El presidente de la Asociación de Criminólogos revela que hay más madres que dan el pasaporte a sus hijos que h

Madres matando a sus hijos no es tan raro. Al fin y al cabo es un fenómeno con sus propios mitos para explicarlo. Como Medea para jorobar a su marido. Los antiguos conocían bien la realidad, la propaganda tenía poco poder.
 
Hay que terminar con la dictadura de lo políticamente correcto en general y feminista radical en particular pero ya.

Esto es como la burbuja inmobiliaria, cuanto antes reviente, menos dolerá.
 
Jojojo que ostra a la Fallaras, pregunta la tía "¿Cuantos?" Con la prepotencia y chulería de quien cree con seguridad que esos datos no los tiene nadie y se lleva un owned antológico en todo el cielo de la boca.

En este tema hay que empezar a pedir luz y taquígrafos y todos los datos. Se negarán y eso los hace parecer sospechosos y los debilita mucho de cara a la opinión pública.

Espero que VOX tome nota que los veo algo flojos en este tema.

Enviado desde mi SM-J510FN mediante Tapatalk
 
¿Qué puede conducir a un padre o una progenitora a dar de baja de la suscripción de la vida a su hijo?

¿Qué puede conducir a un padre o una progenitora a dar de baja de la suscripción de la vida a su hijo?



Son crímenes en los que abunda un trasfondo de enfermedades mentales graves y el suicidio posterior de los progenitores.
Pese a que el 95% de los homicidas de todo el mundo son varones, en torno al 30% de los asesinatos de niños menores de 5 años tenían a la progenitora como ejecutora.
Entre 2012 y 2017 al menos 68 niños fueron asesinados por sus padres en España según Save the Children.


"No existe crimen de comprensión más compleja que el asesinato de un menor por parte de alguno de sus padres", una afirmación que cualquiera podría compartir y que procede de Philip J. Resnick, probablemente el experto que más en profundidad ha estudiado los filicidios, ese acto incoherente de arrebatar la vida que has creado y que ocupa titulares con cierta (siempre demasiada) frecuencia.

Es algo que impacta por darse, por fortuna, muy pocas veces. Pero aunque no es frecuente, tampoco es tan raro. En un libro de 2003 sobre psicopatología clínica legal y forense de los profesores de la universidad Complutense, David González Trijueque, y de la Autónoma Marina Muñoz-Rivas, hay un capítulo entero dedicado a la revisión de los filicidios y los neonaticidios en el que ambos autores aseguran, referenciando distintos trabajos, que "aunque todo hace indicar que los casos de infanticidio, filicidio y neonaticidio están disminuyendo debido a numerosos motivos (métodos anticonceptivos, cambios sociales), no se debe olvidar que estos hechos siguen constituyendo una de las principales causas de fin de menores en los países desarrollados".

Según un informe publicado en enero de 2018 por la organización Save the Children, en España al menos cien niños que perdieron de forma violenta desde 2012, 36 a manos de sus padres en casos vinculados a la violencia de género y 24 asesinados por sus madres. Hay además otros cuatro niños de cuya fin es responsable el padre pero sin vinculación con violencia de género, al menos en el momento de publicarse el estudio, y cuatro más en los que participaron ambos progenitores.

Son crímenes distintos en muchos sentidos. Pese a que el 95% de los homicidas de todo el mundo son varones, en torno al 30% de los asesinatos de niños menores de 5 años que investigó este psiquiatra tenían a la progenitora como ejecutora, datos en línea con los facilitados por Save the children. ¿Por qué es así?.

"Las madres han pasado por el embarazo y el parto, con un montón de desórdenes asociados y por lo que los hombres no tienen que pasar", explica Sandra Méndez, psicóloga y criminóloga en el equipo de psicología Álava Reyes, que añade que, "aunque no se puede generalizar mucho", los métodos también varían entre hombres y mujeres: "Los hombres usan más la fuerza, métodos más sangrientos. La mujer, que está más vinculada al cuidado, usa más envenenamientos y intoxicaciones. También asfixias, ahogamientos e incluso incendios".


Además hay un mayor índice de suicidio posterior o de intento de suicidio del malo. Cheryl L. Meyer y Michelle Oberman en su libro Madres que dan el pasaporte a sus hijos calculan que entre 16% y el 29% de las madres y entre el 40% y el 60% de los padres se acaban quitando la vida, sobre todo en aquellos casos vinculados a enfermedades o trastornos mentales.

De hecho, otra característica propia de los filicidios es el alto porcentaje de enfermedades mentales graves que hay tras ellos. En un 80% de los 30 casos investigados por Resnick y otros expertos en 2005, los padres habían experimentado brotes psicóticos. Muertes incomprensibles que, teniendo eso en cuenta, tal vez se antojen algo más entendibles.

"En general son personas con trastorno esquizofrénico, con predominio de ideas delirantes y alucinatorias" explica Julio Bobes, catedrático de psiquiatría de la Universidad de Oviedo y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, "a veces esa psicosis se da en personas que previamente no tuvieron antecedentes reconocibles, que no teníamos atendidas, y, justo después del parto es la primera vez que aparece ese brote psicótico que, efectivamente, les puede llevar a acabar con su hijo".

"Si hay un desorden mental grave, como una depresión postparto con brotes psicóticos, una enfermedad que supone una emergencia psiquiátrica; ahí, sí que al haber ideación delirante, alucinaciones visuales o auditivas, podríamos hablar de un acto de locura", añade Sandra Méndez, que recomienda cautela porque la depresión postparto es un trastorno muy común.

"Es muy raro que una mujer con depresión postparto acabe haciendo algo así. En estos casos estamos hablando de, no solo de un trastorno depresivo mayor tras el parto, sino con brotes psicóticos", concluye la psicóloga con ánimo de no crear alarmas innecesarias. Y no es complicado distinguir entre un trastorno depresivo mayor y otro en el que además hay psicosis, "hay un estado de confusión muy severo, episodios delirantes. Es muy notorio".

También quiere aclarar que no hay que confundir la depresión postparto, que siempre conviene tratar, con la habitual tristeza tras el parto, "lo que llamamos el blues materno, que tiene una prevalencia de en torno a la mitad de las embarazadas, pero no es depresión". El profesor Bobes apunta además a que "a veces hay psicosis por drojas que empujan a cometer estas cosas, es lo que se denominaba tradicionalmente trastorno mental transitorio, generalmente por anfetaminas".

¿Qué se puede hacer para evitarlo? "Lo mejor que podemos hacer los psiquiatras y los demás médicos que los atendemos, ginecólogos, pediatras, etc., es estar bien atentos", explica el profesor Bobes, que también destaca la importancia de "transmitir a la familia que, aunque el ambiente tras la llegada de un niño sea de celebración, ante una respuesta por parte de la progenitora de forma inadecuada, de comentarios incongruentes, hay que avisar al médico".

El psiquiatra explica que "lo normal es que en las primeras 48 horas ya haya manifestaciones", pero que las dos primeras semanas tras el parto son "el periodo más sensible".

Concretemos cuáles son esas respuestas inadecuadas, esos comentarios incongruentes: "que diga que el niño tiene deformidades o alteraciones que no tiene, que el médico no confirma; que afirme que el niño va a ser el elegido o está maldito; que le encuentre alguna intención mágica o grandilocuente. Ese tipo de comentarios deben ser llevados al médico rápidamente porque puede ser que esa persona esté afectada de un brote psicótico y eso hay que controlarlo muy de cerca. Si ha habido enfermedades mentales, aunque nunca nos hayan llevado al sistema de salud mental, hay que estar atentos".

Es más sencillo cuando la enfermedad mental ya había dado la cara previamente. "Cuando nuestras pacientes tienen la fortuna de estar embarazadas, todo se suele preparar con tiempo, los ginecólogos están advertidos de que esa señora tiene esas dificultades y que hay que estar un poco más alerta. Normalmente estará más días en el hospital".

Pero no todos los asesinatos de niños están vinculados a una pérdida del raciocinio. "No todos los filicidios tienen que ver con un trastorno mental. Hay otros que vienen por conflictos de pareja, dificultades entre las familias, ausencia de soporte familiar, intentos de producir daños a terceros... En estos otros casos son personas que razonan, están lúcidas", explica el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría.

Resnick, pionero en clasificar el filicidio y el neonaticidio, habla de otras cuatro categorías: el filicidio accidental vinculado a abusos o malos tratos; el que se relaciona a embarazos no deseados y falta de soporte social y económico; el llamado filicidio altruista, en el que el progenitor cree estar haciendo un bien; y en el que los hijos son el vehículo para vengarse de la pareja, que encajaría con el conocido como síndrome de Medea.

Sandra Méndez desarrolla ese síndrome de reminiscencias clásicas y representaciones periódicas en los teatros, que no tiene por protagonistas únicamente a las mujeres, poniendo un ejemplo de sobra conocido. "Al dar de baja de la suscripción de la vida puede estar utilizando a los niños para vengarse del cónyuge, lo que llamamos el síndrome de Medea o de Medea a la inversa, que sería el caso de José Bretón". El síndrome de Medea a la inversa está detrás de muchos asesinatos de niños vinculados a violencia de género.

La experta apunta a que el reciente asesinato en Madrid de dos niños, uno con discapacidad severa, a manos de su padre que luego se suicidó podría responder a ese denominado filicidio altruista, que apunta que está vinculado al llamado síndrome de dios: "es cuando, por ejemplo, le diagnostican al progenitor una enfermedad grave y como era el sustento de la familia, dispone de la vida de los demás. Dice, como no van a sobrevivir sin mí, me los llevo por delante. Por eso se le llama síndrome de dios".

¿Cómo son capaces estos padres y madres de dar de baja de la suscripción de la vida a su hijo? Según la psicóloga y criminalista, "son personas que no tienen empatía, no tienen remordimientos y el móvil es una cuestión meramente utilitaria. Cosifican al niño y, si les estorba, pues arramplan con lo que haga falta, Y sí hay conciencia del daño que se está ejecutando. Hablamos de un trastorno de personalidad antisocial, de una psicopatía. Ahí hay un móvil, una premeditación previa, aunque a nosotros con nuestro raciocinio más sano se nos escape también". En esos casos no es tan frecuente el suicidio o el intento de suicidio posterior del progenitor: "dan el pasaporte para conseguir un fin, no tendría mucho sentido".
 
Última edición:
Si a eso les sumas los niños matados en el vientre de sus madres asesinas, las cifras de niños caídos son peores que en una guerra.
Y eso por año.
 
Datos aparte, lo cierto es que cada vez está saliendo más el tema en los medios y eso es bueno porque desmonta la idea generalizada de que solo las mujeres son asesinadas por sus parejas o ex. Por eso a las feministas no les interesa una ley de violencia doméstica, porque si eso existiera el dato de mujeres asesinadas no sería importante
 
La cifra debe ser mucho mayor, muchos accidentes pasan por descuidos, cuando en verdad son asesinatos. Es muy fácil dejar una ventana abierta o un producto químico cerca de los ninyos. En Espanya una mujer casi tiene patente de corso para asesinar en este sentido. Recuerden a la asesina de Almeria, anterior mente había asesinado a su hija, como decían los vecinos, era imposible que la ninya se hubiera tirado de esa forma y llegado tan lejos. Pero como es mujer, pues a penas se investigó, llega a ser un hombre y acaba preso.
 
El trágico balance de la violencia machista en 2018 en España: 47 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas

El trágico balance de la violencia machista en 2018 en España: 47 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas


Este 2018 arroja, de nuevo, un trágico balance de la violencia machista en España, con al menos 47 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, y 39 menores de edad huérfanos por esta barbarie.

La cifra oficial de la peor consecuencia de la violencia de género, el asesinato, la contabiliza el Ministerio de Igualdad. En su página web cifra en 975 las mujeres asesinadas en los últimos 16 años. Fue la vicepresidenta del Gobierno, Carmen alopécico, a petición de las organizaciones feministas, quien decidió este año incorporar la estadística global el dato de las fallecidas desde que se empezó a contabilizar, en 2003, con el objetivo de dar la dimensión real de la tragedia.

La última víctima de 2018 se corresponde con una mujer asesinada en Barcelona el pasado 15 de diciembre. La víctima no tenía hijos menores de edad. La primera que murió asesinada este año por su marido fue Jennifer Sofía Hernández Sala, de 46 años, de dos tortas en Los Realejos (Tenerife). Estaban en trámites de separación.

Por Comunidades Autónomas, Andalucía concentra el mayor número de feminicidios dentro de la pareja. Uno de cada cuatro (12, en total) ocurrieron en esa región. Le siguen los 7 asesinatos machistas contabilizados en Cataluña, cinco en Madrid o los tres de Aragón y Asturias.

El Ministerio recoge en su estadística que treinta de las mujeres eran de nacionalidad española y 17 extranjeras, un porcentaje similar en el caso de los agresores. La mayoría de ellas todavía convivía con su malo (30), mientras el resto estaba en situación de fase de ruptura o eran exparejas.

Las asesinadas en 2018 tenían entre 41 y 50 años (17) en su mayoría. Pero doce de ellas tenían en tre 31 y 40 años. Una acababa de cumplir la mayoría de edad y otra tenía más de 85 años.

Una de cada tres asesinadas había interpuesto una denuncia previa contra su malo (14). De ellas, cuatro decidieron no continuar el proceso después. A dos de las fallecidas se les negó la solicitud de medidas de protección. Cinco de ellas murieron porque el malo quebrantó la medida de alejamiento. Trece de ellos intentaron suicidarse después de dar de baja de la suscripción de la vida a sus parejas o exparejas. Siete lo consiguieron.

La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género ha anunciado como novedad para 2019 la introducción de una nueva estadística en la que contabilizar todos los asesinatos machistas, independientemente de la relación entre el agresor y la víctima. En esta nueva estadística sí entrarían, por ejemplo, casos como el asesinato de la profesora Laura Luelmo.

Ver más en: El trágico balance de la violencia machista en 2018 en España: 47 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas
 
Como España es un país donde hay pocos asesinatos de mujeres por parte de sus parejas comparados con paises de nuestro entorno (como por ejemplo los seres de luz nordicos con mucha menos población que nosotros), el objetivo de la industria de genaro es ampliar el concepto de violencia de genero fuera de la pareja para poder inflar las cifras. La violencia que las mujeres ejercen sobre niños o ancianos (aquí también habría que buscar datos) les desmontan el discurso. y muestra la psicopatia de esta gente, porque vemos en sus pateticos intentos de justificación que las victimas del sesso que sean o de la edad que sean les importan un huevo y sólo pretenden su instrumentalización para seguir alimentando con dinero público al monstruo genarico.
 
Recordad la negra asesina de Almería, que una hija suya "se cayó" por la ventana de firma muy extraña y ahí se quedó el tema.
 
Y que nadie olvide que cuando ocurre esto es porque está mal de la cabeza o que está loca, o que eso es de alguien que no está bien.

Cuestión muy importante esto que digo, pero gracias al caso del pobre Gabriel más de uno y una vio que hay tías que son pura maldad, como casos de tíos.

La diferencia es que los tíos son mas fuertes sin más y por eso acaban con más mujeres en la pareja, cosa que hay que reconocer, pero que no quiere decir que ellas hagan lo contrario adoptando otras estrategias si hace falta

Recuerden el caso maje del que mucho forero querría una condena a perpetua si le pusieran en la celda de al lado.
 
Hay mucho "manoseo" al contabilizar los asesinatos. En el caso de las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, siempre lo tildan de "machista", cuando rara vez es por un motivo tan simple; normalmente, se acumulan muchas circunstancias (evidentemente, nunca justificable). Igual ocurre con los hijos, si es el padre también lo llaman "violencia machista", cuando la realidad probablemente sea mucho más compleja.

Cuando hay violencia en el hogar, muchas veces hay problemas como el alcoholismo, drojas, desavenencias con otros familiares de la pareja, celos enfermizos, enfermedades psíquicas, psicopatías, choques de caracteres, etc. La violencia, no siempre la ejerce el varón, la mujer también en igualdad de probabilidad; la diferencia, el hombre es más fuerte y letal. Evidentemente, si se contaran las víctimas sin sesgos se podría llegar a una conclusión más clara.

De todas formas, los niños son los más vulnerables y los que más sufren en un entorno familiar complicado. Por desgracia, están menos protegidos.
 
Volver