Acompaño en su particular desazón a los compañeros que le iban al exPresidente Trump. Fue muy meritorio el entusiasmo y encomio que le pusieron a la tarea.
Lamentablemente sólo uno puede resultar el vencedor (generalmente el mejor) y en esta ocasión, como sostuvimos a lo largo de estos meses, ese rol le correspondió a Biden, tanto por su prestigio, como por sus antecedentes, experiencia, dinamismo y capacidad juvenil de acción.
Un cruce de pasiones desbordante, vital y entusiasta. Hoy podemos decir que ha concluído del mejor modo posible.