Buscan a hombres con buenos ingresos que paguen por su compañía y disponibilidad sin descartar encuentros sensuales
La crisis empuja a más mujeres a convertirse en 'sugar babies' para llegar a final de mes
“No vengo a buscar relaciones por el morro. Sé el porqué de esta página. Por tanto, si quieres, podríamos quedar un día, buscamos antes un acuerdo económico y vemos qué pasa. A partir de ahí… descubramos lo que puede pasar”. Este es el ejemplo del tipo de mensajes con los que Marta (nombre falso) se encuentra a diario en la página web en la que se ha dado de alta y que pone en contacto a sugar daddys con sus posibles sugar babys. Este tipo de relaciones, en las que una mujer joven busca el apoyo económico de un hombre bien posicionado a cambio de compañía (o algo más) llevan años existiendo. No obstante, la crisis económica derivada de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo ha hecho que cada vez más mujeres, de todo tipo de perfiles, busquen en estos acuerdos una solución para poder llegar a final de mes.
“Había oído hablar de los sugar daddys en algún reportaje pero tampoco tenía muy claro cómo funcionaba, así que me puse a curiosear por internet y encontré algunas páginas donde se establecen ese tipo de contactos”, comenta sobre sus inicios en este mundo.
“Leí mucho sobre qué es lo correcto y qué no en este tipo de relaciones, sobre cómo exponer lo que busco sin parecer una cortesana y cómo identificar a quienes son realmente sugar daddys o simplemente hombres que buscan sesso a cambio de dinero”, añade. Una vez resolvió las dudas que tenía, y viendo que no la llamaban para ninguno de los procesos de selección a los que se presentaba, decidió crearse un perfil en una de las webs.
“La verdad es que no tenía muchas esperanzas porque me veía un poco mayor para esto. Por lo general, esto es algo que hacen chicas que están estudiando y que ganan poco dinero o quieren tener caprichos. No pensé que tras abrirme un perfil con mi foto y mi edad reales recibiría tantos mensajes de hombres dispuestos a hablar ‘del acuerdo’” relata utilizando el argot que se emplea en estos círculos.
“De momento tengo a dos sugar daddys, uno me da 280 euros por encuentro y el otro 200. Salimos a cenar o quedamos para compartir una buena conversación. El sesso no ocurre siempre aunque es algo intrínseco en la negociación y, al final, se acaba dando” relata esta nueva sugar baby quien confiesa que gracias a estos ingresos, los únicos que percibe, puede afrontar el alquiler y la cesta de la compra mensual. “Nunca pensé que acabaría haciendo esto. Es inevitable, sobre todo al principio, sentir que estás acostándote con alguien por dinero y eso, por cultura, te hace sentir mal. Pero si das con un sugar daddy de verdad, esos pensamientos se borran porque la relación que estableces va más allá”.