Este mediodía han hablado de las banderillas en los informativos de la COPE, lo he oído un rato mientras volvía de remar del turno de mañana, se centraban en los posibles efectos sobre fertilidad, embarazos o lactancia.
Han entrevistado al jefe de ginecologia de la Clínica de Navarra, ha dicho que el que afirme que las banderillas influyen en la fertilidad miente, exactamente igual que el que diga lo contrario porque no hay evidencias, ni puede haberlas hasta que no pasen al menos 12 meses.
En el caso de las embarazadas igual, a priori no las aconsejan salvo casos muy puntuales (grupos de alto riesgo), reconocen que no hay datos, hay en curso un estudio con 4.000 embarazadas voluntarias con la de Pfizer cuyos resultados se esperan en 2.023.
Aún cuando salga bien, lo que se está haciendo con las banderillas es experimentar con ellas en tiempo real y usándolas de forma masiva con la población en general, me parece una irresponsabilidad solo comparable a exponer a toda la población a un bichito nuevo y desconocido de forma masiva y generalizada.
Puedo conceder que llegados un determinado punto, empezar a vacunar sin respetar los plazos prudenciales para valorar correctamente todos los riesgos, era un mal menor, pero que a nadie se le olvide que todo viene del error original de adoptar estrategias de contención y no de erradicación del bichito.
Lo cojonudo va a ser que como nos salga mal el experimento, tengamos que adoptar esas medidas que no se quisieron tomar cuando correspondía hacerlo.