Buenos días.
Las democracias occidentales. La información. Nos han reiterado hasta la saciedad que una de las características básicas de una democracia occidental es la existencia de una información libre, contrastada y basada en la pluralidad.
La gestión de la información sobre el el bichito-19 en Occidente es la mayor campaña de desinformación, propaganda, manipulación y ocultación de la historia.
Todos los gobiernos occidentales, los medios de comunicación, los contertulios, los supuestos expertos y científicos y resto de fuentes de información ( incluido virólogas chinas disidentes) nos están atiborrando a diario de noticias, estadísticas, estudios, teorías, opiniones, debates, predicciones, proyecciones, conjeturas, cálculos, hipótesis y todo tipo datos relativos a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y su evolución.
Constituye un impresionante despliegue de "sobreinformación" cuya finalidad consiste en evitar que realmente nos centremos en la información verdaderamente relevante. Todos los días plantan infinidad de árboles, pero no nos dejan ver el bosque.
Lo sustancial para el ciudadano sería tener acceso a la información de verdadera transcendencia o relevancia que, sin embargo, intencionadamente nos están privando. Es la siguiente:
1.- Origen del bichito. Para solucionar cualquier problema en esta vida, especialmente una enfermedad, conocer la causa supone el mayor avance. Tedros Adhanom Ghebreyes ( presidente OMS) dijo por febrero que para derrotar al bichito era fundamental conocer el origen y la fuente, el reservorio (es lo único inteligente que ha dicho). En el MERS y el SARS esto se supo con prontitud, pero con el el bichito-19 hace tiempo que reina la falta de transparencia y el silencio.
Conclusión de la falta de información.- O bien conocen la fuente y su erradicación es extraordinariamente difícil o bien el origen no es natural.
Solución propagandística.-En principio nos introducirán teorías conspirativas ( tipo viróloga china) y , finalmente, dirán que se transmitió directamente del murciélago al humano.
2.- Inmunidad. Nos abrasaron en un principio a informaciones positivas sobre una inmunidad permanente y duradera y sobre una efectiva inmunidad de grupo. En la actualidad, reina el oscurantismo y la confusión al respecto
Conclusión de la falta de información.- La inmunidad apenas dura y no siempre se adquiere. La posibilidad de reinfección generalizada es una realidad.
Solución propagandística.- Primero que la reinfección suele ser menos grave. Finalmente que hay que “convivir con las reinfecciones”.
3.- banderilla.- En principio en 3, 6 o máximo 12 meses íbamos a tener un “buffet” de banderillas eficaces y seguras para elegir. Todos los días salían dos o tres como mínimo. En la actualidad, hay bastante apagón informativo al respecto.
Conclusión de esta falta de información.- No se prevé la existencia de banderillas eficaces y seguras, al menos en esta tanda de primera generación. Eso sí, los laboratorios ya se han forrado.
Solución propagandística.- En principio ir estirando el tiempo, que llegará a finales de año..., que llega en el primer trimestre..., en verano…, ganar tiempo. Finalmente nos impondrán una de la que hablarán maravillas, pero que probablemente sea un parche..
4.- Medicamentos.- Al comienzo de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo nos hablaron de la bondad de varios medicamentos, cada semana uno nuevo. En la actualidad, nada se habla al respecto con claridad aunque los laboratorios también volvieron a forrarse.
Conclusión.- Una bacteria puede tratarse con medicamentos, un bichito complicadísimo, como máximo sus síntomas.
Solución propagandística.- Habrá un cóctel oficial de medicamentos, que será de dudosa eficacia
En definitiva, una avalancha de intoxicaciones diarias en todo Occidente para ocultar que se está privando al ciudadano de la información verdaderamente relevante.
“Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos hechos que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse” ( Ray Bradbury)