Mateo77
Laico católico
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Cada nación tiene su propósito y para ello recibe sus carismas. España, en la Cristiandad, siempre se ha caracterizado por la lucha por el Evangelio. Lucha con armas cuando fue necesaria, pero sobre todo lucha con testimonio de Verdad y Vida, mediante grandes santos, místicos, guerreros (como Santo Domingo o San Ignacio) y doctores de la Iglesia (como Santa Teresa, San Juan de Ávila o San Isidoro).
España en la vida corriente no está a la altura de los mejores (sin ser un desastre). Otras naciones destacan más en ciencia, en industria o en comercio, en artes, en tecnología o en filosofía, o incluso en fertilidad. En España hay en cambio un espíritu predispuesto a las grandes gestas, con la mirada en Dios y en el horizonte. Ese horizonte inmenso de las llanuras de Castilla y de los mares que nos rodean, ese horizonte lejano que hace sentir el peso de la inmensidad del Cielo, y que invita a avanzar para expandir el Reino de Dios.
Lo ganado con las armas del hombre se puede mantener un tiempo, y probablemente se perderá después, pero lo ganado con las armas de Dios sigue en pie, y es nuestra gloria como nación en el Reino de Dios: España ha llevado el Evangelio a gran parte del mundo, y esto lo ha logrado mediante la vida de sus bautizados, desde los fundadores de órdenes y movimientos o los constructores espirituales de la Iglesia hasta las personas más humildes con sus pequeñas contribuciones desde la fe. Todo esto es gracia de Dios, y Dios es fiel, Dios no se olvida de España.
Ahora mismo hay profetas anunciando que Dios está levantando un ejército, y yo mismo llego a ver cómo esta llamada está presente en muchas personas. Sospecho que son cientos, miles o incluso decenas de miles en toda España, y que van a ser más aun en un futuro próximo. Personas de todos los estratos sociales, desde los más humildes a los más elevados. Personas que están escuchando la llamada sean o no plenamente conscientes y que comienzan a levantar su mirada a Dios y a un nuevo horizonte, al tiempo que abandonan su vida antigua. Personas que están en combate contra sí mismas, contra sus circunstancias e incluso contra el mal. Jóvenes con todo su entusiasmo, y otros no tan jóvenes convertidos por gracia de una vida de pecado.
Un espíritu como el español se deprime cuando vive en mediocridad, y es por esta razón que los enemigos de Dios nos bombardean con propaganda negativa sobre nosotros mismos. También se procura desviar ese impulso de expansión del Reino mediante luchas internas en busca de objetivos mezquinos e insatisfactorios. Otros quizá intenten capitalizar este impulso para sus propios fines, pero será en vano: España es escogida de Cristo desde la Virgen del Pilar y el apostol Santiago. El fuego que Dios pone en el interior de aquellos a quienes llama es irresistible, y esto es lo que estoy observando cada vez en más personas: se mueven inquietos expresando tímidamente (pero con profunda naturalidad) una grandeza que les supera y de la que no son plenamente conscientes, y que es el carisma que Dios está suscitando en ellos.
Habrá gente que leyendo este hilo se sienta reconocida: los animo a perseverar, la tarea por delante es grande y el momento es este. No os dejeis retener por los que pretenden desviaros. Conoceis vuestro propósito, lo lleváis en el corazón. Cultivad la gracia particular que habeis recibido, y transmitidla a esta generación. La guerra es asimétrica, el mal combate con las armas del mal (mentira, propaganda, burla, infiltración, secreto, usurpación, etc), mientras que los de Dios combaten con las armas de Dios (Efesios 6,10-20): Verdadero propósito en el alma, Rectitud en el corazón, Celo en los pies, Fe en la mirada, Esperanza en la mente, Palabra de Dios en la mano, como herramienta y Oración en la boca (alabanza, petición, intercesión, todo ello ante el Santísimo cuando sea posible).
Esta no es época de armas humanas. La lucha nunca ha sido contra "carne o sangre", y en esta época eso es más evidente aun. El combate ahora transcurre en las mentes y los corazones de todos los seres humanos, y frente a esto tenemos el camino señalado por el Papa: tocar el corazón del otro con caridad, captar su atención con un testimonio de vida cristiana, transmitir el Evangelio (directamente o señalando el camino) cuando pregunte, y orar ante Dios por aquellos que pone en nuestro camino. Es tiempo de místicos, de inspirados y de redimidos por gracia, que con sus vidas públicas y privadas abren caminos espirituales por los que llega la gracia de Dios a esta generación.
A los que no sintais esta llamada especial os digo: no os quedeis fuera. Todos estamos llamados a ser parte del Reino. Hay un gran cambio a las puertas, no os quedeis fuera, no os opongais al signo de los tiempos. Los alejados, volveos a Dios mientras aun le podais encontrar. Dios os ama a cada uno de vosotros. Volveos a Dios, seguid sus caminos, y encontrareis la Vida que os falta.
España en la vida corriente no está a la altura de los mejores (sin ser un desastre). Otras naciones destacan más en ciencia, en industria o en comercio, en artes, en tecnología o en filosofía, o incluso en fertilidad. En España hay en cambio un espíritu predispuesto a las grandes gestas, con la mirada en Dios y en el horizonte. Ese horizonte inmenso de las llanuras de Castilla y de los mares que nos rodean, ese horizonte lejano que hace sentir el peso de la inmensidad del Cielo, y que invita a avanzar para expandir el Reino de Dios.
Lo ganado con las armas del hombre se puede mantener un tiempo, y probablemente se perderá después, pero lo ganado con las armas de Dios sigue en pie, y es nuestra gloria como nación en el Reino de Dios: España ha llevado el Evangelio a gran parte del mundo, y esto lo ha logrado mediante la vida de sus bautizados, desde los fundadores de órdenes y movimientos o los constructores espirituales de la Iglesia hasta las personas más humildes con sus pequeñas contribuciones desde la fe. Todo esto es gracia de Dios, y Dios es fiel, Dios no se olvida de España.
Ahora mismo hay profetas anunciando que Dios está levantando un ejército, y yo mismo llego a ver cómo esta llamada está presente en muchas personas. Sospecho que son cientos, miles o incluso decenas de miles en toda España, y que van a ser más aun en un futuro próximo. Personas de todos los estratos sociales, desde los más humildes a los más elevados. Personas que están escuchando la llamada sean o no plenamente conscientes y que comienzan a levantar su mirada a Dios y a un nuevo horizonte, al tiempo que abandonan su vida antigua. Personas que están en combate contra sí mismas, contra sus circunstancias e incluso contra el mal. Jóvenes con todo su entusiasmo, y otros no tan jóvenes convertidos por gracia de una vida de pecado.
Mateo 4,18-22
Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.»
Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron.
Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.
Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.»
Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron.
Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.
Un espíritu como el español se deprime cuando vive en mediocridad, y es por esta razón que los enemigos de Dios nos bombardean con propaganda negativa sobre nosotros mismos. También se procura desviar ese impulso de expansión del Reino mediante luchas internas en busca de objetivos mezquinos e insatisfactorios. Otros quizá intenten capitalizar este impulso para sus propios fines, pero será en vano: España es escogida de Cristo desde la Virgen del Pilar y el apostol Santiago. El fuego que Dios pone en el interior de aquellos a quienes llama es irresistible, y esto es lo que estoy observando cada vez en más personas: se mueven inquietos expresando tímidamente (pero con profunda naturalidad) una grandeza que les supera y de la que no son plenamente conscientes, y que es el carisma que Dios está suscitando en ellos.
Habrá gente que leyendo este hilo se sienta reconocida: los animo a perseverar, la tarea por delante es grande y el momento es este. No os dejeis retener por los que pretenden desviaros. Conoceis vuestro propósito, lo lleváis en el corazón. Cultivad la gracia particular que habeis recibido, y transmitidla a esta generación. La guerra es asimétrica, el mal combate con las armas del mal (mentira, propaganda, burla, infiltración, secreto, usurpación, etc), mientras que los de Dios combaten con las armas de Dios (Efesios 6,10-20): Verdadero propósito en el alma, Rectitud en el corazón, Celo en los pies, Fe en la mirada, Esperanza en la mente, Palabra de Dios en la mano, como herramienta y Oración en la boca (alabanza, petición, intercesión, todo ello ante el Santísimo cuando sea posible).
Esta no es época de armas humanas. La lucha nunca ha sido contra "carne o sangre", y en esta época eso es más evidente aun. El combate ahora transcurre en las mentes y los corazones de todos los seres humanos, y frente a esto tenemos el camino señalado por el Papa: tocar el corazón del otro con caridad, captar su atención con un testimonio de vida cristiana, transmitir el Evangelio (directamente o señalando el camino) cuando pregunte, y orar ante Dios por aquellos que pone en nuestro camino. Es tiempo de místicos, de inspirados y de redimidos por gracia, que con sus vidas públicas y privadas abren caminos espirituales por los que llega la gracia de Dios a esta generación.
A los que no sintais esta llamada especial os digo: no os quedeis fuera. Todos estamos llamados a ser parte del Reino. Hay un gran cambio a las puertas, no os quedeis fuera, no os opongais al signo de los tiempos. Los alejados, volveos a Dios mientras aun le podais encontrar. Dios os ama a cada uno de vosotros. Volveos a Dios, seguid sus caminos, y encontrareis la Vida que os falta.