Cazarr
ESTE ES EL CAMINO
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Lo primero que hago al despertarme con la alarma bruta del móvil —primer error: hay que elegir una alarma que no sea ni una canción que te guste porque la aborrecerás ni un perturbador ruido que te estrese desde el minuto 0 del día— es mirar el móvil: redes sociales, noticias y correo electrónico —segundo error: mirar las noticias—.
De camino al trabajo me meto ya en el foro. Tercer error: este foro es un pozo de negativismo. Va bien para informarse pero a pequeñas dosis. A lo simple desperdicio aquí horas y horas que sólo sirven para ponerme de mala leche, acrecentar la sensación de decadencia y leer aun más imbecilidades. Total, ¿para qué? ¿Acaso vamos a hacer algo, genios?
Entre los mares de la desidia y el nihilismo —estoy que no me motiva ni tener a una mujer escribiéndome cada dos días— hay una serie de imágenes que sí me inspiran aunque sea sólo una pizca: las imágenes otoñales. De este estilo, que ya puse otro día:
Tranquilidad matutina, lluvia y frío, mantita, calefacción, libros, olor a café, sopas para cenar, desayunos potentes, levantarte (no para trabajar) y que todavía sea de noche...
No tengo fuego a tierra ni un bosque al lado, vivo en Paquistán, pero al menos no tengo plantado en frente un edificio, puedo salir tranquilo en pelotas al balcón si me apetece. Tampoco tengo mujer que en épocas de frío siempre viene bien, pero bueno, al menos empiezo a asumir que probablemente nunca la tenga. Es un paso.
A partir de este otoño pienso darme cada mes una sesión o dos de masajes bien dados. Un buen baño caliente con mucha espuma. Hacerme comidas SEÑORIALES con la olla lenta de los narices, que pienso aprender a aprovecharla bien, en vez del puñetero pollo a la plancha cada dos días por hacerme algo rápido.
Renuncio a discutir y hablar de temas susceptibles de derivar en discusiones con la gente. Con cualquiera. Confío en que morderme la lengua sea más rentable que perder la templanza por imbecilidades. La gente es estulta ahí fuera, es más salubre asumirlo y actuar en consecuencia —de nada sirve decirlo para despreciar si en el fondo no asumes que de verdad estamos rodeados de iluso—.
Hacer ejercicio suave cada mañana, entre media y una hora. Lo que me apetezca, para estirar el cuerpo, que luego llegan los dolores. Como si sólo es hacer el marujo con ejercicios de yoga. Para empezar ya será algo.
Y si tuviera espacio, tiempo y medios me pasaría al amaperrismo, que un peludo estoy seguro que endulzaría mi vida, pero no por ahora.
¿Qué más? Añadid rituales que nos ayuden a llevar un estilo de vida salubre y pacífico en un mundo bombatomiqueable.
De camino al trabajo me meto ya en el foro. Tercer error: este foro es un pozo de negativismo. Va bien para informarse pero a pequeñas dosis. A lo simple desperdicio aquí horas y horas que sólo sirven para ponerme de mala leche, acrecentar la sensación de decadencia y leer aun más imbecilidades. Total, ¿para qué? ¿Acaso vamos a hacer algo, genios?
Entre los mares de la desidia y el nihilismo —estoy que no me motiva ni tener a una mujer escribiéndome cada dos días— hay una serie de imágenes que sí me inspiran aunque sea sólo una pizca: las imágenes otoñales. De este estilo, que ya puse otro día:
Tranquilidad matutina, lluvia y frío, mantita, calefacción, libros, olor a café, sopas para cenar, desayunos potentes, levantarte (no para trabajar) y que todavía sea de noche...
No tengo fuego a tierra ni un bosque al lado, vivo en Paquistán, pero al menos no tengo plantado en frente un edificio, puedo salir tranquilo en pelotas al balcón si me apetece. Tampoco tengo mujer que en épocas de frío siempre viene bien, pero bueno, al menos empiezo a asumir que probablemente nunca la tenga. Es un paso.
A partir de este otoño pienso darme cada mes una sesión o dos de masajes bien dados. Un buen baño caliente con mucha espuma. Hacerme comidas SEÑORIALES con la olla lenta de los narices, que pienso aprender a aprovecharla bien, en vez del puñetero pollo a la plancha cada dos días por hacerme algo rápido.
Renuncio a discutir y hablar de temas susceptibles de derivar en discusiones con la gente. Con cualquiera. Confío en que morderme la lengua sea más rentable que perder la templanza por imbecilidades. La gente es estulta ahí fuera, es más salubre asumirlo y actuar en consecuencia —de nada sirve decirlo para despreciar si en el fondo no asumes que de verdad estamos rodeados de iluso—.
Hacer ejercicio suave cada mañana, entre media y una hora. Lo que me apetezca, para estirar el cuerpo, que luego llegan los dolores. Como si sólo es hacer el marujo con ejercicios de yoga. Para empezar ya será algo.
Y si tuviera espacio, tiempo y medios me pasaría al amaperrismo, que un peludo estoy seguro que endulzaría mi vida, pero no por ahora.
¿Qué más? Añadid rituales que nos ayuden a llevar un estilo de vida salubre y pacífico en un mundo bombatomiqueable.