Algunos queréis la legalización del maltrato doméstico (lo que la derecha llama "Correctivo Cristiano"), pero eso se acabó. La España De Los Cinturones se acabó.
Yo por mi parte no deseo eso en absoluto. Pero analicemos los hechos.
Es un tema cuya presencia en la sociedad española en términos reales es marginal, mínima. Solo es agrandado por los medios y por la agenda política interesada.
La ley hecha a propósito para este problema supuestamente tan grande contiene un elemento intolerable, que una persona pueda ser encarcelada simplemente por la denuncia de otra, sin pruebas, sin atender a los hechos. Eso nos retrotrae a las peores dictaduras. Ningún motivo puede hacer que se derogue la igualdad de derechos entre los ciudadanos, ni siquiera si la violencia doméstica fuese ese problema tan gigantesco como nos quieren hacer creer, que no lo es. Que se busquen otros métodos, pero no ése.
Tras 16 años de ley vigente la violencia doméstica no se ha reducido en absoluto, luego su aplicación es un fracaso. Pese a sacrificar la presunción de inocencia del varón no se ha conseguido nada.
Hay argumentos de sobra para derogarla, y todavía más, para realizar un juicio sumario contra sus instigadores y creadores y sentenciarlos a una condena durísima.