La sensación de angustia e impotencia más grande que he tenido en mi vida es escuchar un mensaje de voz en el teléfono de mi padre, después que este muriera de cáncer, lo había enviado los días previos. Fue muy rápido desde que empezó a sentirse a mal hasta que murió. Desde entonces hay pocos días en los que no me acuerde de él, incluso se me vuelven a saltar las lágrimas y ya han pasado 8 años.
hombre, eso sí que es dolido en esos momentos. Yo pienso también en el último verano , cuando estaría enfermo pero no lo sabíamos, que estaba haciendo planes para un viaje familiar con todos ....... Y un año después ya no estaba allí.
Sobre los mensajes, si son voluntarios debe ser dolido de leer/escuchar, pero alguna vez me he planteado hacer algo así. Tengo dos hijos, si me muero mi mayor preocupación es qué será de ellos, aunque siga la progenitora. Económicamente es un palo perder a un padre (o progenitora, hoy en día trabajan los dos), y se nota que se quede uno sólo: la educación va a salir perjudicada porque el que sobrevive no tiene tanto aguante para hacerlo todo solo. Pero lo más importante es la educación: que aprendan a valerse por si mismos. Yo echo de menos a mi padre porque acabé los estudios , empecé a trabajar y él no lo vió. Y nunca pude pedirle consejo (él tenía un trabajo parecido al mío, ingeniero en empresa grande). A veces pienso si me atrevería a escribir unas cartas que mis hijos pudiesen ir abriendo con cierta edad, por si yo no estoy cuando ellos se hagan mayores. Pero tampoco sabría qué aconsejarles o qué contarles realmente. Soy un pringao más con 40 tacos que no sabe realmente cómo funciona esto de vivir (¿lo sabe alguien?), ni sé cómo habrá que comportarse para vivir satisfactoriamente dentro de 20 o 30 años.
Por cierto, el recuerdo más triste que tengo yo, con diferencia, es cuando fui con mi padre por ultima vez al hospital. Lo lleve yo en coche, acompañado por un amigo suyo. Se puso a llorar, sabía que era su último viaje en coche y no quería morir. En ese momento no me di cuenta realmente, no sabía si era dolor o qué. Pero estaba claro que no era eso, no estaba preparado para el "Game Over". A las 2 horas lo habían sedado y nunca más despertó.
Y yo de iluso ahí sin poder ni saber hacer o decir nada. Pienso que con 23 años eres un mocos y no sabes reaccionar, pero creo que eso da igual, hoy con 40 supongo que tampoco sabría qué hacer. Ahí me di cuenta, que aunque era una frutada perder a tu padre con 23 años, era una gran ventaja no haberlo perdido con por ejemplo 10 años. Siempre hay casos peores.
Yo no sé si hay algún día en el que no piense por lo menos un momentito, un segundo, en él, quizás alguno muy estresante, pero es normal. Como me dijo un día mi jefe cuando murió su progenitora: "ha muerto la persona que me conoce desde hace más tiempo".
En el caso de un hijo, ya no quiero ni imaginármelo. Desde que tengo hijos no puedo olvidar cuando alguien pierde uno, el que lo experimenta y logra llevar una vida normal, para mí, está a otro nivel de fortaleza interior. Tengo dos compañeros de trabajo que lo han vivido, y me pregunto cómo narices pueden venir a trabajar y hacer vida normal, aún años después.
Y ya. No escribo más, que burbuja está principalmente para echarse unas risas políticamente incorrectas sobre lo que toque.