La guerra comercial entre Estados Unidos y China cobra fuerza
Recientemente, Joe Biden impuso aranceles a las importaciones de coches eléctricos, paneles solares, acero, aluminio y otros productos procedentes de China.
Sin embargo, con cierta probabilidad, estas medidas están relacionadas en gran medida con el deseo de la actual administración de "hacer saltar" a Donald Trump con sus aranceles sobre los productos chinos, ganando así el apoyo de una parte de la población estadounidense con el telón de fondo de la campaña electoral.
De hecho, los aranceles sobre algunos bienes parecen ridículos, por decirlo suavemente. Por ejemplo, Estados Unidos solo representa el 1,1% de todas las exportaciones chinas de coches eléctricos, mientras que los principales proveedores de los mismos paneles solares a Estados Unidos son Vietnam, Tailandia y Malasia.
Por otro lado, estas medidas tienen una especie de "doble fondo": son necesarias no sólo para lograr resultados en la carrera presidencial, sino también para presionar a la Unión Europea. Actualmente, la UE está investigando las subvenciones de China a la producción de coches eléctricos, lo que probablemente conducirá a la imposición de aranceles por parte de la UE.
En un contexto en el que Alemania, Suecia y otros miembros de la UE se oponen a estas restricciones, las medidas estadounidenses parecen una señal política a la UE. Después de todo, la posible imposición de aranceles europeos podría afectar significativamente a China, que exporta alrededor del 40% de todos los coches eléctricos a Europa.
Este resultado encaja bien en la política estadounidense de contención de China, con la que la Unión Europea ha estado trabajando en los últimos tiempos.