El artículo está muy bien, aunque, claro está, no explica el trasfondo del asunto:
BP y Shell reconocen que la producción de petróleo no remontará; Total informa de que para 2025 el 10% de la demanda actual quedará sin cubrir
Fijaos en los datos:
El ingrediente mayoritario del pienso es la soja, una leguminosa producida sobre todo en América Latina, cuyo cultivo se ha expandido hasta los 125 millones de ha de la actualidad, equivalente a la superficie de Portugal, España y Francia juntos
La industria española de piensos compuestos, destinados fundamentalmente a la producción industrial de carne de ave y cerdo, bemoles y leche, ha crecido hasta convertirse en líder europea, impulsada por una industria cárnica en auge cada vez más orientada a la exportación.
Según datos de
EUROSTAT y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, España ha aumentado casi un 20% su producción de piensos entre 2009 y 2019, y es ya el mayor productor de la UE.
Pero, ¿tantos alimentos de origen animal comemos en España? Comemos mucha carne, lácteos o bemoles, desde luego, pero una parte cada vez más importante de las producciones estatales se destinan a otros mercados. En ese mismo año, España exportó 3,4 millones de toneladas de piensos animales y más de 4 millones de toneladas de productos de origen animal, de los que más de la mitad fue carne
En 2018 se produjeron más de 7 millones de toneladas de carne, a pesar de que el consumo en los hogares nacionales solo fue de 2 millones de toneladas. Es decir, se está exportando gran parte de la producción ganadera industrial, respondiendo únicamente a las demandas del mercado y dejando a su paso numerosos impactos socio-ambientales tanto en los lugares de cultivo de la soja, como en los territorios rurales que concentran las instalaciones de ganadería industrial.
No es sostenible en consumo de energía. Volvemos a lo de antes (de niño comía carne dos veces por semana, no más, y eso porque en mi casa criábamos conejos y gallinas).
No se puede dedicar suelo fértil a producir piensos y alargar la cadena de producción, puesto que es un despilfarro de energía, tanto mecánica como alimenticia.
El futuro será como mi pasado: legumbres (son ricas en proteína), frutas y verduras. Los avances científicos nos permiten que hoy en día dispongamos de complementos vitamínicos y proteínicos de síntesis muy baratos. Ese será el futuro: más vegetales, más píldoras y menos carne. Y esto del animalismo va a más por la misma razón que el cuento del cambio climático, que se lo han inventado para que nos acostumbremos a consumir menos petróleo; con el animalismo, pues menos carne. En Oriente Próximo no consumen cerdo desde siempre, sino desde que el cerdo empezó a competir en recursos alimenticios con el hombre, y en la India no consumen vaca para evitar matarlas cuando venía el hambre, porque la vaca era el 'tractor' de la familia y además daba leche, y estiércol para abonar y usar de combustible. Os recomiendo este libro, ya viejo:
Vacas, cerdos, guerras y brujas, de Marvin Harris. También
Caníbales y Reyes. Y ya puestos
La cultura norteamericana contemporánea, que es de mediados de los años 70, y podemos leer allí las raíces de los problemas que tenemos hoy, por ejemplo el despilfarro energético.
Avanzar hacia la sostenibilidad del sistema agroalimentario requiere, además de reducir los consumos de proteína animal y apostar por los cultivos de legumbres autóctonas para alimentación humana, la transición a sistemas productivos ganaderos extensivos y agroecológicos, adaptados a los recursos y particularidades de cada territorio. La ganadería extensiva abarca diferentes modelos de aprovechamiento de los recursos naturales, principalmente mediante pastoreo, accediendo con el ganado a zonas generalmente no aptas para usos agrícolas.
O sea, dedicar a ganadería aquel terreno donde no se pueda cultivar. Y el precio de la carne subirá cada día más.
España: la macrofábrica de carne y pienso