Requería instalar un script en la web de los clientes y eso, tan simple, era origen de mil fricciones y problemas. Las agencias webs nos boicoteaban, los usuarios no sabían como hacerlo, nos tocaba meternos en las web de los clientes para ayudarles etc...
Por experiencia, el gran secreto del SAAS es que rompas al 100% (no vale 99,99%) la necesidad del trabajo a medida. Muchas veces, al crear un producto SAAS, se tiene la tentación (porque se ve necesario...) de requerir algo que necesite intervención externa en cada caso. Una configuración a medida, un desarrollo, un script que haya que meter en sus servidores, un diseño complementario para un cliente...
Eso es un ERROR GIGANTESCO. Todo lo que se hace a medida, desde programación a consultoría, necesita un tipo de comercialización, un tipo de facturación orientada al tiempo dedicado, una pelea (costosa...) por cómo será ese trabajo, formas de pago, etc etc. Más el batallar contra el hecho innegable de que si dependes de terceros (servicio IT del cliente, proveedores, etc...), destrozas el timing tanto de la venta como de la implantación, y sigues dependiendo de terceros.
Y no, jamás debe ser así. La gracia del SAAS es la escalabilidad, como bien dices. Ofrecer un producto al que se le pueden dedicar muchos recursos, que esté muy bien diseñado, que sea sólido, precisamente porque todo lo que sea hace es igual para todos los clientes. Y poner un precio competitivo porque los costes los divides entre muchos clientes, y te permite abrir la puerta de dedicar el tiempo que haga falta a solucionar muy bien los problemas reales de los clientes.
Pero tiene que ser algo que requiera cero 'intervención externa', más allá del soporte. Si el cliente quiere algo, que se lo pueda hacer ÉL con tu API. En el momento que haces cualquier trabajo a medida rompes el esquema, y obtienes lo peor de ambos mundos. El bajo precio (comparativamente del SAAS...), más los enormes inconvenientes que significa tener que personalizar aunque sea una chorrada. Tiempos, peleas, dependencia, y sobre todo desviarse del camino.
He conocido varios casos de empresas que con un SAAS con perspectivas, fracasaron porque no fueron lo suficientemente 'fuertes' como para decir que no a esto. Simplemente al principio, teniendo pocos clientes y pocos ingresos, quisieron abrir el grifo para convencer a sus clientes. Y en vez de tener un software con un modelo predefinido (mismo sofware para todos, mismos precios, etc..) terminaron teniendo un gurruño semipersonalizado donde la arquitectura se acaba cayendo a cachos, y que termina siendo un software hecho a medida sobre una base SAAS que cada día se corrompe más y que termina por explotar. Con una dependencia enorme de los clientes más grandes, y con la imposibilidad de dirigir los desarrollos hacia donde ellos quieren, por miedo a perder estos pocos clientes.
No, el software SAAS lo tiene que dirigir la empresa sin absolutamente nada fuera del software. La única decisión del cliente debe ser si lo contrata o no. Si no lo haces así, acabarás muerto...