Me gusta el hincapie generacional.
No veo claro que podamos con él a corto plazo.
Cada vez que, armándome de valor, oteo lo medios de cualquier tipo; leo, escucho, veo; además de arcadas (esto sí que es ahcer de tripas corazón); sólo veo basura.
De distintos olores, colores y sabores. Pero basura. Además basura de la misma composición esencial. Varía en lo superfluo, en lo accesorio.
Creo que ese es el denominador común de la sociedad burbuja.
Es de plástico, sin esencia ninguna, y sobrevive a base de variaciones sobre lo mismo, de combinaciones y aberraciones imposibles sobre los mismos componentes esenciales. El problema es que esos componentes están tan degradados, que sólo se construyen sucedáneos, que se intentan hacerr pasar por genuinos.
Escritores, intelectualoides, ejpertos, politicastros, gurús, sociólogos, sanadores, emprendedores.
Da igual.
Todos ofrecen hez.
Autoayuda.
Pensamiento positivo de hez.
Carritos del helado.
Y tú más.
Hasta los supuestamente renovadores, que incluso algunos creen sinceramente serlo, están tan imbuídos de la hez imperante en la última década (las 2 anteriores las considero el inicio de la desviación, pero sin haber llegado al no retorno; el Norte, desde lejos, aún se podía ver);que no ofrecen más que análisis llenos de hombrenuevismo.
Muerte al hombre nuevo.
Viva el superhombre.
La generación morirá matando.
Si el verdadero capitalismo está con nosotros, que se moje. Y que se note. O que nos de instrucciones.
No se puede ser combativo siendo el maquis esperando a que entren los aliados aprovechando el pisuerga de la IIGM.
Abran canales de comunicación diáfanos, o criptográficos si los prefieren, pero que los potenciales combatientes no enteremos, o preferiremos, sencillamente, ver morir la anterior estructura trabajndo nuestro huerto.
Sds.