Vaya con la nueva normalidad, inviernos con toques de queda e imposiciones totalitarias, haciendo una vida normal hasta cierta hora, como si saliesen los vampiros, y luego veranos medio normales hasta navidad, y otra vez vuelta a empezar.
Y mientras tanto, como buena distopía, todos con mascaras, geles y sin poder relacionacionarse con gente.
Es como una mezcla de recorte de derechos y vivir con miedo a vivir con normalidad, con la idumentaria oficial (las mascaras), mientras uno está vigilado. Al más puro estilo 1984.
Esto merece para una película.