Alberto Pardellas, exalcalde del municipio ourensano de Melón (3.000 habitantes), condenado en sentencia firme a ocho años y medio de inhabilitación para ejercer cargos públicos por prevaricar al construir un polideportivo anexo al monasterio de Santa María, fue designado ayer director general de ese ayuntamiento. El nombramiento lo hizo su mujer, Cristina Francisco, y horas después, el matrimonio acudió a un acto institucional. "La alcaldesa decidió que era necesario un director general", explica la designación Pardellas -del círculo íntimo del presidente provincial del PP, José Manuel Baltar Blanco- que en mayo pasado colocó a su mujer en el primer puesto de la lista ante la imposibilidad jurídica de presentarse él. Lo intentó. Tramitó una petición de indulto para arañar unos meses a la actividad política, pero se topó con la negativa del presidente del PP gallego, Núñez Feijóo.
Cristina Francisco, empleada en un establecimiento comercial (puesto en el que está de baja) y sin experiencia política, mantuvo la mayoría absoluta heredada de su marido. En la campaña vendía el "dos por uno" que significaba el voto por el PP reconociendo que estaría asesorada por su marido.
El exalcalde la asesorará ahora con cargo institucional. "Mientras no se resuelva lo del indulto puedo ejercer el puesto", explica el nuevo director general a quien no le parece extraño que un pueblo de 3.000 vecinos cuente con esta figura. Lo justifica aduciendo que en el Ayuntamiento de Ourense (110.000 habitantes) también existe. Y advierte de que no cobrará por ello. "Mi mujer también renunció a su sueldo hasta diciembre". La familia Pardellas-Francisco vivirá mientras tanto, dice, de los ingresos de sus "negocios".
La alcaldesa de Melón nombra a su marido director general · ELPAÍS.com
