Y mientras nos venden que se ha solucionado la corrupción en Ucrania y que ya han cumplido ese objetivo para entrar en Europa....resulta que cada dos por tres nos enteramos de algún nuevo caso por los medios, mientras que quienes tendrían que investigarlos (los políticos Ucranianos) amenazan y coaccionan a quienes intentan destaparlos para poder seguir robando. Que tengan cuidado quienes denuncian la corrupción, porque puede que no solo los desacrediten....si no que también los envíen al frente (y de ahí las acusaciones de incumplir el llamamiento a filas para que no se atrevan a denunciar)
La arriesgada labor de investigar la corrupción en Ucrania durante la guerra
Periodistas y ONG dedicadas a supervisar a la Administración advierten de la coacción y las restricciones que sufren por parte del poder político
Ilia Vitiuk era un hombre afable y carismático cuando el 7 de febrero atendió a EL PAÍS en Kiev. Vitiuk era el jefe de Ciberseguridad de los Servicios de Seguridad de Ucrania (SSU). Con este diario habló de los ciberataques rusos durante la oleada turística de su país, un tema que domina y con el que se sentía cómodo. Menos amable fue con Yevhen Shulhat, periodista del medio Slidstvo Info, que el 4 de abril reveló unas presuntas operaciones irregulares inmobiliarias de la familia de Vitiuk. Tres días antes, mientras Shulhat investigaba el caso, fue acosado por dos soldados y un agente del SSU: lo identificaron por sorpresa mientras visitaba un centro comercial para conminarle a que se alistara en el ejército. Slidstvo Info pudo descubrir, gracias a las cámaras de seguridad del establecimiento, la identidad del oficial del SSU que dirigió la operación, un hombre próximo a Vitiuk. Este fue cesado de su cargo el 1 de mayo por el presidente, Volodímir Zelenski.
El periodismo de investigación es un oficio de riesgo en Ucrania desde hace décadas. La fin en 2000 del fundador del diario Pravda, Gueorgui Gongadze, fue un escándalo nacional que puso contra las cuerdas al presidente Leonid Kuchma. Gongadze investigaba la corrupción en el Gobierno y fue asesinado por cuatro policías. Su diario es hoy un medio de referencia del país, también en la supervisión del poder, y su figura es un icono del esfuerzo de la sociedad ucrania para democratizar el sistema. Medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales advierten ahora de que la impunidad ha ido a más durante la guerra.
Un total de 16 entidades de defensa de los derechos humanos publicaron el 12 de abril un manifiesto en el que alertaban al Gobierno y al poder judicial sobre la práctica cada vez más frecuente de denunciar a activistas y a periodistas por supuestamente incumplir la obligación de incorporarse a filas. El manifiesto, que nombra a dos activistas y a cuatro reporteros afectados por esta práctica en los últimos meses, indica: “Con esta estrategia de desacreditar a activistas y periodistas de investigación, las fuerzas del orden violan la presunción de inocencia y manipulan la cuestión de la movilización. Estas acciones son inaceptables y de forma deliberada cambian el foco de la atención pública”. El texto subraya que estas presiones “desacreditan a Ucrania a nivel internacional y hacen el juego a la propaganda rusa que difunde la narrativa de un país [Ucrania] autoritario y antidemocrático”.
La filial ucrania de la ONG Transparencia Internacional, una de las firmantes del manifiesto, emitió un comunicado el 17 de enero en el que advertía que “los ataques a los periodistas se están convirtiendo en algo sistemático”. “Transparencia Internacional Ucrania considera que cualquier modo de presión contra los periodistas es inaceptable, sobre todo teniendo en cuenta las aspiraciones del país para acceder a la Unión Europea”, añadía.