jorobar, pues si antes lo cuentas...
... antes me la lian.
Viniendo a casa desde el curro han estado apunto de tirarme dos veces, uno que me ha adelantado dejando un palmo escaso entre su coche y mi moto. Le he pitado y me he cagado en su fruta calavera, se ha desviado y ya no he podido mirarle a los ojos para ciscarme en sus muertos. Pues este ya me ha puesto a punto de hervir y un kilometró más tarde un viejuno "amigo" se tira a la calle de la derecha desde el carril de la izquierda, sin intermitente y sin mirar, con dos narices, cuando me ha empezado a cerrar le he pitado y ha corregido lo justo para no tirarme, y porque le he visto venir. Por supuesto me paro, le miro y lejos de disculparse empieza a llamarme de todo y a gesticular. No me he podido contener, ya iba calentito del anterior y este ha comprado todas las papeletas para la rifa. Le he dado la vuelta a la moto a pulso de la mala leche (es una vespita, no os vayais a creer que soy Hulk...) y me he ido a por el, paradito en un semaforo. Por poco le rompo la ventanilla de la leche que le he dado, se le ha cambiado la cara porque no me ha visto ni venir. La verdad es que iba a cantarle una leche por homicida pero cuando he visto que tenia la edad de mi padre me ha dado el remordimiento y me he cortado de darle (cosa de la que ahora me alegro). Le he puesto de hijo de la gran fruta para arriba por desahogarme, porque para otra cosa no sirve. A su edad ya no le va a educar nadie.
Lo que más me joroba es que me echaba la culpa a mi por adelantarle por la derecha, cuando lo primero que te dicen en la autoescuela es que en ciudad cada cual circula por el carril que conviene a su destino y que para cambiar de carril y/o de dirección hay que dar la intermitencia. ¿A alguno le parece normal cruzar un carril para girar 90 grados a la derecha y ni fijarse ni señalizar?. Es que de tres palos en moto que he tenido dos han sido por la misma vaina. Las anteriores no pillaron porque eran tias y este por vejete, pero como como en una de estas enganche un tio en edad de merecer uno acaba en el hospital y otro en el calabozo, porque ya me tienen hasta el nabo.
Pensandolo en frio le tenía que haber roto el retrovisor de un patadón y tocata y fuga, en vez de intentar desasnarlo a insultos.
Cabrón, así le de una angina de pecho en la cena.