Perdon? a las seis de la mañana ya salen los curritos para fichar a las siete menos veinte, por ejemplo los de las fabricas de automoviles, y en el turno de tarde salen cerca de las once de la noche, eso si no les toca echar horas extra y salir dos horas mas tarde.
En ciudades con desplazamientos de cientos de miles de trabajadores en hora punta es imposible poner controles, causarian retenciones kilometricas y las cadenas de produccion no podrian comenzar, esas restricciones son un engañabobos, a las cinco y media de la mañana ya hay trafico de los trabajadores camino a las fabricas, y el Metro y los trenes de Cercanias del extraradio de Madrid.
Evidentemente, el toque de queda no va para los currantes de los medios de transporte madrugadores, va a por los jóvenes que puedan estar de botellón por ahi zascandileando. Y como es inviable controlar individualmente a toda esa masa, al final no habrá controles a esas horas, lo que hará, una vez más, que la aplicación de la norma sea completamente arbitraria (helicópteros a por viejos en maizales solitarios y cosas así).
Y, como siempre, lo mismo que con lo de no poder salir a pasear en algún momento a tomar el aire o con un niño, ahora a pagar justos por pecadores por culpa de la munición gruesa tardía y no saber/querer/poder distinguir/discriminar. Un paisano no va a poder pasear por un campo desierto o por la playa del Sardinero vacía a las 23:30 para airearse en diciembre, por no saber plantear una norma concreta para el botellón (no sea que usar el artículo 55 de la Constitución para suspender el artículo 21 sobre la libertad de reunión resulte fachista).
Por cierto, hablando del transporte... Amistades con trabajo presencial vienen observando un incremento sensible del tráfico motorizado en Madrid respecto a lo que había en septiembre, parece que, o bien parte de las empresas (las Paco, porque las multinacionales serias no) van haciendo volver a sus empleados, o la peña que tenía teletrabajo hasta cierto punto voluntario empieza a estar hasta las narices y prefieren volver a la oficina y salir del chándal de casa mientras se pueda.