buurbuboom
Madmaxista
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El tema del vih-sida ha sido últimamente objeto de diversos artículos aparecidos en Kaos, que han sido objeto de fuerte disputa (que no debate), a raíz de la publicación de artículos negacionistas del vih-sida. No es mi intención redundar en la disputa sobre la existencia del vih-sida ni en presuntos argumentos y debates al respecto, y no voy a entrar en ello. Simplemente, como sujeto implicado he creído conveniente expresar algunas ideas que dicha controversia me ha suscitado, no sólo por el tema tratado, sino también por las características mismas de la propaganda negacionista y del medio en que ha surgido.
Mi implicación en el tema no es voluntaria. En 1995 fui diagnosticado de infección por vih, en estado avanzado y con el sistema inmunitario bastante deteriorado. Digo esto porque es imposible achacar el deterioro de mi salud a la ingestión de antirretrovirales, como pretenden los negacionistas, puesto que jamás los había tomado hasta entonces. En aquellos momentos había pocos medicamentos para atacar al vih, y empecé tomando sólo AZT. No fue hasta bien entrado el año 1996 que estuvieron disponibles nuevos medicamentos y terapias combinadas que permitieron que dejara progresivamente de paceder infecciones oportunistas, y que mi inmunodepresión mejorara paulatinamente. El precio que estoy pagando es considerable, sé perfectamente por experiencia propia lo que son los efectos secundarios de una medicación agresiva. Sin embargo es un precio bajo si tenemos en cuenta que me libré por poco de una muerte altamente probable, como sucedió a otros amigos que no llegaron a tiempo, algunos por muy poco margen, a las nuevas terapias.
No explico esto por contar “batallitas” personales, sino porque he vivido en primera persona lo que es una evidencia comprobada una y mil veces en la práctica: El vih es un bichito que se contagia. Las personas diagnosticadas con el vih tienden a desarrollar el sida, y cuando ello ocurre suelen sufrir una serie de enfermedades características que con mucha frecuencia llevan a la muerte de no mediar terapia. La aplicación de terapias antirretrovirales retrasa e incluso invierte el proceso. Las terapias no se aplican hasta que se produce un inicio de deterioro del sistema inmune. Esto no son dogmas, pero tampoco son mentiras. Son realidades que se viven cada día en todo el mundo, evidencias que unos pocos fanáticos se empeñan en negar.
Las personas que estamos implicadas en la lucha contra el vih, que trabajamos en organizaciones ciudadanas contra la estigmatización y por la calidad de vida de las personas afectadas, así como en la prevención de su contagio, hace años que conocemos la secta negacionista. Pero la mayoría del público poco relacionado con el tema desconoce su existencia y sus teorías. Por eso me ha parecido altamente preocupante su irrupción en un medio como kaosenlared a través de una serie de cinco artículos (hasta el momento) que tienen como punto en común un supuesto “experto” en la materia, bien sea como entrevistado, como comentarista o como autor de los artículos. En estos artículos se niega que el vih sea el causante del sida, e incluso la existencia misma del bichito, y se niega por tanto el carácter infeccioso del sida, lo que conduce a desaconsejar la toma de medicación y -lo que es quizá más grave- a la negación de la prevención del contagio del vih.
He hablado de los negacionistas calificándolos de secta, y es que la defensa de tan peligrosa doctrina se hace además siguiendo procedimientos que revisten caracteres propios de sectas:
Provocación: En el primer artículo que protagoniza, el “experto” se dedica a hablar de salud en general. Hace muchas apreciaciones que no vienen al caso, que pueden suscitar la complicidad del lector de un medio como kaos. Apenas habla del sida, objetivo principal de la controversia. Sin embargo hace unas pocas afirmaciones llamativas, entre otras cosas que el sida es "un montaje que toma como base problemas de salud reales y conocidos para inventar una falsa esa época en el 2020 de la que yo le hablo.” y que “es mentira que los antivirales sean tratamientos contra el sida”. El resto del artículo es paja, ornamento para lanzar el dardo provocativo; de hecho nadie ha vuelto a hablar de ello. Se trataba simplemente de incitar a la descalificación de la teoría presentada, y así tener ocasión para ahondar en sus detalles. Igual que el vih vive y se propaga a costa de las células encargadas de defender al organismo contra las infecciones, el negacionismo para sobrevivir y propagarse necesita los argumentos de sus adversarios, y así crear lo que ellos consideran un debate.
Falseamiento del debate: Una vez suscitado el enfrentamiento, cabe descalificar al adversario y marcar las cartas para jugar tramposamente. Se dice desde el negacionismo “para aquellas personas que tienen una fe ciega en la ciencia (...), que esta actividad humana no es neutral, sino que, por el contrario, responde a intereses políticos, económicos e ideológicos determinados”. A partir de aquí, cualquier argumento que defienda la evidencia aludiendo al mundo científico será tratado desde el negacionismo como “vendido al sistema” (“amaestrados por mecanismos de propaganda del pensamiento dominante”, en palabras del experto). Nótese además cómo la palabra “ciencia” se relaciona con “fe ciega”.
“Catecismo” de argumentos y contraargumentos: No obstante su crítica a la ciencia, los negacionistas llenan artículos y comentarios de citas y enlaces a supuestos científicos (los únicos que para ellos no están vendidos al sistema) que defienden sus tesis; todo ello plagado de informaciones parciales, sesgadas, inconexas y con frecuencia obsoletas, cuando no directamente falsas, para dar la impresión de que existe un debate científico sobre la cuestión. Y además incitan a que sean rebatidos, sobre una temática especializada que cualquier lector lego en la materia no puede de entrada rebatir.
Desinformación y confusión: Se trata simplemente de abrumar al lector con un montón de datos diversos sobre materias en que se supone que los negacionistas son expertos. Para eso necesitan moverse en un ámbito no especializado, puesto que en los medios científicos especializados el debate ya tuvo lugar hace años y se considera totalmente superado.
Teoría conspirativa: “¡El sida es un montaje!”, “...cuando se destape este montaje criminal”. Poderes en la sombra consiguen que todo el mundo crea que el sida es una infección, en un montaje perfecto que embauca a la práctica totalidad de la población, a los profesionales sanitarios y científicos, y hasta a los propios enfermos.
Iluminismo: El punto de partida es que todo el mundo está equivocado (tenemos una “fe ciega”, “la mayoría de la población está siendo engañada y manipulada”) menos los negacionistas, los únicos que ven la luz. En un medio anticapitalista y revolucionario como es kaos, basta con identificar con el sistema a los equivocados, y con lo antisistema a los iluminados para que el iluminismo encuentre fácil y disimulado acomodo.
Redencionismo: Ante la ceguera de todos los que aceptamos que el vih causa el sida, el “experto” iluminado se erige en redentor. Tenemos que leer su libro y salir de nuestro estado de alienación e ignorancia, él nos salvará: “este montaje criminal se va a destapar, entonces agradecerás lo que algunos estamos haciendo por ti incluso a pesar tuyo” espeta sin atisbo de vergüenza a un seropositivo. “Tienes que salir de este pozo”, le dice a otro.
Venta de productos y teorías: O las dos cosas en una. Se insiste una y otra vez en hacer propaganda del libro del “experto”, del cual se cita incluso la editorial. Se repite su título hasta la saciedad y se incita insistentemente a su lectura para estar debidamente “informados” sobre el tema, y así salir de las tinieblas en que nos tiene sumergidos el sistema.
Búsqueda de blancos fáciles: Los negacionistas tienen especial predilección para convertir a su causa a personas recién diagnosticadas de vih. Conozco en primera persona el impacto que causa el diagnóstico. De repente tienes que hacer frente a una situación totalmente nueva, inesperada y extremadamente adversa, lo que causa un estado de desconcierto y confusión insoportables. Ante una situación así, una respuesta simple como “tú no estás infectado, es todo un montaje”, puede hacer que algunos abracen el negacionismo, se nieguen a tomar medicación y a tomar medidas de prevención del contagio. Además de aprovecharse de la situación de vulnerabilidad de las personas, contribuyen a la expansión de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
Egolatría: En un alarde propio de un gurú, el “experto” se autoerige en pontífice sobre vih-sida, y confunde el espacio de los comentarios con una sección de consultorio a su humilde persona. “Cuando tengas preguntas las contestaré”, responde a un comentario crítico con su teoría (que por supuesto no le preguntaba nada), como si la sección de comentarios fuese una herramienta a su servicio exclusivo. En otro comentario a un artículo suyo (en el que se equipara a un “líder”), se permite contabilizar los comentarios y las lecturas de sus panfletos y las reacciones a ellos para remarcarnos la magnitud del “debate” que ha generado.
Captación directa de adeptos: Pero lo que es mucho más preocupante es que en kaos hemos sido además testigos de un intento (espero que frustrado) de captación directa de un adepto. Convencido de que efectivamente se trata de un consultorio, un comentarista seropositivo le pide consejo sobre su caso. La respuesta no tiene desperdicio: “¡no te puedes contagiar con un bichito que no existe!”, “Ni tú ni la persona con la que practicaste sesso estáis contagiados de nada”. “Escríbeme y hablamos. ¡Tienes que salir de este pozo ya!”. Lo peor del caso es que el incauto puede ponerse en contacto con el “experto”, puesto que éste publica en kaos su dirección de correo electrónico al final de uno de sus artículos, algo poco habitual en este medio. Y por si a alguien se le pudiera pasar por alto, la vuelve a repetir en varios comentarios que él mismo inserta.
Todos estos hechos me han incitado a una reflexión, y es que el pensamiento y el debate en un medio revolucionario tiene un punto de gran vulnerabilidad. Parece que cualquier teoría, por disparatada que sea, y en especial las conspirativas, que con frecuencia adquieren visos de secta, tienen una especial facilidad para infiltrarse en medios anticapitalistas, simplemente con adoptar una retórica adecuada. El con poca gracia episodio de intento de propagación del negacionismo del vih-sida ha sido un claro ejemplo de que las personas implicadas en combatir el sistema capitalista debemos estar muy ojo avizor ante las teorías conspirativas, que pueden manifestarse en los momentos y sobre los temas más inesperados.
La vida real ya es lo suficientemente difícil y el capitalismo lo suficientemente dañino como para ir inventando teorías conspiratorias.
KAOSENLARED.NET -- Negacionismo del vih-sida, teoría conspirativa y debate anticapitalista.
Mi implicación en el tema no es voluntaria. En 1995 fui diagnosticado de infección por vih, en estado avanzado y con el sistema inmunitario bastante deteriorado. Digo esto porque es imposible achacar el deterioro de mi salud a la ingestión de antirretrovirales, como pretenden los negacionistas, puesto que jamás los había tomado hasta entonces. En aquellos momentos había pocos medicamentos para atacar al vih, y empecé tomando sólo AZT. No fue hasta bien entrado el año 1996 que estuvieron disponibles nuevos medicamentos y terapias combinadas que permitieron que dejara progresivamente de paceder infecciones oportunistas, y que mi inmunodepresión mejorara paulatinamente. El precio que estoy pagando es considerable, sé perfectamente por experiencia propia lo que son los efectos secundarios de una medicación agresiva. Sin embargo es un precio bajo si tenemos en cuenta que me libré por poco de una muerte altamente probable, como sucedió a otros amigos que no llegaron a tiempo, algunos por muy poco margen, a las nuevas terapias.
No explico esto por contar “batallitas” personales, sino porque he vivido en primera persona lo que es una evidencia comprobada una y mil veces en la práctica: El vih es un bichito que se contagia. Las personas diagnosticadas con el vih tienden a desarrollar el sida, y cuando ello ocurre suelen sufrir una serie de enfermedades características que con mucha frecuencia llevan a la muerte de no mediar terapia. La aplicación de terapias antirretrovirales retrasa e incluso invierte el proceso. Las terapias no se aplican hasta que se produce un inicio de deterioro del sistema inmune. Esto no son dogmas, pero tampoco son mentiras. Son realidades que se viven cada día en todo el mundo, evidencias que unos pocos fanáticos se empeñan en negar.
Las personas que estamos implicadas en la lucha contra el vih, que trabajamos en organizaciones ciudadanas contra la estigmatización y por la calidad de vida de las personas afectadas, así como en la prevención de su contagio, hace años que conocemos la secta negacionista. Pero la mayoría del público poco relacionado con el tema desconoce su existencia y sus teorías. Por eso me ha parecido altamente preocupante su irrupción en un medio como kaosenlared a través de una serie de cinco artículos (hasta el momento) que tienen como punto en común un supuesto “experto” en la materia, bien sea como entrevistado, como comentarista o como autor de los artículos. En estos artículos se niega que el vih sea el causante del sida, e incluso la existencia misma del bichito, y se niega por tanto el carácter infeccioso del sida, lo que conduce a desaconsejar la toma de medicación y -lo que es quizá más grave- a la negación de la prevención del contagio del vih.
He hablado de los negacionistas calificándolos de secta, y es que la defensa de tan peligrosa doctrina se hace además siguiendo procedimientos que revisten caracteres propios de sectas:
Provocación: En el primer artículo que protagoniza, el “experto” se dedica a hablar de salud en general. Hace muchas apreciaciones que no vienen al caso, que pueden suscitar la complicidad del lector de un medio como kaos. Apenas habla del sida, objetivo principal de la controversia. Sin embargo hace unas pocas afirmaciones llamativas, entre otras cosas que el sida es "un montaje que toma como base problemas de salud reales y conocidos para inventar una falsa esa época en el 2020 de la que yo le hablo.” y que “es mentira que los antivirales sean tratamientos contra el sida”. El resto del artículo es paja, ornamento para lanzar el dardo provocativo; de hecho nadie ha vuelto a hablar de ello. Se trataba simplemente de incitar a la descalificación de la teoría presentada, y así tener ocasión para ahondar en sus detalles. Igual que el vih vive y se propaga a costa de las células encargadas de defender al organismo contra las infecciones, el negacionismo para sobrevivir y propagarse necesita los argumentos de sus adversarios, y así crear lo que ellos consideran un debate.
Falseamiento del debate: Una vez suscitado el enfrentamiento, cabe descalificar al adversario y marcar las cartas para jugar tramposamente. Se dice desde el negacionismo “para aquellas personas que tienen una fe ciega en la ciencia (...), que esta actividad humana no es neutral, sino que, por el contrario, responde a intereses políticos, económicos e ideológicos determinados”. A partir de aquí, cualquier argumento que defienda la evidencia aludiendo al mundo científico será tratado desde el negacionismo como “vendido al sistema” (“amaestrados por mecanismos de propaganda del pensamiento dominante”, en palabras del experto). Nótese además cómo la palabra “ciencia” se relaciona con “fe ciega”.
“Catecismo” de argumentos y contraargumentos: No obstante su crítica a la ciencia, los negacionistas llenan artículos y comentarios de citas y enlaces a supuestos científicos (los únicos que para ellos no están vendidos al sistema) que defienden sus tesis; todo ello plagado de informaciones parciales, sesgadas, inconexas y con frecuencia obsoletas, cuando no directamente falsas, para dar la impresión de que existe un debate científico sobre la cuestión. Y además incitan a que sean rebatidos, sobre una temática especializada que cualquier lector lego en la materia no puede de entrada rebatir.
Desinformación y confusión: Se trata simplemente de abrumar al lector con un montón de datos diversos sobre materias en que se supone que los negacionistas son expertos. Para eso necesitan moverse en un ámbito no especializado, puesto que en los medios científicos especializados el debate ya tuvo lugar hace años y se considera totalmente superado.
Teoría conspirativa: “¡El sida es un montaje!”, “...cuando se destape este montaje criminal”. Poderes en la sombra consiguen que todo el mundo crea que el sida es una infección, en un montaje perfecto que embauca a la práctica totalidad de la población, a los profesionales sanitarios y científicos, y hasta a los propios enfermos.
Iluminismo: El punto de partida es que todo el mundo está equivocado (tenemos una “fe ciega”, “la mayoría de la población está siendo engañada y manipulada”) menos los negacionistas, los únicos que ven la luz. En un medio anticapitalista y revolucionario como es kaos, basta con identificar con el sistema a los equivocados, y con lo antisistema a los iluminados para que el iluminismo encuentre fácil y disimulado acomodo.
Redencionismo: Ante la ceguera de todos los que aceptamos que el vih causa el sida, el “experto” iluminado se erige en redentor. Tenemos que leer su libro y salir de nuestro estado de alienación e ignorancia, él nos salvará: “este montaje criminal se va a destapar, entonces agradecerás lo que algunos estamos haciendo por ti incluso a pesar tuyo” espeta sin atisbo de vergüenza a un seropositivo. “Tienes que salir de este pozo”, le dice a otro.
Venta de productos y teorías: O las dos cosas en una. Se insiste una y otra vez en hacer propaganda del libro del “experto”, del cual se cita incluso la editorial. Se repite su título hasta la saciedad y se incita insistentemente a su lectura para estar debidamente “informados” sobre el tema, y así salir de las tinieblas en que nos tiene sumergidos el sistema.
Búsqueda de blancos fáciles: Los negacionistas tienen especial predilección para convertir a su causa a personas recién diagnosticadas de vih. Conozco en primera persona el impacto que causa el diagnóstico. De repente tienes que hacer frente a una situación totalmente nueva, inesperada y extremadamente adversa, lo que causa un estado de desconcierto y confusión insoportables. Ante una situación así, una respuesta simple como “tú no estás infectado, es todo un montaje”, puede hacer que algunos abracen el negacionismo, se nieguen a tomar medicación y a tomar medidas de prevención del contagio. Además de aprovecharse de la situación de vulnerabilidad de las personas, contribuyen a la expansión de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
Egolatría: En un alarde propio de un gurú, el “experto” se autoerige en pontífice sobre vih-sida, y confunde el espacio de los comentarios con una sección de consultorio a su humilde persona. “Cuando tengas preguntas las contestaré”, responde a un comentario crítico con su teoría (que por supuesto no le preguntaba nada), como si la sección de comentarios fuese una herramienta a su servicio exclusivo. En otro comentario a un artículo suyo (en el que se equipara a un “líder”), se permite contabilizar los comentarios y las lecturas de sus panfletos y las reacciones a ellos para remarcarnos la magnitud del “debate” que ha generado.
Captación directa de adeptos: Pero lo que es mucho más preocupante es que en kaos hemos sido además testigos de un intento (espero que frustrado) de captación directa de un adepto. Convencido de que efectivamente se trata de un consultorio, un comentarista seropositivo le pide consejo sobre su caso. La respuesta no tiene desperdicio: “¡no te puedes contagiar con un bichito que no existe!”, “Ni tú ni la persona con la que practicaste sesso estáis contagiados de nada”. “Escríbeme y hablamos. ¡Tienes que salir de este pozo ya!”. Lo peor del caso es que el incauto puede ponerse en contacto con el “experto”, puesto que éste publica en kaos su dirección de correo electrónico al final de uno de sus artículos, algo poco habitual en este medio. Y por si a alguien se le pudiera pasar por alto, la vuelve a repetir en varios comentarios que él mismo inserta.
Todos estos hechos me han incitado a una reflexión, y es que el pensamiento y el debate en un medio revolucionario tiene un punto de gran vulnerabilidad. Parece que cualquier teoría, por disparatada que sea, y en especial las conspirativas, que con frecuencia adquieren visos de secta, tienen una especial facilidad para infiltrarse en medios anticapitalistas, simplemente con adoptar una retórica adecuada. El con poca gracia episodio de intento de propagación del negacionismo del vih-sida ha sido un claro ejemplo de que las personas implicadas en combatir el sistema capitalista debemos estar muy ojo avizor ante las teorías conspirativas, que pueden manifestarse en los momentos y sobre los temas más inesperados.
La vida real ya es lo suficientemente difícil y el capitalismo lo suficientemente dañino como para ir inventando teorías conspiratorias.
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