Por mucho que se jacte que está de querida madre, que tiene vida privada, que tiene amigos, que vive gracias a que los remeros pagan su paguita y todas esas cosas que dice intentándo hacer creer (más bien autoconvencerse) que es alguien ejemplar y envidiable, la verdad es que su vida es una fruta hez (y lo sabe), pues está vacío y es totalmente dependiente de los demás, del alcohol y se dedica a mendigar a cambio de hacer el iluso frente a un smartphone. Un hombre libre es aquel que es capaz de hacerse responsable de sí mismo y de sus errores y ni debe ni depende de nada ni nadie. FAFI está metido es una jaula de la que dudo mucho que vaya a salir el resto de lo que le queda de mísera vida.