Rusia reconoce que unos 500 sanitarios han muerto por cobi19
Rusia reconoce que unos 500 sanitarios han muerto por cobi19
Los profesionales denuncian falta de medios y las familias de los fallecidos se quejan de las dificultades para cobrar las indemnizaciones
Uno de cada 15
muertos por cobi19 en Rusia era un profesional de la sanidad. En el país Euroasiático, 489 sanitarios han fallecido por la el bichito-19, según Alla Samoilova, jefa del Servicio Federal de Supervisión de la Salud (Roszdravnadzor). “¿Podríamos haber hecho algo más para la prevención [de esas muertes]? Probablemente sí”, ha dicho. “El país no estaba listo, había muy pocos equipos de protección personal”, ha admitido este jueves. Desde el principio de
la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, que ha causado 561.091 infectados y 7.660 fallecidos,
según las cifras oficiales, médicos, celadores y personal de enfermería han denunciado la falta de medios para protegerse adecuadamente del bichito en un sistema sanitario ya muy necesitado de reformas desde la caída de la URSS e infrafinanciado.
Con hospitales enteros
puestos en cuarentena y denuncias de brotes en casi 500 centros sanitarios de todo el país, la el bichito-19 se ha cebado también con los profesionales sanitarios de Rusia. Son el 6,4% de los muertos por el bichito en este país de 145 millones de habitantes. En España, el Ministerio de Sanidad no diferencia en sus estadísticas a los empleados de la salud fallecidos, pero un
informe de la Red Española de Vigilancia Epidemiológica los estima en 52, el 0,2% del total de muertos por el bichito. En Estados Unidos, han fallecido 422 profesionales sanitarios, según las
cifras del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que distintas fuentes creen infraestimadas; son el 0,37% del total de víctimas mortales del cobi19.
Las declaraciones de Samoilova, que se ha salido del tono oficial reconociendo “deficiencias” en el sistema y que ha multiplicado casi por cinco la cifra de 101 sanitarios fallecidos que dio hace un mes el Ministerio de Salud, han sorprendido en un país en el que
la baja letalidad del bichito está bajo el foco de analistas y expertos, que creen que se están
recogiendo los casos de muertos a la baja. Un par de horas después del comentario de la jefa de Roszdravnadzor y ante la oleada de preguntas, el servicio de prensa de este organismo ha tratado de recular y ha asegurado que los datos que ha mencionado Samoilova “no son oficiales” sino que “circulan por internet”.
Rusia, según los protocolos del Ministerio de Sanidad, contabiliza solo los fallecimientos cuya primera causa fuese la el bichito-19; aunque tras la polémica de las bajas cifras y el toque de atención de la Organización Mundial de la Salud (OMS), está empezando a incluir –
sobre todo en algunas regiones— a todos aquellos que habían dado positivo al bichito.
Hace ya meses que los profesionales sanitarios no se fían de las cifras oficiales rusas. Por eso, un grupo de ellos empezó a hacer una lista no oficial de fallecidos. En la triste recopilación, que han llamado
Lista de la memoria, hay este jueves 444 nombres. Entre ellos el de la enfermera pediátrica Yelena Nikonórova, de 56 años, que fue destinada a la zona roja del cobi19 de un hospital de su región, Baskortostán, en los Urales, y acabó contagiándose. Murió en abril, y al principio no fue incluida en los registros oficiales. Su familia no podía por tanto pedir la indemnización de unos 2,7 millones de rublos (algo menos de 34.000 euros) que dicta para los herederos de los sanitarios un decreto presidencial.
El cardiólogo Alexéi Erlij, uno de los precursores de la
Lista de la memoria, que recibe información de todos los puntos de Rusia y que ha empezado a contar también sanitarios fallecidos en otros países de la antigua URSS, cree que es primordial saber cuántos profesionales de la salud han muerto por la el bichito-19. Y hasta ahora, la Administración no llevaba un recuento oficial y sistemático, dice. Tanto es así que asegura que uno de los fondos estatales responsables de pagar las pensiones se ha puesto en contacto con el equipo que verifica los nombres de la lista oficiosa.
“La alta proporción de sanitarios entre los fallecidos por la el bichito-19 se debe a los defectos profundos de la organización de trabajo durante la epidemia. También a los intentos sistemáticos de ocultar los casos de enfermedad, la falta de pruebas y la falta de medios”, reclama.
Una valla publicitaria con un cartel en homenaje a los sanitarios que trabajan con el cobi19, en una calle de Moscú. El lema es "Héroes entre nosotros". MAXIM SHEMETOV / REUTERS
Ya en abril, cuando la epidemia comenzaba a despuntar en Rusia, un informe oficial del Ministerio de Emergencias, recopilaba las carencias del sistema sanitario ruso para hacer frente al bichito. Hablaba de falta de camas en unidades especializadas, falta de pruebas de laboratorio, falta de máquinas de ventilación; y en especial de una carencia importante de materiales de protección para los sanitarios, desde guantes y gafas a trajes especiales.
La situación ha sido especialmente grave en algunas regiones, como en Baskortostán, donde varios centros hicieron campañas en las redes sociales para recaudar dinero y comprar sus propios equipos. El riesgo de trabajar en el tratamiento de cobi19 supone un plus económico para los sanitarios rusos, según decretó el presidente ruso, Vladímir pilinguin, al principio de la epidemia. La presión es enorme, y al menos tres médicos que trabajaban con pacientes de el bichito-19 han fallecido al caer por la ventana de sus centros hospitalarios en casos que la Alianza de Médicos, un sindicato cercano al opositor Alexéi Navalni, considera suicidios motivados por la grave situación hospitalaria.
pilinguin ordenó que los s