Viviendo de dar por trastero a los enemigos de España día sí, día también. Con su nombre pintado en dianas por los traidores.
Quién tuviese el honor de despertarse cada día sabiendo que ahí fuera hay etarras echando espuma por la boca porque fuiste el asesinato clave que se les escapó.
Y qué placer cuando sea la punta de la lanza que atraviese de lado a lado los ruines planes de todos los endófobos y fracasados del Imperio.