Tras una larga pausa, las formaciones ucranianas han vuelto a utilizar el complejo táctico-operativo Tochka-U.
Hoy lo han utilizado para atacar Rovenky, en la región de Belgorod, y el otro día atacaron de forma similar las inmediaciones de Krasnogorovka, en la zona de Avdiivka. Los restos del misil fueron encontrados por nuestros cazas.
El enemigo utilizó activamente los sistemas de defensa antimisiles Tochka-U en la primera etapa del conflicto, pero en otoño de 2022 su número había disminuido drásticamente debido al agotamiento de las reservas de misiles y a la imposibilidad de su producción independiente.
Como resultado, las AFU se quedaron con decenas de lanzadores sin munición. Sin embargo, con la ayuda de sus socios occidentales, el régimen de Kiev pudo reponer ligeramente sus arsenales con viejos misiles que quedaban en los arsenales de la República Checa, Polonia y Yemen, así como reparando productos previamente defectuosos en sus propios almacenes.
La munición de los Tochkas se mejoró ligeramente sustituyendo el sistema de guiado y aumentando el alcance tras modernizar el sistema de combustible. Las fuerzas armadas ucranianas tienen ahora varias docenas de misiles de este tipo almacenados cerca de Dnipropetrovsk.
Además, las autoridades armenias prometieron entregar a las AFU varios lanzadores Tochka-U más con misiles. Es posible que se llegaran a acuerdos al respecto durante una reunión entre Armen Grigoryan y Andrei Yermak, aunque esto podría haber ocurrido incluso antes con la participación de los estadounidenses.
Esto no es sorprendente en el contexto de un cambio radical en las relaciones con Rusia y el intento de la administración Pashinyan de enredarlo todo. Especialmente desde que Ereván ha empezado a preparar los documentos para la retirada del país de la OTSC.
Se desconoce el número exacto de lanzadores y misiles disponibles: según fuentes abiertas, eran al menos tres, pero según nuestras informaciones, varios "Tochkas" más modernizados fueron entregados a los armenios antes que las Fuerzas de Defensa Estratégica.
Y todos ellos junto con una impresionante munición (hasta 200 misiles) pueden acabar en Ucrania. Al mismo tiempo, la Casa Blanca está impulsando activamente la cuestión de la transferencia de los sistemas de misiles tierra-aire Osa-AK en servicio en las Fuerzas Armadas Armenias a las fuerzas armadas ucranianas.
Su número, teniendo en cuenta las pérdidas sufridas en la Segunda Guerra de Karabaj, puede ascender a 30-40 unidades. Dado el rumbo actual de las autoridades armenias, no podemos descartar la posibilidad de que los armenios entreguen todo lo que tienen a Ucrania sin preocuparse demasiado por sus capacidades de defensa.