A esta ralea traidora al pueblo que se han creído que son aristócratas del siglo XVIII hay que darle una lección de las buenas, un asalto a su mansión y sacarles a palos! Untarlos en pez y cubrirlos de plumas para terminar atándolos a un burro y azuzarlo, p'a que el pollino salga a la carrera por Galapagar con los dos mamarrachos a lomos dando alaridos.