Solo un apunte de aguelo cebolleta: en la pasada crisis del 93-97, cuanto mas inminente era el pufo, mas mentian politicos y banqueros.
me acuerdo especialmente de las bravatas de Solchaga previas a la devaluacion salvaje de la peseta ("no lo haremos jamas").
Y bueno, siempre he creido que una de las mejores maneras de aproximacion a la verdad es el humor, y esto es especialmente cierto en este pais de charanga, por eso soy lector habitual de El Jueves, y por eso me gustan webs como La Pagina Definitiva.
En este articulo, analizan el posible adelanto de elecciones al 27N:
La Página Definitiva » La red está llena de basura. Nosotros somos la prueba
Por si quedaba alguna duda, el abandono del Gobierno por parte de Pérez Rubalcaba para centrarse en su candidatura ha demostrado claramente que en el PSOE ya tienen previsto el adelanto electoral. No tiene sentido abandonar el ministerio del Interior, que aún podría darle a Rubalcaba el éxito de la desaparición de ETA en los próximos meses. Ni tampoco penar como alma condenada ocho largos meses de candidatura hasta marzo de 2012. Rubalcaba salta ahora a la arena para reducir distancias contra el PP aprovechando el supuesto tirón electoral de la novedad y la escenificación de su distanciamiento respecto del Gobierno (es decir, lo mismo que hizo Rajoy en 2003-2004).
Y figúrense si están desesperados en el PSOE que la estrategia de Rubalcaba se centra en presentarse a sí mismo como un candidato… ¡De izquierdas! ¡Un candidato que pondrá firme a la banca y recuperará el impuesto sobre el patrimonio! ¡Un candidato afín al 15M! ¡Y todo esto lo defiende el vicepresidente político del Gobierno como si fuese un candidato de la oposición al Gobierno! ¡Ni siquiera en Juego de Tronos se atreven a hacer un argumento tan enrevesado!
Hasta hace unos meses, Zapatero tenía la intención de agotar la legislatura. A fin de cuentas, pensaba ZP, “cuanto más tiempo sea presidente más tiempo seré presidente”. Tal pensamiento, que un análisis frívolo podría considerar inconsistente, escondía la profunda capacidad de sacrificio del aún presidente, dispuesto a inmolarse lo que haga falta para salvar a España del desastre, aun a costa de su carisma: ¡todo con tal de hacer las reformas precisas para reactivar nuestra economía! Ello, de paso, le permitiría seguir manteniendo el poder en el PSOE unos meses más, y quién sabe si, incluso, pilotar su sucesión.
Pero luego se le juntaron tres problemillas: 1) El descalabro de las Elecciones Autonómicas y Municipales; 2) El subsiguiente motín de los barones, que colocaron directamente a Rubalcaba como sucesor, obviando las primarias, y así demostraron que ZP ya no mandaba apenas nada; y sobre todo 3) Las reformas de Zapatero, en apariencia, no han arreglado nada. Se supone que aquello de jorobar vivos a los trabajadores y de regalárselo todo a la banca tenía por objeto reactivar el consumo, reducir el paro y la deuda y, en fin, evitar el destino de Grecia. Y, como ya contábamos la semana pasada, ya ven Ustedes qué bien. Y ello se ha llevado por delante la convicción del Gobierno de que, cuanto más prolonguen la legislatura, más posibilidades había de recuperar votos, lectura que ahora se hace justamente al revés: cuanto más aguanten, más desgaste electoral, y más crisis, se comerán.
Las señales son claras y el hundimiento de la deuda española ha acabado de clarificar el panorama: el Gobierno va a adelantar las Elecciones Generales, salvo sorpresa mayúscula, y en LPD queremos ser los primeros en subirnos al carro y en asombrar al mundo con nuestra capacidad predictiva. Si al final tenemos razón, no se preocupen, que ya se lo haremos saber en los meses sucesivos con las ya habituales alusiones a “LPD estuvo allí”, “LPD nunca se equivoca”, y demás. Y si nos equivocamos, tampoco se preocupen: Usted nunca podrá leer un reconocimiento del error, que para algo somos españoles: le echaremos la culpa a ZP, y en paz.
Y, ya puestos, hemos pensado que podríamos incluso especular con la fecha exacta. Resumiendo mucho: si se adelantan las Elecciones, lo lógico es celebrarlas en el mes de noviembre. Antes, con el verano de por medio, es demasiado pronto. Después nos plantamos en las Navidades, y adelantar las Generales a enero o febrero no tiene ningún sentido. Así que la apuesta es noviembre.
Ahora bien, ¿qué semana? En LPD nos encantaría que fuese el 20N. Imagínense, qué emocionado recuerdo al óbito del Caudillo, el fundador del actual sistema democrático. El hombre que murió en la cama y colocó en el poder a SM Campechano para que le gestionase el cortijo, y se aseguró también de rodear a Campechano de la misma gente que le había rodeado a él (la cual, por otra parte, tras 40 años de firme Gobierno del Caudillo, asociados con las grandes familias de siempre, ya se habían apoderado del país, y no lo pensaban soltar), tutelaría desde el más allá el proceso electoral.
Pero, precisamente por su enorme valor simbólico, el 20N será probablemente evitado por ZP. Las demás opciones (6, 13 y 27 de noviembre) parecen igualmente apropiadas, pero la rumorología parece decantarse por el 27, y nosotros nos subimos al carro. Si luego se adelantan, pero el día 13, o el 6, la culpa es de los frívolos rumores, no nuestra.
El adelanto tendrá un efecto beneficioso para el PP: minimizar el daño electoral que puede causarles las medidas de recorte del gasto en las CCAA que ahora gestionan, que son casi todas, pues no habrá tiempo para que estas se hagan totalmente visibles. Pero también puede beneficiar al PSOE, además de para no prolongar más la agonía, en un sentido perverso, si las Elecciones Autonómicas en Andalucía no se adelantan también: una vez venza el PP, y comience a aplicar recortes del gasto a saco, el PSOE andaluz podrá evitarse la parte alícuota de voto de castigo que pueda provenir de la gestión de Zapatero y presentarse como el último mohicano, la reserva espiritual de la izquierda, ante la marea azul. Y ello tal vez le permita salvar los muebles en el último momento.