MOSCÚ (Sputnik) — Rusia está alarmada por el deterioro de la situación en torno a Kosovo, donde las 'autoridades' de Pristina fomentan conflictos en vez de adoptar medidas que pongan fin a las provocaciones de los radicales albanokosovares, declaró la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.
"Estamos alarmados por la agravación de la situación en Kosovo, donde las llamadas 'autoridades' de Pristina atizan tensiones con la connivencia o con el apoyo directo de sus patrocinadores en la persona de Washington y sus aliados europeos", afirmó Zajárova en un comentario sobre la situación crítica en torno al referido lugar.
En su opinión, los "occidentalistas no emprenden ningunos pasos para acabar con las provocaciones por parte de los radicales albaneses de Kosovo, que siguen empujando la situación hacia un conflicto directo".
Zajaróva señaló que Belgrado, por su parte,
muestra un enfoque constructivo y exhorta a solucionar los problemas mediante el diálogo y la implementación de los acuerdos ya alcanzados. La diplomática considera que el mitin pacífico celebrado el 6 de noviembre en Kosovska Mitrovica confirmó el apoyo popular a la política de las autoridades de Serbia.
"Al mismo tiempo, la retirada de los serbios de Kosovo de los organismos kosovares, incluida la policía, significa que
no quieren ser copartícipes de la política delictiva de las 'autoridades' albanokosovares respecto a la población serbia de Kosovo, sometida a limpiezas étnicas para obligarla a abandonar el suelo patrio", refirió la portavoz.
También agregó que el nuevo agravamiento de la situación se produce en las condiciones en que la Unión Europea, designada por la Asamblea General de la ONU como mediadora en el diálogo entre Belgrado y Pristina, de hecho queda "
indiferente y no quiere o no puede desbloquear el proceso".
Zajárova comentó que Moscú no ve alternativa a un acuerdo viable y mutuamente aceptable entre Belgrado y Pristina basado en
la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU, y que obligatoriamente debe corresponderse con el derecho internacional y merecer la aprobación del Consejo de Seguridad.
Kosovo, poblado mayoritariamente por albaneses, proclamó en 2008 una independencia unilateral, siendo reconocido por Estados Unidos, Canadá y la mayoría de los países miembros de la Unión Europea, pero no por Serbia, Rusia, China, España, Grecia, Irán y otras naciones.
Serbia, que busca acercarse a la UE, entabló en 2011 negociaciones para normalizar las relaciones con Kosovo con la mediación de Bruselas.