Wagner es un hombre de una sensibilidad mucho más profunda y exquisita que la que tienen esos cabezas cuadradas. Lo que sucede con él básicamente es que se ha abusado de algunos fragmentos de su obra, pero puedo poner la mano en el fuego para afirmar que la mayoría del foro nos dormiríamos tranquilamente escuchando una de sus óperas.
En Excalibur la música de apertura es el Funeral de Sigfrido pero más adelante también hay una cita del Parzifal, pero la gente suele quedarse con la primera y olvidar la segunda.
Tuve ocasión de escuchar algo de él cuando todavía había en el Plus un canal de música clásica que cada sábado programaba una ópera y la verdad es que resulta lo más antinacionalsocialista que pueda uno imaginarse.
Aunque sea visto como el más germano de los compositores, ciertamente Wagner no es un compositor nacionalista a la manera de un Smetana, un Mussorgsky o un Sibelius. En ocasiones rajaba bastante de Alemania y los alemanes; una vez llegó a decir que no se podía esperar nada de su país, y no era raro ver su antipatía por algunos aspectos de Prusia...
Es cierto que Wagner era antisemita, pero ese era un sentimiento que compartía con otras figuras de la época. También era un antisemitismo un tanto sui generis y contradictorio, porque Wagner no dejó de tener amigos y admiradores judíos a lo largo de su vida (Parsifal fue estrenada bajo la batuta de Hermann Levi, un director judío por el que Wagner sentía una gran admiración) Quizá su antisemitismo tenía su origen en el tremendo éxito de Meyerbeer, un compositor judío que en general no era muy admirado por sus colegas, que lo tachaban de oportunista, cínico, de plegarse a los gustos del gran público, etc. Lo curioso es que Rienzi pudo ser estrenada gracias a Meyerbeer, que echó un cable al por aquel entonces joven Wagner; además, la influencia de la Grand Opera de Meyerbeer es patente en Rienzi...