Me ha venido a la mente un viejo artículo de Vicenç Villatoro, publicado en El País, en 2007, y aún online. Vale la pena recordarlo:
Agudizar las contradicciones
Venía Villatoro a concluir que lo del "cuanto peor, mejor", mejor para alguien, claro, es una soberana cagada, a la luz de la historia reciente.
Ahora, los socialcomunistas vuelven a querer aprovechar la tragedia para ahondar en su tesis de que el bichito es una oportunidad para meter la mano en el bolsillo de los que tienen algo y dárselo en paguitas a los que, presumiblemente, no tienen nada. Cuanto más bichito, más mano. Ya lo está haciendo Hacienda con sus tipos progresivos y el BCE manteniendo los tipos a cero, pero quieren droja más dura. Y lo peor, "para siempre".
La historia ha demostrado una vez tras otra que esa tesis es catastrófica. Recordaba en un post anterior el "experimento Milei":
El "experimento Milei" que refuta el socialismo y se volvió viral
Meter la mano a lo bestia en el bolsillo de los que curran, emprenden y ahorran, es una receta segura para el desastre. Los buenos, o se van o no vienen por miedo a la inseguridad jurídica. Los que se quedan reman lo justo. Al final todos pobres paguiteros, y eso es imposible.
Viene esto a cuento de un artículo de Javier G. Jorrín, en el confidencial, que me ha llamado la atención:
El gran ajuste que vendrá tras la esa época en el 2020 de la que yo le hablo: el elefante en la sala que los políticos ignoran
Dice verdades como puños. Casi obviedades para quien no sea CM o cortito. No podemos seguir con el alocado endeudamiento del estado. No agudicemos las contradicciones. Es el desastre... o el desastre.
Seguid todo el razonamiento o quedáos con la conclusión más evidente:
Si en una casa o en un estado siguen subiendo las deudas, al final la cosa peta. La solución no es atracar u ocupar la propiedad del vecino mientras curra como un poseso en el trabajo ni ponerse a la puerta de Hacienda pidiendo la limosnita, sino cambiar el sistema productivo hacia un modelo de alto valor añadido.
Pero Pedro y Pablo piensan que sí. El socialcomunismo redivivo.