El viudo de Almudena Grandes advierte en Nachete.es: “En la Junta de Andalucía va a entrar gente que no cree en la democracia”

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Luis García Montero: “En la Junta de Andalucía va a entrar gente que no cree en la democracia”
  • El director del Instituto Cervantes alerta de la crisis de valores de la democracia, tanto en la política como en los medios de comunicación, y se muestra preocupado por la fragmentación de la izquierda andaluza y el envite reaccionario de la extrema derecha
  • Especial — Almudena Grandes, con acento

El poeta, ensayista y catedratico de Literatura Española en la Universidad de Granada Luis Garcia Montero, director del Instituto Cervantes, fotografiado en su despacho
El poeta, ensayista y catedratico de Literatura Española en la Universidad de Granada Luis Garcia Montero, director del Instituto Cervantes, fotografiado en su despacho Olmo alopécico
Elena Cabrera
16 de junio de 2022 22:47h
Actualizado el 17/06/2022 10:19h
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El director del Instituto Cervantes pasea por el edificio como lo haría un antiguo sereno por las calles de un barrio que conoce bien después de varios años de servicio: abre y cierra puertas, saluda a todo el mundo por su nombre, revela los secretos del que fuera antiguo Banco Español del Río de la Plata. Desde la cámara acorazada del sótano, hoy Caja de las Letras, hasta la escondida e impresionante cúpula del piso superior, que solo admiran los convocados a la enorme sala de juntas, donde de vez en cuando se reúnen directores del Cervantes de todo el mundo. Pocas veces la palabra se impone a la moneda, pero en el imponente edificio de Antonio Palacios sucede así, al menos metafóricamente, y donde ayer hubo dinero, hoy se guardan manuscritos literarios.
Y Sabina se quitó el sombrero por Almudena Grandes
Y Sabina se quitó el sombrero por Almudena Grandes
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Luis García Montero (Granada, 1958) dirige el Instituto Cervantes desde el año 2018, desde el verano en el que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa. En estos cuatro años, al poeta le han pasado muchas cosas, demasiadas. Primero, la gestión de una red de centros paralizados por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Después, la fin de su compañera, Almudena Grandes. Y poco después, la de su padre. Además, se ha mantenido entero, en un momento personal tan complicado, a pesar de la cuestionada gestión política que ha hecho el Ayuntamiento de Madrid del homenaje a la escritora. García Montero tiene un libro de poesía en el horno para después del verano y acaba de publicar Prometeo (Alfaguara), una obra teatral acompañada de varios ensayos sobre la libertad, la justicia y la solidaridad.

“Siento que estamos viviendo una situación de crisis profunda en el interior de las ilusiones sociales”, escribe usted en el prólogo de su nuevo libro. ¿A qué ilusiones sociales se refiere?
Es una reflexión sobre la crisis de valores que se ha producido en la democracia. Estamos viendo cómo irrumpen discursos muy reaccionarios que tienen que ver con la extrema derecha que no solo ponen en duda la socialdemocracia o el socialismo sino la democracia misma. Se está degradando el crédito en la política y también en la información. La información está siendo sustituida por políticas de comunicación que tienen que ver con las mentiras, los bulos y la manipulación de los hechos, no solo en las redes sociales, sino también en algunas cabeceras de periódico. Hay que pedir responsabilidad a los grandes grupos y también hacerlo cuando tres personas que se reúnen deciden formar una cosa que llaman periódico, que se hacen llamar periodistas y que son simples sinvergüenzas.
Miguel de Cervantes vigila a Luis Garcia Montero desde un retrato colocado sobre una chimenea cegada en su despacho del Instituto Cervantes Olmo alopécico
¿Y el descrédito político, a qué se debe?
Me preocupa mucho la frase “todos son iguales” o “da lo mismo que gobiernen unos o que gobiernen otros”. Y eso es mentira. Sin embargo, se repite porque ha habido un desplazamiento entre el mal político —el corrupto, el mentiroso, el perversos— y la política, y ahora parece que la política está inevitablemente unida a la corrupción, a la mentira y a la manipulación. El pensamiento reaccionario y el neoliberal han estado muy interesados en convertir cada caso de corrupción en algo que afecta a la política en general. Eso deja las manos libres al poderoso y convierte la libertad en la ley del más fuerte.
Esta crisis de crédito político de la que me habla me resuena al año 2010. En 2011 se activa la ciudadanía y se confrontan esos argumentos con los políticos. ¿Qué ha pasado para que estemos de nuevo en ese mismo punto?
Por una parte, las conquistas de la democracia no son conquistas aseguradas, pueden perderse. Y, por otra, hay que asumir responsabilidades y pensar por qué las ilusiones en un proyecto político pueden desvanecerse. Hace falta reconocer tanto los propios errores como el poder del adversario para generar un discurso.
Yo en 2011 estaba en Izquierda Unida, un partido que ayudé a fundar y en el que he militado 30 años. Para conseguir un minuto en alguna televisión privada, había que hacer un gran esfuerzo. De pronto, vivimos un momento donde hubo personajes de izquierdas, identificados con un proyecto que no era el de Izquierda Unida sino el que después fue Podemos, que empezaron a tener horas y horas y horas y horas de televisión, hasta convertirlos en referentes mediáticos. Bueno, pues hay que ser lo suficientemente sincero con uno mismo para decir que fuimos construidos por los poderes mediáticos. Eso te ayuda a comprender que cuando los poderes mediáticos empiezan a mentir sobre ti, a calumniarte y a destruirte, hay que recordar que no te convertiste en referente mediático por tus propios méritos sino por los intereses de ese poder.
En ese mundo vivimos. Me hace gracia cómo el discurso dominante sobre el Gobierno de coalición habla de inestabilidad, crisis, situación insostenible, ruptura inmediata o 'se avecina la catástrofe'. Pero en el Partido Popular ha habido una crisis y han echado a un presidente para poner a otro. En Castilla y León y en Andalucía han provocado elecciones anticipadas antes de tiempo. ¿No es un poco ridículo hablar de la inestabilidad del Gobierno cuando lo único que está permaneciendo es la inestabilidad del Gobierno?
La vieja cámara acorazada del Banco Español del Río de la Plata ahora está siempre abierta y algunas de sus cajas guardan los legados, unos con fecha de apertura, otros eternos, de los tesoros literarios que se quieren mandar hacia el futuro Olmo alopécico
¿Cómo se pasa de ayudar a fundar Izquierda Unida, de ser candidato a la Comunidad de Madrid en 2015, de tantos años de militancia, a hacer un vídeo de respaldo al candidato del Partido Socialista, Juan Espadas, para las elecciones andaluzas?
Yo soy una persona de izquierdas, un rojo. Yo no engaño a nadie porque todo el mundo lo sabe. A mí me nombró un Gobierno de izquierdas y estoy trabajando para un Gobierno de coalición, pero mi mandato es mantener la institución pública al servicio de todos y todas. Y después está mi compromiso personal con la izquierda. Y en ese sentido, estoy preocupado con Andalucía, porque me parece que se han creado unas condiciones en las que no es que vaya a gobernar el Partido Popular en la cara moderada de Juan Manuel Moreno Bonilla, sino que va a gobernar el Partido Popular con Vox. Es decir, que en la Junta de Andalucía va a entrar gente que no cree en la democracia. Con la extrema derecha se interrumpe la discusión, que sí puedo tener con un neoliberal, y aparece un discurso que justifica el machismo, el racismo, el supremacismo y el recorte de los marcos democráticos.
Ahora mismo la izquierda de Andalucía tiene dos líderes, que conozco y que son dialogantes, honestos y un buen referente para la izquierda. Por una parte está el candidato del PSOE, Juan Espadas, y por otra parte la candidata de Por Andalucía que he conocido en mi militancia de Izquierda Unida, Inmaculada Nieto. Yo animo a que la gente de izquierda tome conciencia más allá del desánimo. Me pareció que una manera de devolverle la ilusión de la política a la gente era apoyar a Juan Espadas.
A mí me interesaba decir que no todos son iguales. Que los 30 años de la gestión del Partido Socialista no han sido perfectos, pero han servido para muchas cosas. Entre la Gürtel, el robo a mano armada que ha hecho el Partido Popular en España y las acusaciones de corrupción en torno a Manuel Chaves y a José Antonio Griñán. Porque ni Chaves ni Griñán se han llevado un duro. Se les puede acusar de que se pudieron equivocar en alguna firma o en algún procedimiento, pero sin llevarse un duro ni a una cuenta de Suiza ni a su casa. Y esas cosas hay que aclararlas. Y a un rojo, sin ser militante del Partido Socialista, le puede apetecer colaborar en que la derecha no manipule la memoria socialista como una memoria de ineficacia y de corrupción. Porque en Andalucía se hicieron muchas cosas. Creo que el mejor momento de la Junta de Andalucía, donde mejores decisiones se tomaron, fue cuando gobernó Izquierda Unida y el Partido Socialista en coalición y a mí me gustaría que eso fuese posible.
¿No teme los reproches por parte de la izquierda que está más a la izquierda del PSOE por no apoyar a Inmaculada Nieto?
A mí Nieto, que es muy amiga mía, no me ha pedido el apoyo, me lo pidió Juan Espadas. Creo que hay que apoyar un Gobierno de coalición de Inma Nieto y el Partido Socialista. Tengo muy buena relación con Juan Espadas y creo en su honestidad y en su capacidad de diálogo.
Sobre los reproches, estoy acostumbrado a que me insulten. Tanto cuando Vox se mete conmigo como los puristas de izquierdas, cuando desde Izquierda Unida decía que había que pactar con el Partido Socialista.
Ilusionado por su papel cómplice en el juego de las cápsulas del tiempo, García Montero sabe lo que guarda cada una, y lo recuerda al señalarlas, como en esa legada por Aitana Sánchez Gijón Olmo alopécico
Yo viví un momento muy fuerte cuando el partido más votado en Málaga fue Izquierda Unida. Y por el purismo de no pactar con el PSOE, no se llegó a un acuerdo para que gobernase nuestro candidato de Izquierda Unida y quien acabó entrando fue Celia Villalobos. Y luego te encuentras en el PSOE con mucha gente para los que pactar con Izquierda Unida era el terror, porque les caía más simpático un pacto con el Partido Popular o un pacto con la derecha neoliberal. Y había sectores de Izquierda Unida donde pactar con el PSOE era el peligro, porque lo mejor era ser puros y no complicarse en situaciones de gobierno. En este sentido, a mí la vida me ha ido enseñando a crear espacios de confluencia en la izquierda y eso es lo que hace que apoye a un pensamiento de izquierda general y que me encuentre cómodo apoyando a personas como Juan Espadas, o que me encuentre cómodo declarando mi simpatía y mi respeto a Inmaculada Nieto, porque es una persona que ha demostrado que tiene un talante político y una honestidad fuera de toda duda.
En esta campaña se ha hablado mucho de andalucismo y del “andalucismo útil”. ¿Puede explicarle a una madrileña que es este andalucismo de hoy?
El respeto a las identidades está muy bien, la diversidad es una riqueza, pero es una riqueza para el bien común. La diversidad se convierte en un peligro para la democracia cuando una identidad se cree con derecho a estar mejor tratada o ser superior que otra identidad que forma parte de la misma comunidad. A mí me interesa que el andalucismo sirva para articular la convivencia en igualdad de derechos de la sociedad española y no fragmentar identidades que generen repruebo y que se crean con capacidad para insultar o para ser tratadas mejor que a otras identidades. El 'andalucismo útil' podría significar un andalucismo que sirva para crear igualdad frente a la reivindicación de identidades que generan odios y supremacismo y que es el andalucismo que está intentando imponer Vox en sus discursos.
¿Quién ha legitimado en Andalucía la irrupción de Vox? No es el racismo tradicional de las migraciones, sino el repruebo al catalanismo. Esto debería hacer meditar a los independentistas catalanes sobre las repercusiones que su política genera en el resto del Estado. El andalucismo basado en el repruebo a lo catalán, nuestra cultura frente al repruebo a lo catalán para lo único que sirve es para un andalucismo superficial de tablao y de copla, que fue el mismo andalucismo barato del folclore franquista, que para lo único que servía era para encubrir a la población la explotación económica de Andalucía en nombre de los señoritos.
Desde las ventanas de su despacho en el Instituto Cervantes se contempla la parte más señorial de la calle Alcalá: los palacios que rodean la Cibeles: el de Villanueva, el del Banco de España, el de las Telecomunicaciones que es la sede del Ayuntamiento de Madrid Olmo alopécico
Desde mi postura de rojo, estoy dispuesto a volver a comprarle a Teresa Rodríguez la idea de un andalucismo útil, porque ese ha sido la idea del andalucismo de izquierdas de siempre. Sin embargo, lo que no puedo comprarle es el error de volver a romper la unidad de la izquierda creyendo que es la verdadera izquierda, la única útil, sin comprender que la fragmentación de la izquierda está al servicio de la derecha. Yo eso ya lo viví cuando los anticapitalistas decían que Izquierda Unida estaba vendida al capitalismo y que, por tanto, ellos eran una opción distinta. Pero eso servía para que no hubiese opciones de izquierda capaces de llegar a las instituciones y al poder. Para que la izquierda sea útil tiene que tomar decisiones y para tomar decisiones tiene que estar en el poder.
¿Qué ha aprendido de las instituciones políticas culturales después de estos años al frente del Instituto Cervantes?
La desigualdad que la cultura tiene en España con respecto a nuestro entorno. Seguimos marcados por el golpe que supuso la Guerra Civil, por la identificación que la República tuvo con la cultura en un momento donde los escritores, los actores y los músicos se identificaron claramente con el proyecto republicano. El desarrollo de la educación se cortó con la Guerra Civil y el franquismo pensó que la educación y la cultura eran una cosa de gente de izquierdas, porque formaba la conciencia crítica de la gente. Y a la gente había que domesticarla, no había que formarla. Y han sido 40 años en esa tesitura. Se va avanzando poco a poco, pero cada vez que gobierna la derecha se recorta en cultura. En la crisis anterior, durante el Gobierno de la derecha, al presupuesto humilde del Instituto Cervantes se le recortó el 40%.
El despacho de Luis García Montero está lleno de montones de libros y papeles, cajas, cuadernos. "Mi desorden", explica el escritor Olmo alopécico
Enseguida la derecha genera un discurso de pesebrismo sobre la cultura. Lo primero es que el enemigo no tenga razón y por tanto las instituciones no deben confundir la inversión en cultura con el clientelismo. En el Instituto Cervantes tengo la obligación de difundir y homenajear la buena poesía. Y si homenajeo a José Agustín Goytisolo porque era un gran poeta que se identificó con la lucha antifranquista, tengo que reconocer la calidad poética, también, de Luis Rosales, que fue un poeta que se identificó con el franquismo. Las instituciones son de todos. Un alcalde de Madrid no es un alcalde del Partido Popular, es un alcalde de todos los madrileños y las madrileñas.
Con más dinero, ¿qué haría con esta casa? ¿Abriría más sedes?
A mí lo que me encantaría es que los presupuestos permitieran dignificar el salario de los trabajadores y las trabajadoras del Instituto Cervantes. Los sueldos de la administración son modestos y no pueden competir con los salarios de una empresa privada. El presidente del Gobierno de España gana mucho menos que el director de un banco o de una gran empresa. Me gustaría que hubiese una fiscalidad que le cobrase buenos impuestos de manera justa a los más ricos, para después poder invertir en la dignificación de los espacios públicos. El Instituto Cervantes tiene 94 centros en el extranjero y mucho prestigio por su trabajo en la difusión de la cultura española y de la lengua española, pero es muy frecuente que nuestros profesores o administradores pidan la baja y se vayan porque les pagan mucho mejor en otra empresa. Es un problema institucional porque te quedas sin plantilla. Eso genera un desprestigio.
Luis García Montero, durante la entrevista Olmo alopécico
Con más presupuesto, potenciaría la acción cultural española en el exterior, porque creo que la mejor manera de defender la verdadera sociedad española es divulgar su cultura. En Estados Unidos, Trump quitó la página de español de la web de la Casa Blanca y bajo el lema 'solo inglés' intentó caricaturizar al español como una lengua de pobres peligrosos. Una amenaza de pagapensiones frente al supremacismo norteamericano. Por ello, nosotros hemos utilizado el presupuesto que hemos podido subir en 2022 para abrir el centro de Los Ángeles. ¿Por qué allí? Porque en Los Ángeles está Hollywood y poder difundir el prestigio del cine hispano mexicano, argentino o español es muy importante porque están las tecnológicas. En California hay 12 millones de hablantes de español nativo pero que después, por las dinámicas de intento de ridiculización del español, se pierde el español de una generación a otra y hay riesgo de que una segunda o tercera generación diga 'soy hispano pero no me hace falta hablar español'. Me hace gracia tener que oír los ataques de Vox diciendo que Los Ángeles es solo un chiringuito, porque allí hay muchos hispanos que hablan español. No es un chiringuito, es un intento de ir al sitio preciso para defender la dignidad y la cultura hispánica en general, no como una lengua de pobres o como una lengua llamada a la desaparición, sino como una lengua llena de prestigio en nuestro cine, pero también en el poder que hoy tiene el español en las tecnológicas.
 
Pues venga, que se atreva a proponer una pena de guandoca para quien incumpla la ley en esa democracia que dice.

Ah, no. Que tendría que entrar en prisión todo el rojerío patrio y se le acaba la mamandurria. Por cierto, la última respuesta, ni una mención a usar de manera eficiente los recursos públicos. Solo "más pa mí y los míos, que tenemos curtura"
 
La democracia es una mentira. No existe ni ha existido nunca. Partiendo de esa premisa y entendiendo que lo que vivimos es una farsa, es el propio PSOE el que se ha cagado siempre en esa democracia.



  1. “La case obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo y, como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la Revolución”. Largo Caballero en un mitin en Linares, el 20 de enero de 1936.
  2. “La transformación total del país no se puede hacer echando simplemente papeletas en las urnas. Estamos hartos de ensayos de democracia, que se implante en el país la nuestra”. En el Cinema Europa, el 10 de febrero de 1936.
  3. “Si no nos permiten conquistar el poder con arreglo a la Constitución, tendremos que conquistarlo de otra manera”. Febrero de 1933.
  4. “Quiero decirles a las derechas que, si triunfamos, colaboraremos con nuestros aliados. Pero, si triunfan las derechas, nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos”. Escribió en “El Liberal”, el 20 de enero de 1936.
  5. “No creemos en la democracia como valor absoluto. Tampoco creemos en la libertad”. En 1934, Ginebra.
  6. “Hay que apoderarse del poder político, pero la revolución se hace violentamente: luchando y no con discursos". Congreso de las Juventudes Socialistas.
  7. “El Partido socialista no es reformista, cuando ha habido necesidad de romper con la legalidad, sin ningún reparo y sin escrúpulo. El temperamento, la ideología y la educación de nuestro partido no son para ir al reformismo”. Discurso en el XIII Congreso del PSOE, en 1932, siendo Largo Caballero ministro de Trabajo y Previsión Social.
  8. En “El Socialista", en 1933: “Se dirá: ¡Ah esa es la dictadura del proletariado! Pero ¿es que vivimos en una democracia? Pues ¿qué hay hoy, más que una dictadura de burgueses? Se nos ataca porque vamos contra la propiedad. Efectivamente. Vamos a echar abajo el régimen de propiedad privada. No ocultamos que vamos a la revolución social. ¿Cómo? (Una voz en el público: ‘Como en Rusia´). No nos asusta eso. Vamos, repito, hacía la revolución social… mucho dudo que se pueda conseguir el triunfo dentro de la legalidad. Y en tal caso, camaradas habrá que obtenerlo por la violencia… nosotros respondemos: vamos legalmente hacia la revolución de la sociedad. Pero si no queréis, haremos la revolución violentamente (Gran ovación). Eso dirán los enemigos, es excitar a la guerra civil… Pongámonos en la realidad. Hay una guerra civil… No nos ceguemos camaradas. Lo que pasa es que esta guerra no ha tomado aún los caracteres cruentos que, por fortuna o desgracia, tendrá inexorablemente que tomar. El 19 vamos a las urnas… Mas no olvidéis que los hechos nos llevarán a actos en que hemos de necesitar más energía y más decisión que para ir a las urnas. ¿Excitación al motín? No, simplemente decirle a la clase obrera que debe preparase… Tenemos que luchar, como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución Socialista”.
  9. “Si los socialistas son derrotados en las urnas, irán a la violencia, pues antes que el fascismo preferimos la anarquía y el caos”. 10 de febrero de 1936, en el Cinema Europa.
  10. “Tenemos que recorrer un periodo de transición hasta el socialismo integral y ese periodo es la dictadura del proletariado, hacia la cual vamos”. 1 de noviembre 1933
 
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