Es terrorífica esta obsesión por ocupar los ministerios y demuestra lo siniestra que es la 'democracia' española.
De periodistas que se supone que conocen como funciona la casaputas de la política se oyen cosas como: 'Es muy peligroso que el Ministerio de Hacienda cayera en alguien de Podemos porque podrían un impuesto de sucesiones o subirían el IRPF'
Se suponía que los nuevos impuestos o las modificaciones de los que existen ocurren por Ley, cuando el Parlamento aprueba con una mayoría suficiente, una Ley que crea un nuevo impuesto o modifica uno que existe. En principio, un ministro, al que no han elegido los ciudadanos, sino un petulante a dedo, no pueden hacer cosas como 'subir los impuestos'
Si en España hubiera una democracia, tendría que ser más o menos irrelevante quien sea el ministro ya que ese ministro, en una democracia, solo puede ser un gestor apolítico que se limita a poner en práctica lo que le ordena el Parlamento, por medio del Presupuesto y de leyes que le afecten.