*Tema mítico* : ⚡⚡(HILO OFICIAL) : CRISIS DEL cobi19 ☣SARS-CoV2☣

Sánchez sostiene a Marlaska para que su cese no arrastre judicialmente al Gobierno por el 8-M

La caída de Marlaska sería admitir que quiso interferir en la labor de la juez que investiga si se permitieron las marchas aun sabiendo de su riesgo para la salud.

El problema se está centrando en Fernando Grande-Marlaska. Este martes se llegó a rumorear incluso que acabaría fuera del Gobierno, vía dimisión -que está harto- o vía destitución -la carta desnuda su mentira sostenida-. Pero la realidad es que el ministro de Interior no puede caer. Y no ya tanto porque Pedro Sánchez no esté en disposición de mostrar debilidad en plena crisis socioeconómica, sino porque su cese en el cargo arrastraría judicialmente a todo el Ejecutivo con él.

Sánchez sostiene a Marlaska para que su cese no arrastre judicialmente al Gobierno por el 8-M
 
Buenos días.

Mucho me temo que mi comentario no será “el más popular” del día, pero es lo que pienso.

Quería hablar de Fernando Simón, el hombre paciente. Son muchas las críticas, descalificaciones y burlas que recibe continuamente y ahí sigue, con su eterna paciencia. Muchos diríamos ¡basta!, ¡no puedo más!, “esto me supera”, “lo dejo”, pero el continúa con su trabajo. Un trabajo de una extraordinaria presión y responsabilidad que, seamos sinceros, pocos querríamos para nosotros mismos.

Día tras día ha de soportar a innumerables periodistas, contertulios varios y demás “fauna recientemente experta en virología” que, de manera directa o bien indirecta, critican su labor profesional. Estoy seguro que él podría fácilmente ridiculizar todos estos interesados y demagógicos comentarios con sus conocimientos en la materia, Sin embargo, sabedor que eso no ayudaría en nada a mejorar el objetivo perseguido, prefiere mantenerse prudente, “tragar” y dar prioridad a lo esencial, con una paciencia digna del Santo Job.

Si aparece todos los días, decimos que es cansino y pesado. Ah, pero si de pronto no aparece, rápidamente le acusamos de haberse escondido y no dar la cara. Si se peina de una cierta manera hacemos “memes”, pero si lo hace de otra es que tiene “mala cara”.

Todos los días ha de aguantar comentarios de “políticos” que ponen en duda su profesionalidad por intereses que nada tienen que ver con la cuestión sanitaria. Políticos con un “curriculum vitae” impresionante. Alguno hace media carrera de Derecho en poco más de un trimestre y la otra media en 7 años. O presume de máster regalado o de charla en Aravaca convertida en máster de Harvard. Otros no han trabajado en el sector privado en su vida y han estado enchufados en organismos públicos, con notable remuneración y nula eficacia y utilidad.

A Fernando Simón le hemos examinado el curriculum con lupa, faltaría más, al detalle, buscando el menor fallo y hemos sabido que incluso tuvo la “desfachatez” de prestar ayuda en cuestiones epidemiológicas a “los jovenlandeses” en Africa, ocupando diversos cargos de responsabilidad en cuestión sanitaria. Hasta para ayudar a los más necesitados tenía paciencia. Y claro, tampoco tenemos el recurso fácil de atacarle por ser un enchufado, porque resulta que ha trabajado para Administraciones de diferente tonalidad y signo político.

Por supuesto, no digo que no tenga fallos o no cometa errores. Mirémonos todos al espejo. He de reconocer que a mí me ha ganado. Don Fernando Simón, el hombre paciente, tienes mi máximo respeto y admiración.

Que tengáis buen día.
 
Buenos días.

Mucho me temo que mi comentario no será “el más popular” del día, pero es lo que pienso.

Quería hablar de Fernando Simón, el hombre paciente. Son muchas las críticas, descalificaciones y burlas que recibe continuamente y ahí sigue, con su eterna paciencia. Muchos diríamos ¡basta!, ¡no puedo más!, “esto me supera”, “lo dejo”, pero el continúa con su trabajo. Un trabajo de una extraordinaria presión y responsabilidad que, seamos sinceros, pocos querríamos para nosotros mismos.

Día tras día ha de soportar a innumerables periodistas, contertulios varios y demás “fauna recientemente experta en virología” que, de manera directa o bien indirecta, critican su labor profesional. Estoy seguro que él podría fácilmente ridiculizar todos estos interesados y demagógicos comentarios con sus conocimientos en la materia, Sin embargo, sabedor que eso no ayudaría en nada a mejorar el objetivo perseguido, prefiere mantenerse prudente, “tragar” y dar prioridad a lo esencial, con una paciencia digna del Santo Job.

Si aparece todos los días, decimos que es cansino y pesado. Ah, pero si de pronto no aparece, rápidamente le acusamos de haberse escondido y no dar la cara. Si se peina de una cierta manera hacemos “memes”, pero si lo hace de otra es que tiene “mala cara”.

Todos los días ha de aguantar comentarios de “políticos” que ponen en duda su profesionalidad por intereses que nada tienen que ver con la cuestión sanitaria. Políticos con un “curriculum vitae” impresionante. Alguno hace media carrera de Derecho en poco más de un trimestre y la otra media en 7 años. O presume de máster regalado o de charla en Aravaca convertida en máster de Harvard. Otros no han trabajado en el sector privado en su vida y han estado enchufados en organismos públicos, con notable remuneración y nula eficacia y utilidad.

A Fernando Simón le hemos examinado el curriculum con lupa, faltaría más, al detalle, buscando el menor fallo y hemos sabido que incluso tuvo la “desfachatez” de prestar ayuda en cuestiones epidemiológicas a “los jovenlandeses” en Africa, ocupando diversos cargos de responsabilidad en cuestión sanitaria. Hasta para ayudar a los más necesitados tenía paciencia. Y claro, tampoco tenemos el recurso fácil de atacarle por ser un enchufado, porque resulta que ha trabajado para Administraciones de diferente tonalidad y signo político.

Por supuesto, no digo que no tenga fallos o no cometa errores. Mirémonos todos al espejo. He de reconocer que a mí me ha ganado. Don Fernando Simón, el hombre paciente, tienes mi máximo respeto y admiración.

Que tengáis buen día.

venga al ignore, augusto
 
Buenos días.

Mucho me temo que mi comentario no será “el más popular” del día, pero es lo que pienso.

Quería hablar de Fernando Simón, el hombre paciente. Son muchas las críticas, descalificaciones y burlas que recibe continuamente y ahí sigue, con su eterna paciencia. Muchos diríamos ¡basta!, ¡no puedo más!, “esto me supera”, “lo dejo”, pero el continúa con su trabajo. Un trabajo de una extraordinaria presión y responsabilidad que, seamos sinceros, pocos querríamos para nosotros mismos.

Día tras día ha de soportar a innumerables periodistas, contertulios varios y demás “fauna recientemente experta en virología” que, de manera directa o bien indirecta, critican su labor profesional. Estoy seguro que él podría fácilmente ridiculizar todos estos interesados y demagógicos comentarios con sus conocimientos en la materia, Sin embargo, sabedor que eso no ayudaría en nada a mejorar el objetivo perseguido, prefiere mantenerse prudente, “tragar” y dar prioridad a lo esencial, con una paciencia digna del Santo Job.

Si aparece todos los días, decimos que es cansino y pesado. Ah, pero si de pronto no aparece, rápidamente le acusamos de haberse escondido y no dar la cara. Si se peina de una cierta manera hacemos “memes”, pero si lo hace de otra es que tiene “mala cara”.

Todos los días ha de aguantar comentarios de “políticos” que ponen en duda su profesionalidad por intereses que nada tienen que ver con la cuestión sanitaria. Políticos con un “curriculum vitae” impresionante. Alguno hace media carrera de Derecho en poco más de un trimestre y la otra media en 7 años. O presume de máster regalado o de charla en Aravaca convertida en máster de Harvard. Otros no han trabajado en el sector privado en su vida y han estado enchufados en organismos públicos, con notable remuneración y nula eficacia y utilidad.

A Fernando Simón le hemos examinado el curriculum con lupa, faltaría más, al detalle, buscando el menor fallo y hemos sabido que incluso tuvo la “desfachatez” de prestar ayuda en cuestiones epidemiológicas a “los jovenlandeses” en Africa, ocupando diversos cargos de responsabilidad en cuestión sanitaria. Hasta para ayudar a los más necesitados tenía paciencia. Y claro, tampoco tenemos el recurso fácil de atacarle por ser un enchufado, porque resulta que ha trabajado para Administraciones de diferente tonalidad y signo político.

Por supuesto, no digo que no tenga fallos o no cometa errores. Mirémonos todos al espejo. He de reconocer que a mí me ha ganado. Don Fernando Simón, el hombre paciente, tienes mi máximo respeto y admiración.

Que tengáis buen día.

Precisamente porque a Simón se le presuponen unos conocimientos amplios en la materia, su actuación es más negligente. Es un agravante en derecho penal.

Nos dijo que podíamos estar tranquilos, que en España apenas tendríamos casos.
Se pasó un mes entero diciendo que no existía transmisión entre españoles, que todos los casos eran importados.
Por no hablar de los comentarios sobre su hijo y el 8M...

Y sus risas, sonrisas y cachondeo continuos...

Es un zascandil que antepone la política sobre la salud pública, como todos sus jefes.
 
Buenos días.

Mucho me temo que mi comentario no será “el más popular” del día, pero es lo que pienso.

Quería hablar de Fernando Simón, el hombre paciente. Son muchas las críticas, descalificaciones y burlas que recibe continuamente y ahí sigue, con su eterna paciencia. Muchos diríamos ¡basta!, ¡no puedo más!, “esto me supera”, “lo dejo”, pero el continúa con su trabajo. Un trabajo de una extraordinaria presión y responsabilidad que, seamos sinceros, pocos querríamos para nosotros mismos.

Día tras día ha de soportar a innumerables periodistas, contertulios varios y demás “fauna recientemente experta en virología” que, de manera directa o bien indirecta, critican su labor profesional. Estoy seguro que él podría fácilmente ridiculizar todos estos interesados y demagógicos comentarios con sus conocimientos en la materia, Sin embargo, sabedor que eso no ayudaría en nada a mejorar el objetivo perseguido, prefiere mantenerse prudente, “tragar” y dar prioridad a lo esencial, con una paciencia digna del Santo Job.

Si aparece todos los días, decimos que es cansino y pesado. Ah, pero si de pronto no aparece, rápidamente le acusamos de haberse escondido y no dar la cara. Si se peina de una cierta manera hacemos “memes”, pero si lo hace de otra es que tiene “mala cara”.

Todos los días ha de aguantar comentarios de “políticos” que ponen en duda su profesionalidad por intereses que nada tienen que ver con la cuestión sanitaria. Políticos con un “curriculum vitae” impresionante. Alguno hace media carrera de Derecho en poco más de un trimestre y la otra media en 7 años. O presume de máster regalado o de charla en Aravaca convertida en máster de Harvard. Otros no han trabajado en el sector privado en su vida y han estado enchufados en organismos públicos, con notable remuneración y nula eficacia y utilidad.

A Fernando Simón le hemos examinado el curriculum con lupa, faltaría más, al detalle, buscando el menor fallo y hemos sabido que incluso tuvo la “desfachatez” de prestar ayuda en cuestiones epidemiológicas a “los jovenlandeses” en Africa, ocupando diversos cargos de responsabilidad en cuestión sanitaria. Hasta para ayudar a los más necesitados tenía paciencia. Y claro, tampoco tenemos el recurso fácil de atacarle por ser un enchufado, porque resulta que ha trabajado para Administraciones de diferente tonalidad y signo político.

Por supuesto, no digo que no tenga fallos o no cometa errores. Mirémonos todos al espejo. He de reconocer que a mí me ha ganado. Don Fernando Simón, el hombre paciente, tienes mi máximo respeto y admiración.

Que tengáis buen día.
Hay que ser muy paciente para mentir diariamente sin que se te caiga la cara de verguenza, cierto.
 
El responsable de las medidas suecas contra el cobi19 reconoce que deberían haber implantado un confinamiento parcial. Parece que en Suecia no ha sentado nada bien que Noruega y Dinamarca hayan reabierto sus fronteras pero vetando a Suecia por su tasa de muertes y contagios.

 
Buenos días.

Mucho me temo que mi comentario no será “el más popular” del día, pero es lo que pienso.

Quería hablar de Fernando Simón, el hombre paciente. Son muchas las críticas, descalificaciones y burlas que recibe continuamente y ahí sigue, con su eterna paciencia. Muchos diríamos ¡basta!, ¡no puedo más!, “esto me supera”, “lo dejo”, pero el continúa con su trabajo. Un trabajo de una extraordinaria presión y responsabilidad que, seamos sinceros, pocos querríamos para nosotros mismos.

Día tras día ha de soportar a innumerables periodistas, contertulios varios y demás “fauna recientemente experta en virología” que, de manera directa o bien indirecta, critican su labor profesional. Estoy seguro que él podría fácilmente ridiculizar todos estos interesados y demagógicos comentarios con sus conocimientos en la materia, Sin embargo, sabedor que eso no ayudaría en nada a mejorar el objetivo perseguido, prefiere mantenerse prudente, “tragar” y dar prioridad a lo esencial, con una paciencia digna del Santo Job.

Si aparece todos los días, decimos que es cansino y pesado. Ah, pero si de pronto no aparece, rápidamente le acusamos de haberse escondido y no dar la cara. Si se peina de una cierta manera hacemos “memes”, pero si lo hace de otra es que tiene “mala cara”.

Todos los días ha de aguantar comentarios de “políticos” que ponen en duda su profesionalidad por intereses que nada tienen que ver con la cuestión sanitaria. Políticos con un “curriculum vitae” impresionante. Alguno hace media carrera de Derecho en poco más de un trimestre y la otra media en 7 años. O presume de máster regalado o de charla en Aravaca convertida en máster de Harvard. Otros no han trabajado en el sector privado en su vida y han estado enchufados en organismos públicos, con notable remuneración y nula eficacia y utilidad.

A Fernando Simón le hemos examinado el curriculum con lupa, faltaría más, al detalle, buscando el menor fallo y hemos sabido que incluso tuvo la “desfachatez” de prestar ayuda en cuestiones epidemiológicas a “los jovenlandeses” en Africa, ocupando diversos cargos de responsabilidad en cuestión sanitaria. Hasta para ayudar a los más necesitados tenía paciencia. Y claro, tampoco tenemos el recurso fácil de atacarle por ser un enchufado, porque resulta que ha trabajado para Administraciones de diferente tonalidad y signo político.

Por supuesto, no digo que no tenga fallos o no cometa errores. Mirémonos todos al espejo. He de reconocer que a mí me ha ganado. Don Fernando Simón, el hombre paciente, tienes mi máximo respeto y admiración.

Que tengáis buen día.

Uno o dos a lo sumo. Experto epidemiólogo.

No hay por donde coger a este personaje.

Y claro que aguanta, le han puesto ahí para eso.

Y el que aguante no es una virtud, si no que da cuenta de su catadura jovenlandesal.
 
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