pacomermela
Madmaxista
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Para empezar me siento amigablemente en el WC mientras pienso en seres queridos, para acabar igual.
EX-PRIMER MINISTRO DE MALASIA LLAMA A dar de baja de la suscripción de la vida MILLONES DE FRANCESES
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Madmaxista
es una religión de paz
MalosTiemposXaLaLirika
Tribulando
Si es muy fácil: el islam y lo valores occidentales son incompatibles.
ahora que hagan lo que quieran, que no va a cambiar eso ni un poquito asin.
y va a ganar el que tiene más fuerza, como siempre
ahora que hagan lo que quieran, que no va a cambiar eso ni un poquito asin.
y va a ganar el que tiene más fuerza, como siempre
BGA
Madmaxista
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En este tipo de cuestiones en las que parecen definidas las posturas hasta el punto en que hablar de dar de baja de la suscripción de la vida empieza a ser casi normal, es osado posicionarse en un lugar distinto de esos dos bandos cada vez más claros.
Se ha hablado mucho de la libertad de expresión y se seguirá haciendo sin permitir ninguna duda, casi de un modo irracional, como si esa libertad fuera un dios en el panteón modernista. Da igual si esa libertad se expresa desde la preocupación real sobre asuntos que competen a quien los expresa o desde el desprecio de quien estando seguro de su superioridad cultural y racial, despacha con cuatros chistecitos, cuyo sentido legítimo debería ser el hacer reir o mover a la reflexión o a la crítica desenfadada, toda una construcción insidiosa parapetada en un humor que no es más que tirar piedras y esconder la mano.
No se libra nadie y tiene cierto sentido, más allá de que resulte de verdad gracioso o de pensar en los entresijo mentales que mueven al sujeto a esa hilaridad, cuando se expone grotescamente lo de uno mismo, tocando cada fibra y no obstante abstenerse de parecer ofendido en un alarde de saber jugar a un juego sin otra regla que encajarlas deportivamente. Este juego, aparentemente inocente, se sabe cómo empieza pero no cómo termina, pues una regla de oro para todos los participantes, es que no pueden tener límites en su agudeza ni en su capacidad de penetrar en lo más sagrado. Es por tanto un juego en el que todo el mundo debe saber encajar a sabiendas de que la próxima vez tendrá que ser más agudo para conseguir hacer más daño si cabe, en la seguridad de que la respuesta será otras espada llena veneno que por acto sobrenatural se convertirá en "humor" del sano...
La libertad de expresión alcanza todo su sentido cuando permite la crítica al poder como una forma de extender ese poder a todos los particulares que buscan expresar otros modos de hacer y criticar los modos del poder. Da la impresión de que esa libertad tiene sentido muros adentro del sistema sobre el que es legítimo criticar, sea el gobierno, el estado, la corte o sus funcionarios.... Pero cuando ese legítimo derecho no se detiene en su propio ambiente cultural -en su propio espacio de juego- sobre el que sí tendría teóricamente alguna transcendencia, es fácil que tal derecho acabe siendo para los de fuera una transgresión y un ataque porque no tendrían porqué verlo con los mismos ojos culturales puesto que no comparten con el humorista apenas nada.
Suelen apoyarse estas osadías en la mucha sangre que tuvieron que verter nuestros ancestros para conseguir tan ansiado tesoro de expresarnos como nos plazca. Será pertinente entonces preguntarnos si ese derecho conseguido a sangre y fuego (es una forma de hablar con cierta dosis de ironía) dentro de nuestro espacio cultural es posible hacerlo extensivo en cualquier punto del globo, incluso en aquellas zonas, no pequeñas y no poco pobladas, en las que tales conquistas nunca se dieron. Sería lógico pensar que el humor político se entienda en nuestras latitudes pero no en otras, y por tanto debería saber respetar que en su desgracia tantos países no hayan superado una revolución burguesa y socialista y no entiendan por tanto este humor tan inteligente y europeo... Y si además de saber reírse de uno mismo uno también sabe cuando toca respetarse, razones tendrá de sobra para comprender que esas habilidades que requirieron pagar precio tan alto, no estén en poder de otros pueblos todavía inmaduros para no tomárselo todo tan en serio...
Me pregunto si ese abandono a la hilaridad, al humor "inteligente", supone en sí mismo un modo desenfadado y real de tomarse la vida o tiene otros motivos entre los que lo hacen y lo que ríen esas gracias. De los primeros no tengo duda de que están haciendo política y qué mejor manera de hacerlo que creando hombres de paja que dirijan la risotada sencilla siempre en el mismo sentido. De los otros tampoco tengo duda de que siendo tratados como ganado libertino no son conscientes ni de qué se ríen, toda vez que luego muy dignos se sorprendan de que ahí fuera no se comparten los mismo códigos de humor (del honor ni hablemos).
La libertad no es un estado, es una potencia contraria a la entropía. A más desorden menos libertad; a más complacencia menos saben los gozos y las buenas cosas. En definitiva la búsqueda del placer inmediato acaba creando cadenas para el futuro. Luego vendrán los lloros de dignidades que no dan crédito a ver cómo desaparecen ipso facto sus "derechos", como si el derecho fuera otro estado de natural en equilibrio, como la libertad. Entonces se les acabará el humor, incluso el muy inteligente, dejando a los cretinos con la cara desencajada.
No pretendo hacer otra cosa que criticar desde mi libertad de expresión la deriva de esta sociedad que solo piensa con la berenjena y el estómago. De ningún modo trato de justificar a esos perros sedientos de sangre. No serían nada temibles si en vez de jalear venganzas sin fondos de armario morales, fuéramos lo suficientemente maduros como para comprender que detrás de cada madre, de cada religión, de cada cultura, hay gente que ve las cosas de otro modo. Entre el respeto y el miedo hay una línea muy fina que me temo ya hemos cruzado en el sentido del terror. No hay respeto, como no hay amor, que no salga de uno hacia afuera. Es lógico entonces que quien no se respeta no entienda de más respeto que el que le exige a los otros, y que no existe más ataque a la libertad que el que se ejerce contra él. Los fundamentos anímicos y morales de occidente dan pena y pueden estar seguros de que el dios "libre-expresión" no vendrá en nuestra ayuda y acaso lo haga montado en unos de esos caballos apocalípticos.
Se ha hablado mucho de la libertad de expresión y se seguirá haciendo sin permitir ninguna duda, casi de un modo irracional, como si esa libertad fuera un dios en el panteón modernista. Da igual si esa libertad se expresa desde la preocupación real sobre asuntos que competen a quien los expresa o desde el desprecio de quien estando seguro de su superioridad cultural y racial, despacha con cuatros chistecitos, cuyo sentido legítimo debería ser el hacer reir o mover a la reflexión o a la crítica desenfadada, toda una construcción insidiosa parapetada en un humor que no es más que tirar piedras y esconder la mano.
No se libra nadie y tiene cierto sentido, más allá de que resulte de verdad gracioso o de pensar en los entresijo mentales que mueven al sujeto a esa hilaridad, cuando se expone grotescamente lo de uno mismo, tocando cada fibra y no obstante abstenerse de parecer ofendido en un alarde de saber jugar a un juego sin otra regla que encajarlas deportivamente. Este juego, aparentemente inocente, se sabe cómo empieza pero no cómo termina, pues una regla de oro para todos los participantes, es que no pueden tener límites en su agudeza ni en su capacidad de penetrar en lo más sagrado. Es por tanto un juego en el que todo el mundo debe saber encajar a sabiendas de que la próxima vez tendrá que ser más agudo para conseguir hacer más daño si cabe, en la seguridad de que la respuesta será otras espada llena veneno que por acto sobrenatural se convertirá en "humor" del sano...
La libertad de expresión alcanza todo su sentido cuando permite la crítica al poder como una forma de extender ese poder a todos los particulares que buscan expresar otros modos de hacer y criticar los modos del poder. Da la impresión de que esa libertad tiene sentido muros adentro del sistema sobre el que es legítimo criticar, sea el gobierno, el estado, la corte o sus funcionarios.... Pero cuando ese legítimo derecho no se detiene en su propio ambiente cultural -en su propio espacio de juego- sobre el que sí tendría teóricamente alguna transcendencia, es fácil que tal derecho acabe siendo para los de fuera una transgresión y un ataque porque no tendrían porqué verlo con los mismos ojos culturales puesto que no comparten con el humorista apenas nada.
Suelen apoyarse estas osadías en la mucha sangre que tuvieron que verter nuestros ancestros para conseguir tan ansiado tesoro de expresarnos como nos plazca. Será pertinente entonces preguntarnos si ese derecho conseguido a sangre y fuego (es una forma de hablar con cierta dosis de ironía) dentro de nuestro espacio cultural es posible hacerlo extensivo en cualquier punto del globo, incluso en aquellas zonas, no pequeñas y no poco pobladas, en las que tales conquistas nunca se dieron. Sería lógico pensar que el humor político se entienda en nuestras latitudes pero no en otras, y por tanto debería saber respetar que en su desgracia tantos países no hayan superado una revolución burguesa y socialista y no entiendan por tanto este humor tan inteligente y europeo... Y si además de saber reírse de uno mismo uno también sabe cuando toca respetarse, razones tendrá de sobra para comprender que esas habilidades que requirieron pagar precio tan alto, no estén en poder de otros pueblos todavía inmaduros para no tomárselo todo tan en serio...
Me pregunto si ese abandono a la hilaridad, al humor "inteligente", supone en sí mismo un modo desenfadado y real de tomarse la vida o tiene otros motivos entre los que lo hacen y lo que ríen esas gracias. De los primeros no tengo duda de que están haciendo política y qué mejor manera de hacerlo que creando hombres de paja que dirijan la risotada sencilla siempre en el mismo sentido. De los otros tampoco tengo duda de que siendo tratados como ganado libertino no son conscientes ni de qué se ríen, toda vez que luego muy dignos se sorprendan de que ahí fuera no se comparten los mismo códigos de humor (del honor ni hablemos).
La libertad no es un estado, es una potencia contraria a la entropía. A más desorden menos libertad; a más complacencia menos saben los gozos y las buenas cosas. En definitiva la búsqueda del placer inmediato acaba creando cadenas para el futuro. Luego vendrán los lloros de dignidades que no dan crédito a ver cómo desaparecen ipso facto sus "derechos", como si el derecho fuera otro estado de natural en equilibrio, como la libertad. Entonces se les acabará el humor, incluso el muy inteligente, dejando a los cretinos con la cara desencajada.
No pretendo hacer otra cosa que criticar desde mi libertad de expresión la deriva de esta sociedad que solo piensa con la berenjena y el estómago. De ningún modo trato de justificar a esos perros sedientos de sangre. No serían nada temibles si en vez de jalear venganzas sin fondos de armario morales, fuéramos lo suficientemente maduros como para comprender que detrás de cada madre, de cada religión, de cada cultura, hay gente que ve las cosas de otro modo. Entre el respeto y el miedo hay una línea muy fina que me temo ya hemos cruzado en el sentido del terror. No hay respeto, como no hay amor, que no salga de uno hacia afuera. Es lógico entonces que quien no se respeta no entienda de más respeto que el que le exige a los otros, y que no existe más ataque a la libertad que el que se ejerce contra él. Los fundamentos anímicos y morales de occidente dan pena y pueden estar seguros de que el dios "libre-expresión" no vendrá en nuestra ayuda y acaso lo haga montado en unos de esos caballos apocalípticos.
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Felson
Madmaxista
Tenía que haber esperado al dos de mayo para que tuviera cierto sentido, aunque fuera propagandístico.
Me he leído el tweet.
Me parece de querida madre.
Su cultura y la nuestra son incompatibles. Dicho por él mismo.
Todos a tomar por EL puñetero trastero de Europa. Que no se preocupen, que poco o ningún europeo va a ir a los nidos de pulgas de países de los que vienen.
No sé qué más hay que hablar o debatir.
Se va a acabar liando parda.
Me parece de querida madre.
Su cultura y la nuestra son incompatibles. Dicho por él mismo.
Todos a tomar por EL puñetero trastero de Europa. Que no se preocupen, que poco o ningún europeo va a ir a los nidos de pulgas de países de los que vienen.
No sé qué más hay que hablar o debatir.
Se va a acabar liando parda.
BigJoe
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Vipsanio
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Pues yo de leer los periodicos había entendido que la habian asesinado en los alrededores de la iglesia, pero eso es dentro, se ve a la izquierda la pila de agua y la luz es artificial.
