Al Atleti se le ve la calva
Simeone y Nahuel Molina, durante el Atlético-Barcelona. AFP
18/03/2024 17:45
En cuestión de cuatro días, el Atleti se creyó
Ryan Gosling y acabó recordando que es
Harrison Ford. La infravaloradísima
Blade Runner 2049 muestra que eso no le hace peor, simplemente más viejo. Como ha sido un equipo magnífico durante una década, aún puede ganar una pelea a cualquiera y regalar noches fabulosas como la del Inter, pero si se mete en diez broncas, va a acabar en el hospital en ocho. Es ley de vida. Lo difícil es asumirlo.
La temporada le ha puesto en una tesitura idónea para hacerlo a lo grande, con un último asalto a la Champions (tan capaz es de caer con el Dortmund como de presentarse en la final de Londres) para clausurar una etapa legendaria. Si algo hace aún bien el equipo de
Simeone es plantar cara a los mejores en esfuerzos cortos. El Madrid ha perdido dos veces en todo el curso, ambas contra el Atleti. El Inter había ganado sus 13 partidos de 2024 cuando se vio avasallado en el Metropolitano. El 0-3 del Barça el domingo no dice demasiado porque, como cualquier cuarentón sabe, el problema nunca es la fiesta, es la resaca. Puedes marcar el ritmo hasta que se haga de día, pero vivirás un infierno toda la semana siguiente. ¿Compensa? Sin duda. ¿Es ridículo? Un poco.
Ese es el Atleti. Un equipo envejecido y sin plan futuro que fue tan bueno que aún puede darse un homenaje con cualquiera, pero eso no cambia la realidad: cada año es un poco peor que el anterior, la directiva no tiene ambición y el Cholo lo ha asumido, a la plantilla le falta talento y le sobra kilometraje. No hay dinero, no hay futbolistas franquicia sobre los que reconstruir, no hay exigencia. No va a ninguna parte si no abandona esta inercia conformista antes de que sea tarde y sólo queden ceniza y recuerdos. Es la hora de reiniciar y debería asumirlo ya, evitando así que un hipotético milagro europeo lo nuble todo.
La semana pasada, los padres pudimos participar en las extraescolares del colegio y fui a dar unas lecciones de fútbol a niños de 9 años, porque los padres guays somos así. Me estaba gustando y dando taconcitos con la melena al viento en un rondo con hobbits, cuando mi hija
Lola, toda ella rubia y angelical, gritó a pleno pulmón en un patio con 100 niños y 200 adultos: «¡¡¡Papá, se te ve la calva!!!». Bajé la mirada, entendí que en ese preciso instante moría mi carrera como padre molón y me fui directo a pedir cita en la peluquería
Al Atleti también se le ve la calva y, pase lo que pase en la Champions, debería ir pidiendo cita al peluquero. Y cortar. De raíz. Ha llegado la hora de asumir nuestra edad.
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