Al final, para pedir ayuda este mes se fijan en la facturación de febrero, que fue un mes normal, con lo que los requisitos los cumplirán cuatro autónomos que tuviesen pie y medio en la quiebra antes de que comenzase la crisis del bichito (un 25% de la facturación media del semestre anterior es haberse dado una leche antológica).
En abril podrán pedirla los que tuvieran ya un mal comienzo de marzo; los que en marzo comenzasen normalmente, también superarán el 25% de la facturación media.
En abril puede darse la situación de que la economía se reactive un poco al final del mes, y entonces tampoco se cumpla el requisito del 25% (que es estricto de narices). Las autoridades se habrían colgado una medalla implementando unas ayudas con unos requisitos que las hace inalcanzables. Eso lo sabríamos los autónomos, pero no los demás, que, lógicamente, habrán leído u oído la noticia, pero no se habrán molestado en interpretar la letra pequeña.
Pero es que hay más. A medida que los meses de febrero y sobre todo, marzo y abril, que habrán sido más flojos que lo habitual, empiecen a tenerse en cuenta en el semestre de referencia para quien tenga que pedir la ayuda respecto de lo facturado en el mes de abril o mayo, si es que amplían el periodo de las ayudas, será cada vez más difícil cumplir los criterios para recibir esa ayuda.
Con lo que en principio podría haber pasado el periodo de aislamiento, y un número inmenso de autónomos que hayan sufrido graves reducciones de ingresos no habrán recibido ni un euro de ayuda, y habrán seguido pagando religiosamente sus cuotas íntegras, porque si te das de baja no tienes derecho a esas ayudas, que realmente no existen.
Estupidez combinada con maldad., eso es lo que podemos esperar de quienes nos gobiernan.