Precisamente, una forma de rebajar la tensión y el supuesto "repruebo mesetario hacia lo catalán", es no estar machaconamente insistiendo con todo sobre el juicio. Quien quiera seguirlo -y descubrir así la perfidia premeditada de todo el entramado-, lo puede hacer. Y quien no, pues puede ignorarlo perfectamente (lo cual puede que convenga muy convenientemente a ciertos actores interesados, para que la población olvide el ataque a su soberanía, los separatistas queden blanqueados, y se vuelva a un estado anímico previo al procés). No parece una actitud muy propia de darse en Estados opressores y feixistas.
En cambio en los medios de comunicación afines a la Generalitat o dependientes de ella, están continuamente, machaconamente, permanentemente, insistiendo sobre ello. A todas horas, desde todos los prismas, tertulianos, documentales, abogados, exiliados, presos tuiteando desde la guandoca, en toda la programación, incluyendo supuestos números humoristas. Y siempre con un claro sesgo de parte (en el resto de medios hay opiniones encontradas, discrepantes, equidistantes... No parece que haya uniformidad de la supuesta "caverna" en toda España).
Y eso da precisamente la impresión de que desde la Generalitat se busca no solo legitimar la versión de los acusados, sino además mantener a la población en un permanente estado de ánimo hostil hacia la otra parte, que la parroquia propia no se desmovilice, no sea que cambie de opinión o piense por sí misma. A seguir vomitando repruebo de baja o media intensidad en oídos atentos o desprevenidos, da igual, que no se enfríen las cosas, que no se olvide, que se sume a la lista creciente de supuestos agravios intoleraplas...
Como los altavoces de Vic. Orwell en estado puro, ni Goebbels llegó a conseguir algo así.