Para empezar, le diría al presidente de la Conferencia Episcopal que debería ahorrarse opiniones sobre política, políticos, partidos políticos, etc. Básicamente porque NO nos interesan y porque NO son ni deberían ser jamás algo que le preocupara a la conferencia episcopal.
La conferencia episcopal debería de estar preocupada por otras cosas como son la pérdida de católicos en el mundo, que ya solo van los abuelos y algunas nietas a misa, que se está dando cada día más pasos en la cultura de la fin, que la Iglesia tiene una imagen lamentable entre la gente, especialmente entre la gente menor de 70 años, o sea, casi toda la población... etc.
Decepciona muchísimo que un obispo hable de cosas que le deberían importar cero en lugar de dar a los católicos motivos para sentirse orgullosos de sus obispos y sacerdotes.
Y más cosas le diría.
Entre otras, que a ver si se dedican a rezar más en lugar de hacer tanto el postureo por las teles y las radios. Que da fruta vergüenza verles como si fueran estrellas mediáticas en lugar de gente de oración y de palabra de Dios.