Resulto muy extraño ver como en las elecciones del 30 de mayo en Colombia el narco-candidato Juan Manuel Santos daba un vuelco derrotando a Antanas Mockus. Pues bien en este video hay pruebas que podeis confirmar visitando los enlaces que aparecen , en los cuales se ve como añaden votos de mas al candidato conservador, menos a Mockus o directamente lo eliminan del registro. En fin asi funcionan hoy en dia las democracias. Con gobiernos ocultos, fraudes electrorales, terrorismo de estado...bonitos tiempos.
Esto no es sino consecuencia de las guerras que mantienen las élites entre ellas.
Hay dos grupos enfrentados -lo he repetido hasta la saciedad- que se disputan el control: los llamo Globalizadores y Estatalistas, por llamarlos de alguna manera y atendiendo a sus diferencias en estrategia y estética. Los distintos paises no son otra cosa que las casillas de un tablero de ajedrez, por cuyo dominio pugnan entre sí. Hay, pues, como es lógico, batallas por el control de determinadas casillas y, para ello, emplean todos los medios que están a su alcance. Y está meridianamente claro que las normas democráticas no constituyen ningún obstáculo insalvable.
Unos pueden utilizar el fraude electoral o el golpe de Estado (Colombia, Honduras), los otros son más dados a azuzar la rebelión popular mediante unas bien financiadas revoluciones que pueden ser de cualquier color: naranja (Ucrania), verde (Irán) o hasta de matiz religioso (Tibet y Thailandia), sin importarles la gente que caiga en la jugada.
Hasta ahora tales eventos han tenido lugar en paises de escaso bagaje democrático, pero todo es empezar. Tal vez pronto, antes de lo que pensamos, estas cosas terminen por ser habituales en los países del primer mundo.
¿Y nosotros, los ciudadanos? Pues, siento afirmar que nuestro papel no es otro que el interpretado por el Coro de las tragedias clásicas griegas. Animar y repetir lo que los contendientes y actores declaman en la escena.
Además los ciudadanos no existen. ¿Han oído a algún político que hable de ciudadanos? No, ellos se dirigen a los trabajadores. Y las protestas no están dirigidas en nombre de la ciudadanía, sino implantadas por dirigentes de los trabajadores.
Y es que de la muerte del ciudadano ya se encargo Karl Marx.
O, para ser exactos, quienes estaban ocultos tras él.