Hoy era en Madrid la manifestación antiracismsm, sabía que mi mejor amiga, la chica de la que llevo perdidamente enamorado desde que íbamos al instituto, iba a ir. Durante estos años siempre he tratado de demostrarle que soy bueno para ella y de impresionarla, sin erótico resultado.
Ha tenido bastantes novios desde que se fue a la universidad, pero todos eran malos tipos, siempre me lo decía, que ojalá conociese a alguien como yo algún día. Yo le dije varias veces que era lo que más quería e incluso intenté besarla con cobras como resultado, pero ella insistía en que me veía solo como un amigo, casi como un hermano, she says.
Hoy me ha pedido que la llevase en mi coche, un Corrado V6 diesel heredado de mi abuelo, que en paz descanse, y no he podido decirle que no. Tenía quedada importante para jugar al call of duty con los amigos, pero ella me importa mucho más, así que he cebado el motor de arranque pisando el embrague, como me enseñó mi abuelo, y he ido a por ella, la chica que más quiero.
Al llegar he visto que iba con unos amigos, creía que íbamos a ir solos, pero con ella iban dos chicas más y un tipo oscuro enorme. Tocando el claxon he parado justo en frente, me han visto y han venido lentos hacia el coche, el oscuro estaba abrazado a dos de las chicas, y cruzaron la calle así. Llevaba gafas tipo bumpy boy y ropa mucho más cara que la mía. Me dijo que el conduciría.
No lo hizo del todo mal, le tuve que llamar un par de veces la atención porque lo revolucionaba mucho, pero a la segunda las otras chicas me recriminaron que lo hiciese, así que me calle. Llegamos por fin y no había mucha gente, un par de centenares de personas de color y de chicas jóvenes, habían muchas, me sorprendió cuantas habían.
Los dejé y me fui a aparcar, me costó un mundo pero tras media hora pude incorporarme con ellos y gritar las consignas. Nos pusimos en el suelo boca abajo, arrodillados, etc. Luego todos les besamos los pies a los personas de color que teníamos cerca. Yo no quería hacerlo, pero ella me dijo que significaría mucho para ella, así que lo hice.
Me dijo al volver que era una muy buena persona, que si seguía así algún día encontraría a la chica de mi vida. En el trayecto de vuelta, esta vez conduje yo, ella y Marroni, así decía llamarse el oscuro, se estaba liando con la chica de mis sueños y con otra en el asiento trastero. No pude evitar reprimir unas lágrimas mientras los miraba por el retrovisor, hasta que la que iba de copiloto, una peliazul arisca me dijo que era un pervertido y que me centrase en la carretera.