse hasta Alfaz del Pi, en Alicante, para iniciar un curso de noruego desde cero junto a otras siete personas: "Es muy intenso, son 33 días, de lunes a domingo, y con pensión completa". El precio total de su estancia en la localidad alicantina fueron 2.500 euros, de los que luego recuperó 2.200 gracias a las subvenciones europeas que financian este tipo de cursos. Y todo, aún así, cuenta que valió la pena: "Sales con un B1 de Noruego, lo que te piden para trabajar".

Su llegada a Noruega
Tras aprobarlo, la compañía le anunció que su llegada a Noruega sería el 1 de marzo de 2023, 15 días después de terminar sus clases. El primer mes, asegura, cobró un poco menos porque todavía se dedicaba a la formación: "Nos tuvimos que aprender 15 o 16 rutas, cómo se conduce aquí, cómo son los tipos de autobuses, saber manejar la maquina de billetes, etc". Pero pasado este tiempo de adaptación, Inmaculada ya empezó a cobrar lo normal y a trabajar como una empleada más.
Un cambio que, tras meses trabajando, describe como todo un acierto: "Yo me siento muy agradecida por lo fácil que nos lo han puesto, ha sido todo muy rápido, he venido con muchas ganas y con una actitud muy positiva", afirma. En su caso, además, su marido y sus dos hijos se fueron a vivir con ella a los cuatro meses de su llegada. Los cuatro viven en un piso por el que pagan cerca de 800 euros al mes y la experiencia, cuenta, está siendo positiva: "Nos hemos ido adaptando todos muy bien, yo me veo quedándome a la larga".


El dilema de la jornada de 37,5 horas: más conciliación y productividad, pero también más costes empresariales y ajustes salariales
Ahora, tras nueves meses de conductora de autobús, Inmaculada narra con ilusión que su nuevo empleo le permite incluso ir seleccionando algunos de sus horarios. Además, no siempre hace la misma ruta, ya que "primero haces la ruta uno, luego la dos, y luego pasas a la cinco; no estás haciendo el mismo camino todo el día". Ya afincada en Noruega, cuenta también por fin con lo que reclamaba como su derecho más básico: tener media hora de descanso, y con una compensación económica de más dinero en caso de que le toque hacer turno partido. Aunque asegura que "cada uno tiene sus cosas" y que entiende que hay gente que no podría adaptarse, afirma que todo a su alrededor, tanto la gente, como la empresa, le han aportado cosas positivas: "Yo lo recomiendo totalmente, es algo que vale la pena".
A Estocolmo como veterinaria
La misma situación de Inmaculada es la que ha vivido Rebeca Rivas, veterinaria de 33 años que ha dejado las largas noches de urgencias y las jornadas partidas de la clínica en la que trabajaba en Lugo, por otra ubicada en la capital sueca. Estocolmo, indica, ha sido la ciudad donde ha conseguido estabilidad, poder ahorrar, y, sobre todo, disponer de tiempo de descanso.
"Ahora me doy cuenta que en España no tenía calidad de vida. Estaba muy quemada por el poco tiempo libre que tenía y las condiciones, hacer guardia de noche, lo poco que se paga, lo poco que te queda...", describe. Su pareja, químico de profesión, se encontraba también en la misma situación. El fue el primero de los dos en encontrar trabajo en Suecia y ella, decidida también a buscar un cambio y acompañarle, empezó a buscar ofertas en Internet.
Rebeca Rivas, en su clínica veterinaria en Estocolmo.Cedida
"Me apareció una noticia de que se estaban buscando veterinarios en Suecia y se estaban haciendo entrevistas en Zaragoza. Fui a hacerla y luego estuve un tiempo en contacto con EURES. Me preguntaban qué cuando quería empezar, yo tenía que resolver unas cosas, así que me fui a los cuatro meses", añade. Para su trabajo, Rebeca señala que no se pedía saber sueco, aunque sí inglés: "Aquí todo el mundo lo habla, incluso señores de 80 años, además con el puesto te van dando clases de sueco, pero con el inglés no hay ningún problema; lo que buscaban no era tanto el idioma, sino tener experiencia".
Su nuevo empleo, afirma, con el que ha pasado a doblar el sueldo que cobraba en Galicia, le ha permitido asimismo contar con cosas que le parecían "impensables" hace tiempo, desde no hacer horas extras, los 300 euros al año que recibe para gastar en spas o gimnasios, o que le preguntasen si quería trabajar ocho, seis o cuatro horas por jornada. "Aquí he podido ahorrar en un año y medio lo mismo que en más de tres años en España; se tiene mucho más tiempo libre, ahora me he dado cuenta que estoy viva", sentencia ilusionada.
De Granada a Alemania como educador infantil
No solo los países nórdicos ofrecen buenas condiciones y puestos de trabajo. Cristóbal Fajardo es otro de los que han emigrado por Europa. En su caso, su destino ha sido Frankfurt, en Alemania, lugar al que se ha desplazado tras sus continuos intentos de encontrar un empleo de educador infantil en España y las pocas expectativas de conseguir plaza en las oposiciones a maestro: "Cuando ves que se presenta mucha gente para tan pocas plazas te empiezas a desanimar, así que vi la oportunidad de tener un trabajo indefinido en otro país y con unas condiciones establecidas".
Natural de Granada, con 27 años consiguió así la oportunidad de irse a través de la agencia Helmeca, que también publica sus ofertas en la red EURES. La empresa se encarga de poner en contacto a graduados en Educación Infantil con empresas alemanas que demandan mano de obra española en este campo debido a la falta de alemanes cualificados. "Envié el currículum, luego tuve que enviar un vídeo respondiendo a varias preguntas, luego otro de presentación y la última parte fue una entrevista presencial", explica.
Cristóbal Fajardo, como educador infantil en Alemania.Cedida
Como cuenta Cristóbal, no tenía ningún conocimiento de alemán en el primer momento en el que decidió irse. La oferta tampoco se lo exigía, sino que indicaba que la formación a quienes se postulasen para este tipo de puestos corría a cargo de la empresa. Así que, como en otros casos, él también tuvo que realizar un curso intensivo. Fueron en total seis meses, más de cinco horas todos los días: "Al final sales con un B2 y allí ya te dicen a qué ciudad te van a destinar".
A su llegada a Frankfurt, donde lleva ya viviendo un año y ocho meses con un sueldo de 3000 euros, asegura que la ciudad le acogió "con mucha comprensión" por ser extranjero y que, además, los compañeros han sido muy comprensivos. Las sensaciones positivas de Cristóbal tienen otro punto en común con las de Inmaculada y Rebeca. Los tres señalan que sus sueldos son mucho más altos que lo que se gana en España y, aunque reconocen que las cosas son también más caras, afirman que aún así se tienen compensados tras haberse ido: "Los sueldos en Alemania están bastante bien, es verdad que el nivel de vida es más caro pero en el supermercado las cosas tienen más o menos el mismo precio. La vivienda está aquí al mismo nivel que el de Madrid o Barcelona, yo vivo a cinco minutos del centro y no pago nada exagerado" expone Cristóbal.


El SEPE busca personal para la construcción con sueldos de hasta 35.000 euros con contrato fijo y sin experiencia previa
Por el momento, él es, así, uno de tantos que ha encontrado un puesto mejor, con un sueldo también mejor, y con unas condiciones mucho mejores fuera de nuestras fronteras, así que tampoco valora volverse a España: "Cuando en España no tienes trabajo y de repente surge una oportunidad en otro país, yo lo recomiendo totalmente. Si lo que quieres es ir a otro sitio y ganar experiencia, Alemania es un buen sitio".
 
Hay que saber buscar para pillar estas ofertas en el ecstranjero donde no piden experiencia ni saber el idioma nativo.

Quien no sale del paro y de la pobreza es porque no quiere.
 
Cada vez más ganas de salir de este país cuencoarrozista y ganar cortesanas en Fenoscandia.
 
No había rubitos tremenditos

Hasta que me entere con retraso (con perdon) que por país Vasco hay MAÑACOTES como los de la estepa tú.
Si regreso me iré ahí a pillarme a un Dimitri Vasco de esos o mejor por Tarifa. Ahí dicen que hay rubitos sommers
 
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