Holocausto comunista (Los crímenes que los demócratas hacen la vista subida de peso)

Vuestras condenas y jovenlandesalina progre barata os las podeis meter por donde termina la espalda, no creo que el motivo de este hilo sea ese.

El problema es el huelebraguismo de occidente con los sionistas, los cuales han impuesto la historia y jovenlandesal del vencedor para obtener el favor y la compasión, craso error estrategico y una muestra de debilidad cuando se trata de esta guano y que aún hoy perdura, cuando fueron los mayores instigadores de las guerras y genocidios en Europa desde los dos bandos(especialmente el comunismo) y una vez tomado el control del nuevo Imperio gUSAno (banca, politica, medios...) destruirnos a todos imponiendo su programa genocida y su decadente jovenlandesal judeomarxista, multiculturalismo, igualitarismo, etc... mientras se lo pasan pipa dividiendonos en mil facciones y desollandonos a traves de la finanza internacional o la inmigracion masiva. No tuvieron suficiente con la fin de 60 millones de gentiles.
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La cuestion es que no son unos angelitos con los que haya que tener compasión, sino todo lo contrario. Y ya mucho antes del Holocuento ya iban dando muestras de lo que son.
To fine it down, not only was Disraeli a Jew, but he had faith in the Semitic race, in the strength of Semitic intellect and idealism. From his unique position he could say what no other Jew dared whisper, that the Semite must conquer the world, that the Jew must master humanity before it could attain to the higher flights of civilization ; in fact, he believed indeed, he worshipped the Jewish mission: "And the law shall go forth from Zion." It is a strange phrase in that cynical mouth, and yet he fully believed it, and, worshipping the idea, strove for it with all his might.
(1902)
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Y vaya que si lo han conseguido.... todo occidente, especialmente si se trata de la progre-hez, esclavizados y masajeando masivamente pollitas enanas circuncidadas..... lo mejor es que ni se enteran de donde les vienen las palos.

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En primer lugar el comunismo como sociedad no ha existido todavía en la historia de la humanidad.

Luego respecto a las hambrunas y crímenes durante la Guerra Civil Rusa es bastante ridículo atribuir toda la responsabilidad de lo sucedido a los bolcheviques. Obviando la Intervención aliada en la Guerra Civil Rusa - cuyo objetivo era derrotar la revolución obrera en Rusia. Incluso ejércitos rivales en la 1ª G.M. no tuvieron inconveniente en unirse al servicio de los intereses del capital para combatirla. Esa es la "ayuda humanitaria" que enviaron.
Todos ellos, sumados a la oposición interna: Movimiento Blanco principalmente y otros.

Respecto a a la Gran Purga de Stalin hay que destacar que en ella se asesinaron a la gran mayoría de comunistas, del partido bolchevique que quedaron vivos tras la Guerra Civil.
También Stalin asesinó a la mayoría de altos cargos militares responsables de la victoria de los bolcheviques en la Guerra Civil Rusa. Sin olvidar los asesinatos de la mayoría de los que formaban parte del Comité Central del partido durante el gobierno de Lenin. De los 1.966 delegados del XVII Congreso del Partido Comunista celebrado en 1934, 1.108 fueron arrestados y casi todos murieron ejecutados o en prisión.
Y también los estalinistas asesinaron a cientos de dirigentes del partido comunista alemán en los años 30 y 40.
En resumen, no es nada exagerado afirmar que Stalin es el que más comunistas ha ordenado acabar en la historia.

Y si ciertos foreros repudian tanto los crímenes de Stalin habría que perguntarles porque sus referentes ideológicos pactaban con Stalin el reparto de Polonia con el Pacto Ribbentrop-Mólotov o Tratado de no agresión entre el Tercer Reich y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Aquí la firma del pacto:

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jorobar, otro hilo cansino del transcendental racial idealism
 
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LA FALACIA COMUNISTA


Un examen mínimamente riguroso de la evolución y el desarrollo del capitalismo moderno basta para constatar el papel fundamental desempeñado en la consolidación de éste por las dos grandes corrientes político-ideológicas que habrían de presentarse como sus más encarnizados adversarios. Y es que, como bien muestran los hechos, cada confrontación con esos pretendidos adversarios se ha traducido invariablemente en un reforzamiento progresivo del Sistema en vigor. Algo lógico, por otra parte, si se tiene en cuenta que los fundamentos básicos del capitalismo burgués (materialismo, cientificismo, economicismo, etc) constituyeron también la fuente de inspiración de sus teóricos enemigos, el marxismo y el fascismo, que en realidad no serían sino variaciones circunstanciales de un mismo tema. De ahí que esas diversas corrientes, antagónicas en las formas y apariencias, pero complementarias en lo esencial, hayan contribuido a configurar un proceso único plenamente consolidado en la actualidad.

De lo que significó el fascismo, de las causas que lo motivaron, de quiénes lo promovieron y de las utilidades que en su momento rindió, ya se habló en un ensayo precedente. Lo que aún queda por desvelar son las motivaciones que empujan a quienes a toda costa pretenden resucitar su fantasma, cosa que se hará cumplidamente en el último capítulo. Pero de lo que ahora toca ocuparse es del bolchevismo marxista y del régimen soviético.

De entre las diversas contribuciones del marxismo a la configuración de la sociedad contemporánea caben destacarse dos. En el ámbito ideológico, su mayor aportación, su verdadero cometido no sería otro que actuar como amplificador de los postulados materialistas inherentes a la mentalidad burguesa, postulados sin cuyo extendido arraigo el modelo socio-económico vigente en la actualidad nunca se habría impuesto de la forma abrumadora que lo ha hecho. En modo alguno es casual que los grandes foros del mundo capitalista se manifiesten en el presente abiertamente "progresistas".

Pero todavía queda un segundo aspecto que merece resaltarse, y para ello bastará con comprobar los efectos inmediatos producidos por el sistema capitalista a raíz de su implantación. Al hacerlo podremos ver que el régimen de explotación que dicho sistema instauró, las condiciones de vida en las que sumió a sus víctimas, y el inexorable descrédito de las falacias que sirvieron de sustento a su modelo político e ideológico, habrían desembocado inevitablemente en el colapso sin la aparición "providencial" de la "alternativa" marxista, que, entre todas las opciones posibles era, sin duda, la más nefasta, aunque para el Sistema (y no por casualidad) resultara ser la mejor. A mayor abundamiento, la táctica que el discurso marxista empleó no fue otra que reeditar en una nueva versión, y adaptados a las nuevas circunstancias, los clichés humanistas y los reclamos democráticos esgrimidos tiempo atrás por las revoluciones burguesas para implantar su régimen político. Una táctica que con el marxismo volvió a funcionar de nuevo, provocando aún mayores expectativas entre las masas desheredadas y desencadenando un régimen de opresión todavía mayor tan pronto como fue llevada a la práctica. Aunque tributario de la dictadura jacobina, cuyos procedimientos le sirvieron de inspiración, fue en el terreno de la filosofía y de la técnica totalitarias donde el marxismo desarrolló algún grado de innovación, y no en los señuelos liberadores de la clase obrera o en las tesis igualitarias, conceptos, ambos, muy anteriores al credo marxista, y que en éste nunca pasaron de ser espúreos adornos, como se pondría de manifiesto reiteradamente, y sin ninguna excepción, en sus sucesivas manifestaciones prácticas. De hecho, bajo la férula del régimen marxista instaurado en la URSS, la mayor máquina de picar carne que recuerdan los siglos y el modelo prototípico de todos los siguientes, la explotación y la opresión de los parias alcanzarían cotas desconocidas hasta entonces.

Hecha esta breve introducción, lo oportuno ahora será abordar más detenidamente dos aspectos fundamentales del régimen marxista por excelencia, el de la Rusia soviética, al objeto de poner de manifiesto la auténtica realidad de unos hechos permanentemente falsificados por la maquinaria ideológica oficial.

Esos dos aspectos a los que se ha hecho mención se corresponden con sendas falacias ya consagradas en el ámbito occidental, una de ellas merced a la intensa tarea manipuladora desplegada al efecto por el bando progresista, y la otra gracias a la desarrollada por el Sistema en su totalidad. La primera de tales falacias es la que ha atribuido al estalinismo todos los males de la puesta en escena del programa marxista, cuando lo cierto es que el régimen estalinista no supuso en realidad sino su más fidedigna y genuina interpretación.; y ahí están como muestra reciente los escritos del ínclito Althusser, un purista de la causa. La segunda falsificación está aún más arraigada, y goza de un consenso mayor, pues no en vano se trata de un dogma oficial compartido, a izquierda y derecha, por todas las facciones del Sistema. Un dogma en virtud del cual el régimen bolchevique se ha venido presentando como la alternativa antagónica y como una amenaza mortal para el capitalismo occidental, lo que nunca pasó de ser una solemne patraña. Muy pronto lo comprobaremos al describir los apoyos financieros que, desde un principio, y durante largo tiempo, afluyeron desde el bloque capitalista al "ogro" soviético.

Por lo que se refiere al primer punto, esto es, a la falacia de la "desviación" estalinista, se trata de un argumento que comenzó a utilizarse con profusión una vez finalizado el gobierno de Stalin en la URSS, y precisamente por aquéllos que, hasta ese mismo momento, habían negado sistemáticamente los excesos criminales de esa supuesta desviación, aunque las pruebas concluyentes se acumularan desde hacía tiempo. No obstante, lo más endeble de semejante argumento es que en todas las ocasiones y latitudes en que el marxismo se implantó, lo hizo siguiendo los cauces de la "desviación" totalitaria, incluso después de que el autócrata georgiano hubiera muerto. Y es que esa pretendida anomalía no fue sino la pura normalidad desde los primeros momentos, algo implícito e inherente al propio modelo, como bien demuestran los hechos; sirvan como muestra elocuente los que se exponen a continuación.

En pleno fragor de la revolución bolchevique, con Lenin y Trotzki al mando de la misma, la ciudad de Petrogrado fue escenario de graves convulsiones sociales, que comenzaron en los círculos proletarios de esa localidad, extendiéndose muy pronto a los marineros de la flota del Báltico, vanguardia durante 1917 del levantamiento soviético. El 28 de febrero de 1921, la tripulación del acorazado Petropavlosk emitió una resolución en la que se formulaban las reivindicaciones de la tropa naval, resolución que sería aprobada al día siguiente en el curso de una asamblea de toda la guarnición de Cronstadt.

Los principales puntos del programa aprobado eran la reelección de los soviets, la libertad de palabra y de prensa para los obreros, la libertad de reunión, el derecho a fundar sindicatos, y el derecho de los campesinos a trabajar la tierra del modo que lo deseasen. Reivindicaciones, todas ellas, fieles al más puro ideario soviético. Así pues, los marineros de Cronstadt no se sublevaban contra la causa revolucionaria, sino contra el régimen totalitario del Partido Comunista. De hecho, uno de los párrafos de la resolución, cuyo elocuente título era "Por qué luchamos", rezaba así: "Al efectuar la Revolución de Octubre la clase obrera esperaba obtener su libertad. Pero el resultado ha sido un avasallamiento mayor de la persona humana.....Cada vez ha ido resultando más claro, y ello es hoy una evidencia, que el Partido Comunista ruso no es el defensor de los trabajadores que dice ser, que los intereses de éstos le son ajenos y que, una vez llegados al poder, no piensan más que en conservarlo".

Como se podrá apreciar, volvían a reproducirse los mismos hechos que ya tuvieran lugar durante la Revolución Francesa, y de nuevo se levantaban los parias para reclamar la "soberanía del pueblo" y los restantes señuelos en cuyo nombre habían sido movilizados contra el régimen anterior. No será ocioso decir que también el desenlace se reprodujo otra vez. El 2 de marzo, Lenin y Trotzki denunciaban el movimiento de Cronstadt y lo calificaban de "conspiración blanca", ordenando acto seguido la provisión de una fuerza de 50.000 hombres que, al mando de Tukhatcchevski, salió para aplastar la revuelta. En la noche del 17 al 18 de marzo, tras encarnizados combates, la expedición punitiva penetró en la ciudadela rebelde defendida por 5.000 marinos y aplastó la insurrección. De entre los supervivientes, una parte fueron fusilados, y el resto trasladados a los campos de concentración de Arkangelsk y Kholmogory. La revuelta de Cronstadt, había declarado Lenin durante el X Congreso del PCUS celebrado en marzo de 1921, "es más peligrosa para nosotros que Denikin, Yudenitch y Koltchak (jefes de la contrarrevolución) juntos".

La represión y el gulag fueron instituciones consustanciales al Estado bolchevique desde sus inicios. Así, en una fecha tan temprana como 1925, la cifra oficial de fusilados por el régimen marxista se elevaba a 1.722.747, de los cuales un setenta y cinco por ciento eran obreros, campesinos y soldados. No obstante, y debido precisamente a su carácter oficial, esa cifra no recogía las ejecuciones sumarias ni las muertes ocurridas en las prisiones, y mucho menos aún las masacres colectivas. Según otro recuento igualmente oficial elaborado por el propio régimen leninista, en 1922 había 825.000 personas internadas en los campos de concentración de Kholmo, Kem, Naryn, Mourmane, Tobolsk, Portaminsk y Solovski. Al final de la época estalinista, el balance total de víctimas, incluidas las ocasionadas por las hambrunas provocadas artificialmente, arrojaba una cifra que oscila, dependiendo de las estimaciones, entre los treinta y cinco y los cincuenta y cinco millones de muertos.

Todos estos hechos, que incluso todavía hoy se pudren en el silencio, fueron denunciados desde muy pronto por revolucionarios disidentes, si bien sus acusaciones alcanzaron muy escaso eco en el ámbito occidental, ideológicamente colonizado por la nutrida ralea de los pseudointelectuales acomodados de izquierdas, cuya labor se vería propiciada, cuando no auspiciada claramente, por un Sistema capitalista que empezaba ya a explotar la utilidad que, en todos los órdenes, habrían de reportarle los estereotipos "progresistas". La ocultación y la manipulación sistemáticas de lo que realmente significó aquel evento ha sido de tal calibre que, pese a todo lo ocurrido, el mero hecho de proclamarse de izquierdas sigue valiendo todavía hoy como certificado de altruismo para un sinnúmero de fantoches, además de constituir el mejor procedimiento para convertir en éxito la más absoluta mediocridad. Por contra, los individuos íntegros que se atrevieron a denunciar la mascarada criminal fueron metódicamente silenciados y escarnecidos por una jauría de desalmados y medradores que, a cambio de su bajeza, han venido recibiendo la correspondiente recompensa en forma de reconocimiento y de estatus social. Vayan, pues, estas líneas en homenaje y desagravio de André Gide (calumniado y vejado tras sus denuncias de la infamia bolchevique por sus antiguos colegas de La Liga de los "Derechos" del Hombre), de Victor Serge, Boris Suvarin, Panaït Istrati, Artur Koestler y, en fin, de tantos otros militantes de una causa falaz que repudiaron tan pronto como los acontecimientos pusieron de manifiesto que no era la suya.

Hubo que esperar al desmoronamiento del bloque marxista para que una pléyade de farsantes se dieran cuenta de evidencias clamorosas que hasta poco antes prefirieron ignorar. Farsantes que ahora abominan de sus pasados planteamientos para abrazar con entusiasmo el nuevo credo progresista-liberal, esa fórmula definitiva en la que ya se amalgaman felizmente la libertad de beneficio y los "valores" de izquierdas. Aunque es lo cierto que, tanto los conversos recientes, como los devocionarios perennes del sistema capitalista que hoy denuncian con afectación los excesos del marxismo, deberían en realidad guardarle reconocimiento público, ya que la labor de disolución en todos los órdenes llevada a cabo por el materialismo marxista no ha hecho más que allanarle el terreno al capitalismo multinacional. Fue necesaria, por tanto, la dictadura jacobina, como lo sería después el totalitarismo soviético, para que el sistema capitalista alcanzara el poderío de que disfruta en la actualidad.

Todo lo dicho en el párrafo anterior enlaza directamente con la segunda gran mistificación apuntada al comienzo de este capítulo. Una falacia sostenida, como ya se señalara, por todas las facciones política del Sistema, y en virtud de la cual se presentó al régimen bolchevique como una amenaza mortífera para el capitalismo occidental. De la envergadura de semejante patraña dan buena cuenta, entre otros hechos, las cuantiosos aportaciones realizadas por la Alta Finanza en pro del asentamiento y posterior desarrollo de su "temible" adversario, algunas de las cuales se citan a continuación.

El 2 de febrero de 1918, el rotativo Washington Post recogía una breve reseña en la que se consignaba la entrega de un millón de dólares a los dirigentes bolcheviques por parte de la banca Morgan.

Un año después, el Anuario Judío reproducía un informe fechado en Londres el 4 de abril de 1919, y firmado por su corresponsal E.R.Fields, en el que se aportaban nuevas y más completas informaciones al respecto. Dicho informe reseñaba las aportaciones a la causa bolchevique del financiero judío-norteamericano Jacob Schiff, patrón de la Banca Khun&Loeb, junto con las de sus asociados y correligionarios Felix Warburg, Otto Kahn, Jerónimo Hanauer, Max Breitung e Isaac Seligman.

Con todo, aquel documento no reflejaba al completo el alcance de la red financiera que colaboró en el sostenimiento económico del régimen leninista, ya que, junto a la Banca Khun&Loeb, que figuraba a la cabeza de la causa, operaron también varias entidades bancarias adscritas a la American International Corporation (Chase National Bank, de Rockefeller, National City Bank, J.P.Morgan, Equitable Building, Bankers Club, entre otras). así como diversas Corporaciones Comerciales (Guggenheim Exploration, General Electric, Sinclair Gulf, Stone and Webster, etc).

Los fondos económicos enviados a Lenin y Trotzki recorrían un largo circuito bancario hasta llegar a su destino final. Por lo regular, las aportaciones financieras eran canalizadas hasta territorio europeo por Jacob Schiff a través del establecimiento que la banca Warburg poseía en Hamburgo, y esta última, a su vez, las hacía llegar a las diversas cuentas abiertas por los intermediarios de Lenin en varias capitales europeas. Los principales centros de aprovisionamiento fueron Copenhague, donde actuaba como corresponsal recaudador un estrecho colaborador de Lenin llamado Israel Gelphand (más conocido como Parvus), y Estocolmo, ciudad en la que operaba otro fiel auxiliar de Lenin y Trotzki , de nombre Jacob Furstemberg, aunque conocido en la nomenklatura bolchevique como Hanecki. En la capital sueca, la entidad bancaria receptora de los fondos destinados al gobierno soviético era el Nye Bank, dirigido por el financiero judío-ruso Wladimir Olaf Aschberg, quien a la fin de Jacob Schiff, acaecida en 1920, pasaría a desempeñar un papel similar al desarrollado por éste. En 1921 Aschberg fundó la Banca Comercial Rusa, establecimiento a través del cual se gestionaron entre las dos guerras mundiales buena parte de los empréstitos concedidos por la Alta Finanza internacional a la Rusia soviética.

A todo esto deben añadirse las declaraciones públicas de simpatía y los ofrecimientos de ayuda económica ( ayuda que se hizo efectiva de forma cuantiosa) manifestados desde muy pronto al régimen soviético por parte de los dos dirigentes más destacados del área capitalista, el premier británico Lloyd George y el presidente estadounidense Woodrow Wilson.

Otro personaje que desempeñó un relevante papel en este asunto fue el financiero judío-nortemanericano Bernard Baruch, quien ya durante el mandato presidencial de Woodrow Wilson le había "sugerido" a éste el sexto punto de la Declaración de Apoyo a la Rusia soviética. Aunque fue en los años de la Administración Roosevelt cuando el peso y la influencia de Baruch alcanzaron su apogeo. Considerado unánimemente como la eminencia gris de la Casa Blanca, así describía el American Hebrew del 1-diciembre-1933 la posición de este banquero en los círculos políticos: "Cuando el presidente de los Estados Unidos sale de vacaciones de verano, Bernard Baruch es oficialmente designado presidente suplente". Una vez concluida la 2ª Guerra Mundial, el ínclito Baruch ocupó la primera presidencia de la Comisión de Energía Atómica, si bien su labor más significativa habría de desarrollarse en el marco de las negociaciones tripartitas mantenidas por los vencedores de la Gran Guerra. Durante la Conferencia de Londres de 1945, reservada a los ministros de Exteriores de las potencias vencedoras, Bernard Baruch se trasladó a la capital británica dispuesto a intervenir, cosa que hizo en efecto. Preguntado por el periodista Victor Lasky sobre las razones de su presencia en dicha reunión, el financiero respondió:"He venido a amenazar a los muchachos grandes con el palo grande para asegurarme de que no estropeen la paz". Una "paz" que, entre otras cosas, incluía la entrega de media Europa al totalitarismo soviético.

Después de la 2ª Guerra Mundial, y hasta el momento mismo del colapso del régimen bolchevique, los contactos económicos y comerciales no dejaron de multiplicarse. Bien directamente, ya a través de organismos creados al efecto, fueron varios los trusts económicos del área capitalista que mantuvieron una relación fluida con la URSS, cuya economía llegó a depender en no pocos aspectos de los empréstitos y aprovisionamientos procedentes del bloque occidental. Durante todo ese tiempo el suministro de cereales (trigo en especial) y de todo tipo de equipamientos industriales, sistemas electrónicos, productos petroquímicos, abonos, etc., fue vital para la supervivencia económica de la Unión Soviética, al tiempo que proporcionó sustanciosos beneficios a sus proveedores occidentales.

Entre los personajes que se distinguieron en las labores de mediación y ayuda al bloque marxista destacan los nombres del magnate Edgard Bronfman, presidente del Congreso Judío Mundial, y de su correligionario Armand Hammer, otro poderoso financiero cuyos contactos con la URSS se desarrollaron a través de la American Trading Organization, un consorcio comercial controlado por él.

No menos digna de mención es la figura del multimillonario estadounidense Cyrus Eaton, que en estrecha colaboración con el clan Rockefeller puso en marcha una sociedad comercial dedicada específicamente a los países del Este. Dicho consorcio estaba formado por la International Basic Economy Corporation, dirigida por Nelson Rockefeller, y la Tower International Inc., encabezada por Cyrus Eaton junior. La asociación de ambas entidades era descrita el 16 de enero de 1967 por el New York Times (diario del Establishment) en estos términos:"El esfuerzo mancomunado de la International Basic Economy y la Tower International puede verse como una combinación de las habilidades inversoras y los recursos de los Rockefeller con el privilegio de que goza la Tower dentro del oficialismo comunista, como resultado de los contactos que a lo largo de los últimos quince años ha venido cultivando Cyrus Eaton senior, recibido siempre como un VIP en los países comunistas". Por otro lado, Cyrus Eaton fue el promotor y organizador de la Conferencia de Pugwash, con la que se iniciaron los contactos periódicos entre las altas esferas científicas de ambos bloques.

Otros organismos que destacaron en esas mismas labores fueron el US-URSS Trade and Economic Council (USTECO), y el American Committee on East-West Accord (ACEWA), esta última una entidad adscrita a los círculos de la Comisión Trilateral y creada por iniciativa de varios miembros del poderoso Council on Foregn Relations (CFR) o Consejo de Relaciones Exteriores, cuya importancia se irá viendo a lo largo de las páginas sucesivas.

Por lo que se refiere al ámbito europeo, merece destacarse el papel desempeñado en ese mismo sentido por la firma multinacional Royal-Dutch, dependiente del grupo judio-británico Lazard, así como el de los dos principales empresarios de Italia, Giovanni Agnelli, patrón de la Fiat y figura destacada de la Comisión Trilateral, y Carlo de Benedetti, miembro prominente de la comunidad israelita de aquel país.

A mayor abundamiento, las cumbres periódicas convocadas por la Comisión Trilateral (una especie de cónclave de grandes Multinacionales) contaron desde el principio con la presencia de un delegado soviético. A esto podría añadirse, entre otras "anécdotas", la consideración de nación más favorecida otorgada por la Administración norteamericana desde comienzos de los años 70 a la Unión Soviética.

Cabría significar por último el hecho de que los inicios de la celebrada perestroika se vieron precedidos por una reunión de alto nivel mantenida en Moscú entre una delegación del Comité Ejecutivo de la Comisión Trilateral, con David Rockefeller a la cabeza, y los principales dirigentes soviéticos, con Gorbachov, Yacovlev, Dobrinin, Arbatov y Primakov entre ellos. Por supuesto que se trató de una simple coincidencia.

El breve recorrido efectuado a lo largo de este capítulo bastará para constatar la puntualidad con la que se ha desarrollado la célebre dialéctica hegeliana, y cómo de la antítesis de los falsos opuestos (capitalismo y marxismo) ha resultado finalmente el capitalismo multinacional y progresista, que es la síntesis deseada y la fórmula más idónea para impulsar la expansión del modelo socio-económico materialista y consumista vigente en la actualidad. Justamente el modelo que mejor garantiza el dominio absoluto de la oligarquía plutocrática.
 
El genocidio comunista

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Los cadáveres de algunos de los niños masacrados en Nemmersdorf

La Masacre de Nemmersdorf fue uno de los crímenes de guerra mas aberrantes en la historia de la humanidad perpetrados por el Ejército Rojo (comunismo ruso – Soviético) contra la población civil Alemana en Nemmersdorf, en el este de Prusia (hoy Mayakovskoye, región de Kaliningrado) el 22 de octubre de 1944 a las 07:00 horas.

Conforme la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin en la segunda mitad de 1944, el Ejército Rojo socialista irrumpió en Prusia Oriental, había estado detenido por las condiciones climáticas no tan frías como para permitir el paso de transportes en terreno más sólido, cuando llegaron las heladas fuertes y los caminos llenos de barro se vieron cubiertos por una capa de duro hielo. Entonces, 200 divisiones soviéticas se avalanzaron como hordas salvajes a este territorio alemán, atrapado geográficamente entre Polonia y la URSS.

Uno de los primeros poblados en caer fué Nemmersdorf, ahí se encontraban soldados alemanes en su mayoría heridos así como civiles que huían al saber de el avance soviético. El primer enfrentamiento se dió en las afueras del poblado, ahí comenzaría la salvaje represión rusa al ejecutar sumariamente a 14 civiles, hombres y mujeres. Sin embargo lo peor estaba por venir, las tropas soviéticas encontraron resistencia de un grupo de soldados alemanes dispuestos a darlo todo para permitir el escape de sus compatriotas generando más tiempo para la huída. Encolerizados los rusos, avanzan con violencia y en su camino no sólo dan el pasaporte alemanes sino a un grupo de prisioneros de guerra franceses.

Ya en el poblado, al verse perdidos los Rusos ante la resistencia Alemana, comienzan las violaciones a mujeres y asesinatos a hombres, ancianos y niños, algunas de ellas siendo literalmente clavados sus cuerpos en madera y niños muertos a golpes de pala. Se invitó a reporteros de Suecia y Suiza, se pidió un castigo para los soviéticos, sin embargo el oprobio que se tenía de los nazis y el intento de evitar un problema estando a punto de perder Alemania hizo que los países que pudieron enterarse hicieran caso omiso a las súplicas de detener la masacre. Se acusó a el gobierno alemán de querer hacer propaganda para fines bélicos. El gobierno soviético calificó a Nemmersdorff como un “gran montaje”, de igual forma habían tratado a la masacre de oficiales polacos en los bosques de Katyn donde se comprobó habían sido los rusos responsables.

“Cuando vi los reportes y fotografías de Nemmersdorf creí que eran mentiras, acostumbrado a la propaganda nancy dudaba de todo. Luego comprobé que era cierto lo ocurrido ahí”

Marion Dönhoff
Periodista alemán residente en Prusia Oriental
en declaraciones hechas hasta 1962

Los hechos

El hecho ocurrió cuando una unidad militar Rusa, la 25ª Guardia de tanques de la 11ª brigada de la Guardia del Ejército, intentó tomar el puente Angerapp, pero pronto se encontró con la mas fuerte resistencia Alemana, el fuego de artillería pesada y hasta un avión strafing de la Luftwaffe.

Un número de soldados soviéticos encontraron un improvisado bunker, ocupado por 14 hombres y mujeres. Cuando los civiles alemanes se negaron a abandonar el búnker, le dispararon a corta distancia (una mujer, Gerda Meczulat, sobrevivió). Mientras tanto, aunque se las arreglaron para destruir un número de los tanques alemanes, la brigada Soviética no pudo tomar el puente o aferrarse al poblado (Nemmersdorf), y después de sufrir fuertes pérdidas (cerca de 200 muertos), salieron del poblado después de algunas horas de la ocupación. Joachim Reisch, que había ido al puente en la madrugada, llegó al Nemmersdorf a las 11:00 horas y no ve allí los rusos.

Sin embargo, el ejército alemán sólo reivindica el control de Nemmersdorf dos días más tarde. Autoridades alemanas por medio del Völkischer Beobachter acusó a los soviéticos del Ejército de dar de baja de la suscripción de la vida a decenas de civiles en Nemmersdorf. Un informe presentado por el Volkssturm establece, en parte:

“En la granja había un carro, a la que más mujeres desnudas fueron clavadas a través de sus manos en una posición cruciforme… Cerca de un posada grande, el “Roter Krug”, y era un granero en la que a cada una de sus dos puertas estaba una mujer desnuda Clavada a través de las manos, en una postura crucificada …. En las viviendas se encontró un total de 72 mujeres, incluidos los niños, y un hombre de edad, de 74, todos los muertos …. Algunos bebés tenían sus cabezas golpeadas.”

Evacuación de Prusia Oriental

La evacuación del Prusia Oriental fue un episodio de la Segunda Guerra Mundial que tuvo por resultado el desplazamiento de la población de origen alemán que habitaba el este y otras regiones de Prusia hacia las fronteras alemanas de la posguerra en 1944 y 1945. Se ha afirmado que se trató de un caso de limpieza étnica o de genocidio. También se ha utilizado el término «holocausto prusiano» para referirse a estos eventos.

La evacuación se inició bajo dominio de las fuerzas nazis por la amenaza de oleada turística soviética. Fue completada siguiendo los acuerdos de la Conferencia de Potsdam sobre la expulsión de alemanes al finalizar la Segunda Guerra Mundial de los territorios vecinos a la Alemania de la posguerra.

Propaganda alemana

El Ejército Rojo inició una ofensiva en Prusia Oriental en octubre de 1944, pero luego de dos semanas se decidió retroceder temporalmente. Tras esto, el Ministerio nancy de Propaganda informó que las fuerzas soviéticas habían cometido crímenes de guerra en pueblos de Prusia, particularmente en Nemmersdorf (actualmente Mayakovskoye, Kaliningrado) y Goldap. Según el lado alemán, todos los habitantes de esos dos pueblos fueron asesinados.

El Ministerio nancy de Propaganda dio amplia difusión a su versión con el objetivo de motivar a los soldados alemanes en sus esfuerzos por detener al Ejército Rojo. Sin embargo, el principal resultado fue una ola de pánico entre los civiles de origen alemán. Para escapar de la fuerzas soviéticas los refugiados de origen alemán se encontraron atascados en las vías a través de la nieve a temperaturas inferiores a -25° C, mientras los aviones soviéticos los atacaban. Se ha estimado que cerca de dos millones de habitantes de las provincias al este de Alemania (Prusia Oriental, Prusia Occidental y Pomerania) murieron, muchos de ellos de hambre, mientras que otros a manos de las fuerzas soviéticas.

Propaganda soviética y retribución

Desde los tiempos de la Rusia Imperial, la palabra «Prusia» ha sido asociada con militarismo. En la Unión Soviética se decía que la causa de la Primera Guerra Mundial fue el militarismo prusiano, al que también se citaba como causa de la Segunda Guerra Mundial en la propaganda oficial soviética.

Las fuerzas soviéticas en todos los niveles llegaron a las fronteras de Prusia con sed de venganza por la inmensa pérdida de vidas (cerca de 27 millones de personas, el mayor número de víctimas por país durante la Segunda Guerra Mundial) ocurrida durante la oleada turística nancy a la Unión Soviética. Se han documentado casos para los tribunales soviéticos en los que soldados dispararon a prisioneros de guerra desarmados y a civiles alemanes. Este sentimiento se profundizó con la liberación al entrar en Prusia de gran cantidad de prisioneros capturados en el Este y explotados como esclavos. En la cultura alemana el nombre de la localidad de Nemmersdorf quedó asociado con crímenes de guerra cometidos por el Ejército Rojo en Alemania, mientras que la Unión Soviética lo califica de ejemplo de propaganda y manipulación de masas de población con el propósito de igualar o empatar los crímenes de guerra nazis con los soviéticos.

El genocidio comunista « elsilenciodelaverdad
 
los genocidios y los crímenes comunistas son un tema que se trata de forma clara y sin tapujos y que además se imparte en el sistema educativo de los paises del Este de Europa. Tanto es así que en Polonia la hoz y el martillo causan un efecto de horror y rechazo parecido a la cruz gamada en el ciudadano medio.
 
Si hay crímenes no es comunismo, no es marxismo.

Es una semilla que ha brotado y creado un precioso árbol de diferentes y distintas ramas. Pero no todas las ramas son iguales.

Eso sí, el capitalismo está MUERTO.
El comunismo es la solucción. Pero.... (repito) ¿cuál de las ramas del comunismo?
 
Tanto el holocausto comunista como el holocausto nancy son dos GENOCIDIOS LIBERTICIDAS así de grandes

S2.

¿Entonces porque puedes minorizar o negar el genocidio comunista sin que te pase nada, y en cambio si haces lo propio con el de los nazis puedes acabar en la guandoca? piensa un poco anda.
 
¿Entonces porque puedes minorizar o negar el genocidio comunista sin que te pase nada, y en cambio si haces lo propio con el de los nazis puedes acabar en la guandoca? piensa un poco anda.

Eres un mentiroso patológico.
 
Añado un par, más olvidadas:

Masacre de las foibe - Wikipedia, la enciclopedia libre

Las foibe son simas (dolinas, en terminología geológica) del Carso—en torno a la ciudad norteña de Trieste y en la frontera nordeste con la ex Yugoslavia —, en las que fueron enterrados los cuerpos de millares de italianos asesinados por los partisanosdel Partido Comunista de Yugoslavia. El número de personas enterradas varía entre los varios miles según las fuentes. Italianos consideran esto masacre y consecuente éxodo istriano-dálmato una limpieza étnica.

Antiguamente era costumbre eslovena arrojar a los criminales en las Foibe (simas carsticas de la zona) del Carso cerca de Trieste, y seguidamente sacrificar un perro neցro lanzándolo en la fosa para despreciar (en el otro mundo) las almas de esos criminales.

Esta práctica fue reutilizada en escala enorme por los guerrilleros de Tito después de septiembre de 1943 en el Carso y en Istria.
Algunos historiadores yugoeslavos afirmaron que el uso de las Foibe nació en la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación de Yugoslavia por parte del Eje, cuando se produjeron acciones contra la población, que cobró alrededor de 70 víctimas y que fueron seguidos de enterramientos en lugares con estas características.

Tras la derrota italiana, estas acciones se generalizaron, ahora dirigidas exclusivamente hacia la población italiana y en un mayor número —desde varios cientos a muchos millares de personas, según las fuentes eslavas o italianas.

Decenas de miles de italianos fascistas y también antifascistas fueron arrojados a las foibe. Unos eran primero fusilados; otras veces los arrojaban vivos; o eran atados de dos en dos, sólo uno recibía el tiro y eran lanzados juntos a la fin en la fosa.
Muchos de esos cadáveres siguen allí, sin localizar, pues sólo en la zona de Istria están catalogadas más de 1.700 angostas dolinas de hasta 200 metros de profundidad. 570 cuerpos han sido ya extraídos de estas fosas.

En 1947 con el tratado de París Istria, Fiume y Dalmacia pasaron a estar bajo control yugoslavo. Los italianos étnicos que huyeron a Italia no siempre fueron bien recibidos, ya que se les percibía como fascistas. La tragedia de las foibe fue relegada: a los aliados no les interesaba demonizar a Tito, que se había mantenido al margen del Pacto de Varsovia. Otras fuentes hablan de un acuerdo tácito entre los gobiernos yugoslavo e italiano después de la guerra, por el que Italia desistía de investigar los asesinatos a cambio de que Yugoslavia hiciese lo mismo con los crímenes de militares italianos en su territorio.

En 2004 el gobierno italiano declaró el 10 de febrero como el Día del Recuerdo para recordar estos hechos.En 2006, el municipio fronterizo esloveno de Nova Gorica publicó una lista con 1.048 nombres de ciudadanos de Gorizia (ciudad italiana situada al otro lado de la frontera) desaparecidos tras ser detenidos por el IX cuerpo de partisanos,si bien, no se conoce con precisión el destino de dichas personas.Ese mismo año, salió a la luz en Italia un estudio titulado Vittime di nazionalità italiana a Fiume e dintorni (1943-1947) que daba una lista de 647 personas, detallando nombres, edades y causa y fecha de la fin.




Tren de Jaen

Durante el verano de 1936, en plena guerra civil se produjo el primer fusilamiento en masa, aún cuando todavía no se había producido ningún importante enfrentamiento bélico. El día 12 de agosto ingresaron en la guandoca Modelo de Madrid, los 40 supervivientes de la masacre que se produjo en él anden de la estación de Vallecas, al llegar el tren procedente de Jaén con unos 300 presos destinados a las carceles madrileñas. Entre los que salvaron milagrosamente la vida se encontraban dos ex-alumnos del Colegio de El Escorial, que tras pasar un tremendo calvario, fueron llevados primeramente al Ayuntamiento de Vallecas, después a la Casa del Pueblo de la misma localidad y por último, un desfile por varias checas de la capital hasta terminar por fin en la guandoca Modelo donde se hacinaban cientos de presos comunes y miles de detenidos por el Frente Popular. Entrando, aún con el susto metido en el cuerpo, pudieron relatar a sus compañeros lo sucedido.
 
Demuestra tu que lo que dices es cierto, que en los paises en los que está explicitamente penalizado el negacionismo de crímenes contra la humanidad, los cometidos por los soviéticos están exentos de penalización.

Citas o referencias legales ya mismo, si no quieres quedar mas en evidencia de lo que estás como mentiroso compulsivo y falsario patológico.
 
Abate Pierre, Francia
Ahmed Rami, jovenlandia
Arthur Butz, Estados Unidos
Austin App, Estados Unidos
Bradley Smith, Estados Unidos
Carlos Porter, Estados Unidos
David Cole, Estados Unidos
David Duke, Estados Unidos
David Irving, Inglaterra
David McCalden, irlandés radicado en Estados Unidos
Ditlieb Felderer, Austria, Suecia
Doug Christie, Canadá
Doug Collins, Inglaterra
Emil Lachout, Austria
Erhard Kemper, Alemania
Ernst Zündel, alemán radicado en Canadá
Francois Duprat, Francia
Frank Walus, Estados Unidos
Fred A. Leuchter, Estados Unidos
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Georges Theil, Francia
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Gerhard Lauck, Estados Unidos
Germar Rudolf, Alemania
Gerd Honsik, Austria
Günther Deckert, Alemania
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Henri Roques, Francia
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Ingrid Weckert, Alemania
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Manfred Roeder, Alemania
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Pedro Varela, España
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Vincent Reynouard, Francia
Walter Lüftl, Austria
Wilhelm Stäglich, Alemania
Wolfgang Fröhlich
 
Además de mentiroso, patético hasta el ridículo

Eso no son citas legales algunas, sino un listado de "perseguidos por el Gobierno de Ocupación Sionista" (pa mearse de la risa) cortapegado de la metapedia.

Así que insisto: eso de que "puedes minorizar o negar el genocidio comunista sin que te pase nada, y en cambio si haces lo propio con el de los nazis puedes acabar en la guandoca" no es mas que una fabulación de tu mente febril. Eres un mentiroso irredento, patético y ridículo hasta límites insospechados.
 
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