elfo-oscuro
Madmaxista
trabajo en un hotel y aunque la ocupacion no ha estado mal para el clima que ha hecho si que puedo decir que es consumo interno, o sea, poco o nada de extranjeros, todo españoles (menos 1 francesa).
La crisis del 93 fue un juego de niños con la que viene ahora.Pues sí, pero lo veo poco probable.
En una situación de crisis tipo 93 (no creo que la que venga sea mucho más grave), y esa es otra diferencia más entre por ejemplo entre españoles y norteamericanos y británicos, el español no deja de salir nunca. Recorta gastos de otra manera, entre semana, compra marcas más baratas, tarda más tiempo en pintar su casa o lo hace él mismo, pero la fiesta y la jarana a los españoles no se la quita nadie.
Artículo de Luis Ventoso en La Voz de Galicia
¿Fin de fiesta?
Nieva y graniza, los excursionistas tiritan en Benidorm, la lluvia amedrenta a los cofrades andaluces. Pero aquí nadie se quedó en casa. La crisis no ha asustado a la afición. Cuando se padece un atasco kilométrico en una autovía de tres carriles, o cuando hay llenazo en un restaurante que no vende vino por debajo de 15 euros la botella, los legos en economía nos preguntamos si llegaron realmente las vacas flacas.
Pero escuchando a los que sí saben, el panorama acongoja (por decirlo con donaire). Al hablar de la galerna en ciernes, los economistas arrancan con un preámbulo inquietante: a diferencia de lo sucedido en 1973 con el petróleo, o en 1997 con el resfriado de los Tigres Asiáticos, dicen que está vez no se atisba la manera de salir del lío. Y añaden algo más: esta crisis puede ser de una gravedad inédita, porque tal vez estemos ante un cambio radical de modelo.
Mientras aguantamos en la noria del consumo, se van acumulando datos sombríos. El barril de petróleo valía 60 dólares hace un año y hoy está en 110. Estados Unidos podría entrar en recesión antes de fin de año (y el siglo XXI será chino, y no un Nuevo Siglo Americano, tal y como profetizaba la camarilla ideológica de Bush). En España la cifra de nuevos parados en los dos primeros meses del año supera los 180.000. La construcción está más bloqueada que Ronaldinho. Bancos y cajas empiezan a lucir balances menos esplendorosos, pese a algunas ventas cosméticas. Falta liquidez en el sistema, lo que lastra las operaciones empresariales. Y las bolsas van de una taquicardia a otra, pese a los insólitos tratamientos de choque de la Fed y el BCE.
En resumen: petróleo por las nubes, confianza por los suelos, el ladrillo apolillándose, la banca a verlas venir y la primera economía del mundo en la cucaña. ¿Fin de fiesta? Eso parece. Pero mientras haya éxodo en los puentes y se sigan comprando todoterrenos para ir a al Gadis de la esquina aún queda una esperanza.
¿Optimismo? ¿Pesimismo? Esos términos son muy relativos. Siento decirlo, pero hasta ahora mis predicciones se están cumpliendo. Francamente si se trata de bajadas de precios de más de un 15% nominal generalizado y en el plazo de un año sí soy muy pesimista. No porque no lo desee con más fuerza como el que más.La crisis del 93 fue un juego de niños con la que viene ahora.
Ese exceso de optimismo neocatecumenal que despliega, en múltiples respuestas e intervenciones, le delatan como un nuncabajista bastante bien disfrazado o, tal vez, la otra alternativa que explique esa postura empecinada es que no tiene la más remota idea de lo que es la macroeconomía.
Para que se haga una idea, la crisis que viene puede ser la peor de los últimos 40 años.
Esa cabezona insistencia suya en que si el español es tal o cual y que antes de vender un piso por debajo de lo que le costó, poco menos que la muerte o alguna garrulada similar y que aquí, por los visto, no funcionan leyes económicas cuasiuniversales que si lo hacen en el resto del mundo, sin excepción, me inclinan a pensar que su manera de encarar la resolución de problemas económicos reales esta más próxima al pensamiento mágico que al cartesiano.
Pero nada, nada, siga disfrutando del plácido futuro que usted vislumbra que los que por aquí escriben son una panda de frikis con la percepción de la realidad plenamente desvirtuada.
Desde luego no quiero intrometerme en una discusion, sin que me llaman.¿Optimismo? ¿Pesimismo? Esos términos son muy relativos. Siento decirlo, pero hasta ahora mis predicciones se están cumpliendo. Francamente si se trata de bajadas de precios de más de un 15% nominal generalizado y en el plazo de un año sí soy muy pesimista. No porque no lo desee con más fuerza como el que más.
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Digamos que llevo mucho tiempo insistiendo en que el modelo alemán, con bajadas de un 2-3% anual durante un período largo de un década me resulta el más probable para el caso español. ¿Que la crisis vaya a ser mucho más grave de la de 1993? Es posible, pero sin ser adivino no me resulta PROBABLE. En 1994 había prácticamente un 24% de paro en España, hoy hay en torno al 9%. Se subió entre 1990 y 1994 de un 16% a un 24%. Francamente, por mucho que manipulen las cifras, por muy mal que vayan las cosas no veo muy factible un paso en un año del 9 al 25% o al 30%, que parece ser lo que usted apunta.
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