Siguiendo con el tema. Estoy leyendo un libro sobre los informes de los observadores americanos en la guerra civil. Y dieron una conferencia durante la guerra resumiendo las enseñanzas e informaciones de la guerra civil en aquel momento:
Conferencia
Escuela de jefatura y estado mayor, Fort Leavenworth, Kansas, 1937-1938
1- Sobre Franco.
Franco levantó el estandarte de la revuelta en jovenlandia el 17 de julio de 1936 y
empezó a trasladar a sus jovenlandeses y legionarios a través del estrecho de Gibraltar en
aviones alemanes e italianos prestados o comprados. No se dio cuenta del todo de
que su golpe de Estado conduciría casi instantáneamente a una guerra mundial en
miniatura. Pero mientras los aviones alemanes e italianos volaban a jovenlandia,
en Moscú los rusos cerraban con clavos las cajas de otros aviones para enviarlos
al Gobierno español, y el Gobierno radical francés permitía la entrega de 22
cazas, destinados en principio a su Ejército, a sus hermanos de la izquierda
española. Los aviones comerciales franceses en España fueron intervenidos por
parte del Gobierno sin que se levantara ninguna protesta.
¿Qué tipo de hombre es Franco? Principalmente, un soldado. Con treinta y dos
años se convirtió en el general más joven del Ejército español. Junto al general
Sanjurjo se le atribuye el mérito de sofocar la rebelión jovenlandesa después de los
fracasos de otros durante ocho años. Franco nunca se había metido en política, y
por esta razón pudo ponerse al mando de la revuelta sin despertar las antipatías
de ninguna de las muchas facciones existentes. Ha demostrado ser un líder hábil,
conciliador y con dotes de organización: la España insurgente es ahora un país
bien gobernado. A pesar de empezar sin reservas de oro para su moneda, ha
mantenido estable la peseta, mientras que el Gobierno, con siete millones en oro,
ha visto cómo su moneda caía a la mitad de su valor en el mercado internacional.
Franco ha unificado notablemente a los elementos dispares de su bando, mientras
que los partidos del Gobierno han dedicado tanta energía a luchar entre ellos
como a luchar contra Franco.
2- Distintas fuerzas politcas de los dos bandos
POLÍTICA INTERNA
Franco cuenta con el apoyo de los monárquicos partidarios del rey Alfonso, los
carlistas, el partido Acción Católica, los falangistas del joven Primo de Rivera y
los republicanos de derechas. Los seguidores de Franco reciben los apelativos de
monárquicos, fascistas, nacionales, insurgentes, rebeldes y blancos. En esta
conferencia los llamaremos insurgentes. En el bando del Gobierno hay
socialistas, anarquistas, estalinistas, trotskistas y republicanos de izquierdas. Esta
diversidad se ve incrementada todavía por los movimientos autonomistas de
Cataluña, Vizcaya y Asturias. Las fuerzas del Gobierno reciben los apelativos de
gente de izquierdas, comunistas, republicanos y leales. Aquí los llamaremos fuerzas del
Gobierno. El Gobierno de España es un frente popular que, en teoría, es una
combinación de partidos de izquierdas. Actualmente es una coalición
involuntaria forzada por las circunstancias de la guerra. Los trotskistas han sido
empujados a la clandestinidad y sus líderes han sido asesinados o encarcelados.
Pero su prensa clandestina inunda las ciudades con propaganda
antigubernamental. Los anarquistas han participado en el Gobierno en contra de
su voluntad. En mayo de 1937 protagonizaron una revuelta que se saldó con
1.400 muertos y 600 heridos. En España se bromea amargamente con que el
único país que respeta el pacto de no intervención es Cataluña. Los estalinistas
han dado su apoyo al Gobierno durante la guerra. Pero recuerdan este
mandamiento de Lenin: «Aceptad todas las obligaciones que os pidan, pero
cuando llegue la hora decisiva no olvidéis que la honra del comunista consiste en
no cumplir estas obligaciones a menos que estas respondan a los intereses del
proletariado». Los comunistas controlan la mitad del ejército del Gobierno y el
90 % de los comisarios políticos.
3-participacion de extranjeros.
PARTICIPACIÓN EXTRANJERA
Rusia ha sido el gran proveedor de material del Gobierno y su principal asesor.
Es probable que haya mandado a España cinco mil técnicos, pilotos y asesores
militares y políticos. Como información tangencial sobre la utopía soviética,
diremos que los primeros voluntarios rusos solo querían huir de Rusia. A la
primera oportunidad desertaron hacia España. Más tarde, los voluntarios han sido
seleccionados entre aquellos que dejaban seres queridos en Rusia. El Gobierno
ruso, muy amable, ha proporcionado también mujeres intérpretes que,
desgraciadamente, no conocen el español; pero esta es simplemente otra paradoja
rusa. La aviación del Gobierno es principalmente rusa, con algunos aviones
franceses y estadounidenses. Los tanques y la artillería son franceses y rusos. Los
rusos dirigen los centros de formación de conducción de tanques y de guerra
química. Los pilotos son enviados a Francia y Rusia para recibir entrenamiento.
Alemania ha enviado a Franco entre tres mil y cinco mil técnicos, pilotos y
asesores militares. Italia ha contribuido con 40.000 hombres —voluntarios de
camisa negra—, aviación, tanques, artillería y armas ligeras.
4-Brigadas internacionales y fricciones con Españoles.
LAS BRIGADAS INTERNACIONALES
Louis Fischer, un corresponsal de izquierdas enviado a España, afirma que las
Brigadas Internacionales no han superado nunca el número de 15.000 hombres y
que el número total de extranjeros en España nunca ha superado la cifra de
23.000. George Seldes, otro corresponsal partidario del Gobierno, sitúa la cifra
entre 40.000 y 50.000. Parece que hay entre 1.500 y 2.000 estadounidenses. La
mitad de las Brigadas Internacionales son franceses. Están compuestas por
comunistas, adolescentes idealistas, militares aventureros y delincuentes. Tienen
un remanente de veteranos de la Guerra Mundial y, en principio, el coraje de los
hombres que luchan por una causa. Entran en combate tras un periodo de
entrenamiento de entre dos y cuatro semanas. Una descripción de Louis Fischer
sobre Robert Merriman, antiguo profesor de la Universidad de California, nos
indica cuán frágil es su experiencia militar: «Dejó Moscú en diciembre y fue
nombrado comandante del primer batallón Lincoln porque había pasado por el
Centro de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva». Ahora lleva en los brazos
las tres bandas rojas que distinguen a los capitanes españoles. Está al mando de
un batallón que el corresponsal vio en el campo de tiro, donde «muchos de los
hombres habían utilizado armas antes y alcanzaban frecuentemente la diana».
Los extranjeros no son populares entre los españoles. Los asesores militares y
políticos rusos no se atreven a dar un paso sin un guarda armado. Nunca han
disimulado su desprecio por los españoles y, en justa correspondencia, estos los
odian. La historia nos ha proporcionado varias anécdotas más sobre oficiales
rusos, a una sola generación de la servidumbre, la mayoría de ellos sin educación
ni experiencia militar, arrogantes e imbuidos de un orgullo de raza recién
descubierto, tratando con prepotencia a los orgullosos y susceptibles españoles. A
las Brigadas Internacionales tampoco se las quiere excesivamente. Estos
proclaman que son ellos quienes han ganado los combates y ponen en entredicho
la actuación de los españoles.
El primer comandante de las Brigadas Internacionales fue el general [Emilio]
Kleber, un soldado de fortuna comunista nacido en Canadá. Fue relevado de su
puesto y prácticamente deshonrado. Parece que su delito fue su excesiva afición a
la publicidad y su actitud crítica hacia su superior, el general Miaja.
El general Miaja está al mando del Ejército del centro y durante el año pasado se
ha dedicado a la defensa de Madrid. Es un buen soldado del antiguo Ejército
español y probablemente el único oficial competente en la cúpula del Ejército del
Gobierno.
5-Avance de Franco a Madrid.
En jovenlandia Franco contaba con unos 20.000 jovenlandeses y 14.000 legionarios
extranjeros. La revuelta naval había fracasado; avisadas por operadores de radio,
la mayoría de las tripulaciones, organizadas por anarquistas, mataron a sus
oficiales y se hicieron con los barcos. La sublevación triunfó en Sevilla,
Salamanca, Burgos y las ciudades de la costa norte. Franco se enfrentaba al
problema de trasladar sus tropas a España por unas aguas controladas por el
Gobierno. Adoptó la original solución de enviarlos por aire. Fue así como
trasladó entre tres mil y seis mil hombres. Dos mil más llegaron a la Península
por mar escoltados por bombarderos. Franco voló hacia Sevilla el 7 de agosto y
asumió el mando de una fuerza de 10.000 hombres. Tres días más tarde se tomó
Mérida. Badajoz cayó el día 15; Talavera, el 25, y Toledo el 27 de septiembre.
Franco había luchado durante 40 días, avanzando más de 300 kilómetros. Con
ocho tanques y una pequeña fuerza aérea, atacó y dispersó a las milicias en todas
las batallas. Las milicias nunca resistieron a los bombardeos y cuando estos eran
seguidos por el avance de los tanques, escupiendo fuego, entonces arrojaban sus
armas y corrían para salvar sus vidas.
Seiscientos hombres resistieron durante setenta días en el Alcázar de Toledo el
ataque de cinco mil milicianos. Toledo no se encuentra en la ruta directa a
a los defensores del Alcázar. Cuando la milicia fue expulsada de Toledo,
quinientos de los seiscientos hombres estaban heridos. El desvío resultó ser un
error garrafal por parte de Franco. Podemos sacar dos lecciones del sitio del
Alcázar. La primera es el poder defensivo de una fortaleza controlada con coraje.
La segunda es el tremendo valor de una defensa de este tipo. Los cinco mil
hombres que atacaban el Alcázar debían haber bastado para frenar el avance de
Franco hacia el norte.
6- inoperancia de los milicianos y gobierno.
Mientras tanto, en Madrid, según los corresponsales de guerra, los soldados se
daban la gran vida. El proletariado se había hecho con las casas de los ricos y se
divertía. Las milicias daban vueltas por las calles cantando la Internacional y se
pavoneaban de su valentía, que todavía no había sido puesta a prueba, en los
cafés. Se armó a mujeres con fusiles en un momento en que no había suficientes
para los hombres.
Se censuraron las noticias sobre la caída de Toledo y sobre la sucesión de
derrotas del populacho. Todo lo que escuchaban los ciudadanos eran noticias
sobre victorias del proletariado. Los madrileños solo fueron informados de la
inminencia de la auténtica guerra cuando Franco derrotó a las milicias en
Illescas, a medio camino entre Toledo y Madrid.
Mientras que los bien entrenados y disciplinados jovenlandeses y legionarios de Franco
cumplían las órdenes de los oficiales al pie de la letra, las compañías voluntarias
del Gobierno escogían sus frentes por votación, decidían ellos mismos cuándo
podían volver a hacer el gamberro por Madrid o dejaban sus posiciones
indefensas mientras buscaban comida (un motivo inmejorable, ya que el servicio
de aprovisionamiento del Gobierno era prácticamente inexistente). Los oficiales,
escogidos por votación, echaban por tierra los últimos restos de disciplina
discutiendo a voces sobre tácticas mientras sus hombres se reían de ellos.
Franco y Mola disponían de 40.000 hombres para tomar una ciudad de un millón
de habitantes defendida por 120.000 milicianos. El intento de tomarla por medio
de un ataque frontal fracasó. Los mal entrenados milicianos, deseosos de luchar,
demostraron que podían controlar la posición bien protegidos por las trincheras.
Franco consiguió afianzarse al otro lado del Manzanares en la Ciudad
Universitaria, una posición que ha mantenido hasta ahora. La defensa se vio
tremendamente beneficiada por la llegada de aviones rusos y de otro tipo de
materiales y por la intervención de las Brigadas Internacionales.
7-Vida en Madrid e inutilidad bombardeos a ciudades.
En relación con el ataque frontal, Franco intentó por primera vez en la historia
poner en práctica la muy debatida teoría de Douhet sobre el bombardeo masivo.
Durante noviembre, diciembre y enero, la fuerza aérea insurgente bombardeó
Madrid una y otra vez. ¿Cuál fue el resultado? Nada. La gente levantaba fútiles
puños a los asesinos del aire murmurando la palabra «cerdos». Hace más de un
año que Madrid está en la línea de frente y durante todo este tiempo ha sido
intensamente bombardeada. El resultado es 3.000 muertos y entre 14.000 y
15.000 heridos. Una cuarta parte de la ciudad está en ruinas. Pero las calles están
limpias y los tranvías y el metro todavía funcionan. A pesar de las ventanas rotas,
las casas incendiadas, los edificios destrozados y las calles bloqueadas, la vida en
Madrid continúa. En la ciudad viven 800.000 personas. Los incendios no atraen a
espectadores, son apagados al instante.
Los niños han aceptado las explosiones como si fueran lo más natural. Los
mayores se han acostumbrado más lentamente. Pero los bombardeos pasan
rápido. Después de cada carrera para conseguir refugio, la gente sabe que puede
continuar con sus cosas como siempre. El fuego de artillería es mucho peor. El
edificio de Telefónica ha sido alcanzado 130 veces y sus ascensores todavía
funcionan. Cuando las provisiones escasean las amas de casa van a comprar o
hacen cola. Los cafés todavía abren sus puertas para que los ciudadanos se tomen
sus naranjadas y sus vermuts. Por la noche los jóvenes siguen paseando por las
calles a oscuras.
El bombardeo, lejos de mermar la voluntad de los civiles, la fortalece. Se ha
probado el terror y se ha demostrado que no funciona. La muerte de civiles
incrementa la resistencia y prolonga la guerra. España ha dado una gran lección
al mundo: que el bombardeo de objetivos políticos es inútil; el desperdicio de un
arma muy poderosa. [Benito] Mussolini lo ha entendido: ha anunciado al mundo
que Italia, la patria de Douhet, el profeta del terror aéreo, no le hará la guerra a la
población civil.
8- Intento de sitiar Madrid.
Tras el fracaso del esfuerzo por tomar Madrid por medio de bombardeos aéreos y
un ataque frontal, Franco intentó rodearla. La ofensiva del Jarama en febrero
tenía como objetivo envolver Madrid desde el sur. Consiguió cortar todas las
líneas de tren hacia la costa. Franco disponía de demasiada poca infantería para
explotar este éxito inicial. Desde Madrid, las reservas contraatacaron y
resistieron. La única carretera hacia Valencia en el sur fue sometida a fuego de
artillería. Desde este momento, los suministros tenían que llegar a Madrid a
través de 170 kilómetros de carretera. La carretera comienza en la estación
terminal de Utiel y se dirige hacia Cuenca y Guadalajara. Una cantidad limitada
de tráfico cruza la vía de tren de Valencia, pero esto requiere un recorrido por
carreteras secundarias hasta Alcalá de Henares y de aquí a Madrid.
El siguiente esfuerzo para capturar Madrid se realizó desde el norte y condujo a
la muy discutida batalla de Guadalajara.
Continuara.