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Buki*
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El otro principio jovenlandesal
INTERNACIONAL
Frente al "libre comercio" de Bush y de la UE, Cuba lleva a cabo la
cooperación y la solidaridad
inSurGente.- Para EEUU la libertad de empresa y de comercio es el único
principio jovenlandesal, el entorno que representa, en sí mismo, los derechos
humanos. El libre comercio genera los "derechos de la Libertad", la
posibilidad de hacer y de ser en el mercado. No hay más. A partir de ahí que
cada cual se las apañe como pueda. La UE, la Europa de los Mercaderes, con
otro lenguaje menos directo, rindiendo cierto tributo de silencio y de
hipocresía a una izquierda entregada y vencida, viene a decir lo mismo.
Cuba, un pequeño país, plantea la alternativa: propone relaciones económicas
y políticas basadas en la cooperación y la solidaridad. Y está teniendo gran
éxito. Paralelamente, La Habana plantea otro discurso radicalmente diferente
de los derechos humanos, que no se respiran como un perfume en el ambiente
del libre mercado sino que son una exigencia ineludible y concreta para la
vida digna de los ciudadanos...
Según datos publicados con ocasión de la celebración de la II Cumbre Sur del
Grupo de los 77, más de 223 mil profesionales cubanos han colaborado hasta
el año pasado en el desarrollo de planes de salud, educación, deporte y
desarrollo tecnológico, en 155 países del Tercer Mundo.
Barrio Adentro, en Venezuela, es, tal vez, el proyecto de colaboración más
conocido de los realizados en los últimos años porque ha representado el
comienzo de una relación estratégica sobre la que se ha definido la
Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), un conjunto de proyectos
comunes basados en los principios de colaboración y solidaridad. Consiste en
llevar la asistencia médica primaria a barriadas y zonas marginales, en los
cerros de Caracas o en las zonas rurales más apartadas. Allí donde no
llegaba el precario sistema público de salud, ni por supuesto el privado,
han llegado los médicos cubanos. Hoy en día, Barrio adentro y la formación
de médicos venezolanos, procedentes de sectores humildes, en la Escuela
Latinoamericana de Ciencias Médicas (ELAM), ha abierto camino a una
progresiva nacionalización del programa y a la propia transformación del
sistema público de salud en Venezuela.
La salud representa el 70% de la cooperación medida por el número de
profesionales que la realizan. En este sector Cuba tiene lo que es sin duda
su proyecto estrella: El Programa Integral de Salud con el que han trabajado
más de 10.000 médicos y otros técnicos en 97 naciones de todo el mundo.
Los datos son realmente abrumadores: 1 millón 600 mil intervenciones
quirúrgicas, 8 millones 330 mil banderillas, medio millón de partos,
innumerables asistencias. La asistencia médica cubana alcanza a la casi
increíble cifra de 55 millones de personas.
La solidaridad y la cooperación cubana ha tenido otros instrumentos
fundamentales. Uno de ellos es la formación en centros de enseñanza de Cuba
de profesionales altamente cualificados en cerca de cuarenta especialidades
universitarias y técnicas. Casi 43 mil graduados se reparten por el mundo
gracias a esos programas volcados en la formación de capital humano, que con
frecuencia se han desarrollado de forma gratuita.
En los últimos años Cuba también ha elaborado programas derivados de su
experiencia de alfabetización, con técnicas específicas adaptadas a las
distintas situaciones. Venezuela, Haití, Paraguay, Argentina, México y
muchos países más se han beneficiado de la cooperación cubana.
La ELAM, con 9 mil estudiantes procedentes de 27 países y la Escuela
Internacional de Educación Física y Deporte que está formando a alumnos
procedentes de 74 estados son dos pruebas más de esa alternativa cubana al
"único principio jovenlandesal" que promueven los EEUU.
Claro que todo ello no es suficiente para un pequeño país de 11 millones de
habitantes. "No hay avances satisfactorios con respecto a los derechos
humanos en Cuba". Lo acaba de decretar la Unión Europea.
Lástima por Cuba. Los cubanos no conocen la generación espontánea de
derechos humanos por simple providencia del libre mercado.
Su atmósfera es de fraternidad humana, de asistencia mutua y de apoyo, un
aire fétido para los olfatos empresariales.
www.insurgente.org
INTERNACIONAL
Frente al "libre comercio" de Bush y de la UE, Cuba lleva a cabo la
cooperación y la solidaridad
inSurGente.- Para EEUU la libertad de empresa y de comercio es el único
principio jovenlandesal, el entorno que representa, en sí mismo, los derechos
humanos. El libre comercio genera los "derechos de la Libertad", la
posibilidad de hacer y de ser en el mercado. No hay más. A partir de ahí que
cada cual se las apañe como pueda. La UE, la Europa de los Mercaderes, con
otro lenguaje menos directo, rindiendo cierto tributo de silencio y de
hipocresía a una izquierda entregada y vencida, viene a decir lo mismo.
Cuba, un pequeño país, plantea la alternativa: propone relaciones económicas
y políticas basadas en la cooperación y la solidaridad. Y está teniendo gran
éxito. Paralelamente, La Habana plantea otro discurso radicalmente diferente
de los derechos humanos, que no se respiran como un perfume en el ambiente
del libre mercado sino que son una exigencia ineludible y concreta para la
vida digna de los ciudadanos...
Según datos publicados con ocasión de la celebración de la II Cumbre Sur del
Grupo de los 77, más de 223 mil profesionales cubanos han colaborado hasta
el año pasado en el desarrollo de planes de salud, educación, deporte y
desarrollo tecnológico, en 155 países del Tercer Mundo.
Barrio Adentro, en Venezuela, es, tal vez, el proyecto de colaboración más
conocido de los realizados en los últimos años porque ha representado el
comienzo de una relación estratégica sobre la que se ha definido la
Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), un conjunto de proyectos
comunes basados en los principios de colaboración y solidaridad. Consiste en
llevar la asistencia médica primaria a barriadas y zonas marginales, en los
cerros de Caracas o en las zonas rurales más apartadas. Allí donde no
llegaba el precario sistema público de salud, ni por supuesto el privado,
han llegado los médicos cubanos. Hoy en día, Barrio adentro y la formación
de médicos venezolanos, procedentes de sectores humildes, en la Escuela
Latinoamericana de Ciencias Médicas (ELAM), ha abierto camino a una
progresiva nacionalización del programa y a la propia transformación del
sistema público de salud en Venezuela.
La salud representa el 70% de la cooperación medida por el número de
profesionales que la realizan. En este sector Cuba tiene lo que es sin duda
su proyecto estrella: El Programa Integral de Salud con el que han trabajado
más de 10.000 médicos y otros técnicos en 97 naciones de todo el mundo.
Los datos son realmente abrumadores: 1 millón 600 mil intervenciones
quirúrgicas, 8 millones 330 mil banderillas, medio millón de partos,
innumerables asistencias. La asistencia médica cubana alcanza a la casi
increíble cifra de 55 millones de personas.
La solidaridad y la cooperación cubana ha tenido otros instrumentos
fundamentales. Uno de ellos es la formación en centros de enseñanza de Cuba
de profesionales altamente cualificados en cerca de cuarenta especialidades
universitarias y técnicas. Casi 43 mil graduados se reparten por el mundo
gracias a esos programas volcados en la formación de capital humano, que con
frecuencia se han desarrollado de forma gratuita.
En los últimos años Cuba también ha elaborado programas derivados de su
experiencia de alfabetización, con técnicas específicas adaptadas a las
distintas situaciones. Venezuela, Haití, Paraguay, Argentina, México y
muchos países más se han beneficiado de la cooperación cubana.
La ELAM, con 9 mil estudiantes procedentes de 27 países y la Escuela
Internacional de Educación Física y Deporte que está formando a alumnos
procedentes de 74 estados son dos pruebas más de esa alternativa cubana al
"único principio jovenlandesal" que promueven los EEUU.
Claro que todo ello no es suficiente para un pequeño país de 11 millones de
habitantes. "No hay avances satisfactorios con respecto a los derechos
humanos en Cuba". Lo acaba de decretar la Unión Europea.
Lástima por Cuba. Los cubanos no conocen la generación espontánea de
derechos humanos por simple providencia del libre mercado.
Su atmósfera es de fraternidad humana, de asistencia mutua y de apoyo, un
aire fétido para los olfatos empresariales.
www.insurgente.org