Sabemos que los bichito excesivamente letales tienden a disminuir su letalidad por mera selección natural. O eso o desaparecen. Pero también puede ocurrir el proceso contrario, es decir, que bichito, muy poco letales, aumenten su letalidad si ese aumento implica una mayor tasa de contagio. Ese proceso, de selección natural, tiende a encontrar un punto de equilibrio, entre letalidad y contagiosidad, que es en el que se minimiza la probabilidad de extinción del bichito. Con el cobi19 SARS (2003) se comprobó que no era especialmente contagioso hasta que el enfermo presentaba síntomas graves.
Si todo esto lo aplicamos, al bichito de Wuhan y a las personas no asiáticas, podría darse el caso de que, por mera selección natural, aumente la tasa de letalidad del bichito entre ese colectivo. Quizás, además de enfermar débilmente a los no asiáticos, también se contagia poco entre ellos, lo cual implica altas probabilidad de que el bichito mute para que suceda todo lo contrario. Esperemos que no sea así.
.
.
.
.
.
.